Por qué el alcoholismo afecta más duramente a las personas con TDAH

El vínculo entre impulsividad, emociones y consumo de alcohol en el TDAH.

Por qué el alcoholismo afecta más duramente a las personas con TDAH
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El alcoholismo es una problemática de salud pública que afecta a millones de personas en todo el mundo, pero su impacto no es igual para todos. Diversas investigaciones han demostrado que quienes padecen Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) son especialmente vulnerables a los efectos negativos del consumo de alcohol. Más allá de la mera coincidencia, existe una compleja interacción entre ambos trastornos que agrava los riesgos y dificulta la recuperación.

¿Por qué el alcoholismo afecta más duramente a las personas con TDAH? Comprender esta relación es fundamental para diseñar estrategias de prevención y tratamiento más efectivas. En este artículo exploraremos las características del TDAH, el impacto del alcoholismo y los hallazgos recientes que explican por qué la combinación de ambos puede resultar especialmente perjudicial.

¿Qué es el TDAH?

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una condición del neurodesarrollo que afecta a niños, adolescentes y adultos en todo el mundo. Se caracteriza por un patrón persistente de inatención, hiperactividad e impulsividad que interfiere significativamente con el funcionamiento diario y el desarrollo personal. Aunque suele diagnosticarse en la infancia, el TDAH puede continuar manifestándose en la edad adulta, alterando la vida académica, laboral y social de quienes lo padecen.

Los síntomas de inatención incluyen dificultades para concentrarse, cometer errores por descuido, no seguir instrucciones, olvidar actividades cotidianas y perder objetos con frecuencia. Por otro lado, la hiperactividad se manifiesta a través de inquietud motora, incapacidad para permanecer sentado, hablar en exceso o interrumpir a los demás. La impulsividad, otro rasgo central, se traduce en tomar decisiones precipitadas sin considerar las consecuencias, dificultad para esperar turnos y tendencia a interrumpir conversaciones o actividades.

El TDAH no es simplemente un “problema de comportamiento” o una falta de disciplina, sino un trastorno con bases neurobiológicas. Factores genéticos, alteraciones en neurotransmisores como la dopamina y diferencias en áreas cerebrales relacionadas con el control de impulsos y la regulación emocional contribuyen a su aparición. Además, el TDAH suele coexistir con otras condiciones, como ansiedad, depresión o problemas de aprendizaje, lo que puede complicar aún más el diagnóstico y el tratamiento.

¿Cómo es el trastorno por consumo de alcohol?

El alcoholismo, conocido clínicamente como trastorno por consumo de alcohol (TCA), es una enfermedad crónica caracterizada por la incapacidad de controlar el consumo de alcohol a pesar de sus consecuencias negativas en la salud, las relaciones y el funcionamiento diario. No se trata simplemente de beber en exceso ocasionalmente, sino de un patrón persistente de consumo problemático que genera dependencia física y psicológica.

Las personas con TCA suelen experimentar una fuerte necesidad o ansia de beber, dificultad para limitar la cantidad de alcohol consumida y una tolerancia creciente, lo que significa que necesitan beber más para obtener el mismo efecto. Cuando intentan reducir o dejar el consumo, pueden aparecer síntomas de abstinencia como ansiedad, temblores, sudoración, náuseas e insomnio, lo que dificulta aún más el abandono del alcohol.

El alcoholismo tiene graves consecuencias para la salud física y mental. A nivel corporal, puede causar enfermedades hepáticas (como cirrosis), problemas cardíacos, daño cerebral, trastornos gastrointestinales y un mayor riesgo de cáncer. En el ámbito psicológico y social, el TCA suele llevar al deterioro de las relaciones personales, dificultades laborales, aislamiento social y problemas legales.

La gravedad del trastorno varía según el número y la intensidad de los síntomas, y su impacto puede ser devastador tanto para la persona afectada como para su entorno. Reconocer el alcoholismo como una enfermedad es esencial para promover la búsqueda de ayuda profesional y reducir el estigma asociado a este trastorno.

La relación entre TDAH y alcoholismo

Diversos estudios han demostrado que las personas con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) tienen un riesgo significativamente mayor de desarrollar problemas con el alcohol en comparación con la población general. Esta relación no es casual y responde a una compleja interacción de factores biológicos, psicológicos y sociales que hacen que el TDAH sea un factor de vulnerabilidad frente al consumo problemático de alcohol.

Uno de los elementos clave que une ambos trastornos es la impulsividad. Las personas con TDAH suelen tener dificultades para controlar sus impulsos y tomar decisiones reflexivas. Esta tendencia puede llevarlas a experimentar con sustancias como el alcohol a edades más tempranas y a consumirlo en mayores cantidades, sin considerar plenamente las consecuencias negativas. Además, la búsqueda de sensaciones nuevas y la necesidad de gratificación inmediata, características frecuentes en quienes tienen TDAH, pueden favorecer el inicio y el mantenimiento del consumo de alcohol.

Otro factor importante es la dificultad para regular las emociones. El TDAH se asocia a menudo con una intensa inestabilidad emocional, que puede manifestarse en cambios bruscos de humor, frustración y ansiedad. Ante estas emociones difíciles de manejar, algunas personas recurren al alcohol como una forma de “automedicación” para aliviar el malestar emocional, aunque esto sólo proporciona un alivio temporal y, a la larga, agrava los problemas.

Las dificultades en el ámbito social y académico también pueden aumentar el riesgo. El bajo rendimiento escolar, los conflictos familiares y el rechazo social, frecuentes en personas con TDAH, pueden generar sentimientos de baja autoestima y aislamiento, factores que incrementan la vulnerabilidad al consumo de alcohol como vía de escape.

Hallazgos del estudio reciente

Un reciente estudio ha arrojado nueva luz sobre la relación entre el TDAH y el alcoholismo, profundizando en cómo el consumo problemático de alcohol afecta la calidad de vida de las personas con TDAH. El equipo de investigadores analizó datos de 206 personas diagnosticadas con trastorno por consumo de alcohol, de las cuales 40 también presentaban TDAH. Todos los participantes eran considerados de alto riesgo por sus elevados niveles de consumo de alcohol y, en el momento del estudio, llevaban entre 7 y 30 días de abstinencia.

Para evaluar el impacto del alcoholismo en la calidad de vida, los participantes completaron diversas pruebas y cuestionarios. Entre ellos se incluyeron escalas para medir los síntomas de TDAH, la calidad de vida relacionada con el alcohol, la impulsividad, las estrategias de regulación emocional y la presencia de dificultades cognitivas asociadas al consumo de alcohol.

Los resultados fueron contundentes: el consumo problemático de alcohol afecta de manera más severa la calidad de vida de las personas con TDAH en comparación con aquellas que no tienen este trastorno. Los individuos con TDAH reportaron mayores dificultades para manejar sus emociones y una tendencia más marcada a utilizar estrategias disfuncionales, como la supresión emocional, para intentar controlar su malestar. Estas estrategias, lejos de ser efectivas, se asociaron con una reducción aún mayor de la calidad de vida.

Además, se observó que la impulsividad y las dificultades en la regulación emocional eran factores clave que amplificaban el impacto negativo del alcoholismo en este grupo. Las personas con TDAH que presentaban altos niveles de impulsividad o problemas para gestionar sus emociones reportaron una calidad de vida especialmente baja.

En definitiva, el estudio concluye que las dificultades para regular las emociones y la tendencia a emplear estrategias poco saludables para afrontarlas juegan un papel central en la disminución del bienestar de las personas con TDAH que sufren alcoholismo. Estos hallazgos subrayan la importancia de abordar específicamente la regulación emocional en el tratamiento de este grupo vulnerable.

¿Por qué el alcoholismo afecta más duramente a las personas con TDAH?

El impacto del alcoholismo es especialmente severo en quienes tienen TDAH debido a una combinación de factores neurobiológicos y emocionales. Por un lado, la impulsividad característica del TDAH facilita el consumo excesivo de alcohol y la dificultad para detenerse una vez iniciado. Esta falta de control no solo incrementa el riesgo de dependencia, sino que también agrava los problemas asociados al abuso de alcohol.

Por otro lado, las personas con TDAH suelen experimentar una intensa desregulación emocional. El alcohol, lejos de ser una solución, tiende a empeorar la capacidad para gestionar emociones difíciles, como la frustración, la ansiedad o la tristeza. Muchos recurren a estrategias poco saludables, como la supresión emocional, que solo aportan alivio temporal y, a largo plazo, profundizan el malestar y deterioran aún más la calidad de vida.

Además, el consumo de alcohol puede afectar negativamente la función cognitiva, lo que en personas con TDAH -que ya presentan dificultades atencionales y de memoria- produce un efecto aún más incapacitante. Así, el círculo vicioso entre impulsividad, mala regulación emocional y consumo de alcohol se convierte en una trampa difícil de romper, haciendo que el alcoholismo tenga consecuencias especialmente graves en este grupo.

Implicaciones clínicas y sociales

Los hallazgos sobre la relación entre TDAH y alcoholismo tienen importantes implicaciones para la práctica clínica y la sociedad. Es fundamental que los profesionales de la salud mental identifiquen la presencia de TDAH en personas con trastorno por consumo de alcohol, ya que este diagnóstico puede requerir intervenciones específicas. El tratamiento debe ir más allá de la abstinencia, incorporando estrategias para mejorar la regulación emocional y reducir la impulsividad. Terapias como la cognitivo-conductual y el entrenamiento en habilidades emocionales pueden ser especialmente útiles.

A nivel social, es esencial sensibilizar a la población sobre la mayor vulnerabilidad de las personas con TDAH ante el alcoholismo, combatiendo el estigma y promoviendo la prevención desde edades tempranas. La colaboración entre familias, escuelas y servicios de salud puede marcar la diferencia en la detección precoz y el acompañamiento adecuado, mejorando así el pronóstico y la calidad de vida de quienes enfrentan ambos desafíos.

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  • Amandine Luquiens, Thibault Mura, Alexandra Dereux, Patrice Louville, Hélène Donnadieu, Marie Bronnec, Amine Benyamina, Pascal Perney, Arnaud Carré (2025). ADHD and alcohol: Emotional regulation efforts pay off in quality of life points, Journal of Psychiatric Research, Volume 181, pp. 463-469

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Javi Soriano. (2025, mayo 15). Por qué el alcoholismo afecta más duramente a las personas con TDAH. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/clinica/por-que-el-alcoholismo-afecta-mas-duramente-a-las-personas-con-tdah

Psicólogo

Javi Soriano es graduado en Psicología por la Universidad de Valencia y está acabando un Máster en Investigación Psicosocial. Le interesa todo lo que tiene que ver con las personas y la sociedad, pero le encanta leer y escribir sobre temas relacionados con el género, la sexualidad y las minorías. Es una persona muy curiosa a la que le encantan los debates y aprender de los demás.

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