A día de hoy, pese a los grandes avances y empoderamiento que ha adquirido la mujer, sigue habiendo la lacra de la violencia doméstica.
Miles de mujeres son maltratadas y asesinadas a manos de sus parejas cada año. La violencia no únicamente se muestra en forma de moratones y heridas físicas, sino que también implican una profunda huella a nivel psicológico. A raíz de los síntomas conductuales y emocionales que muestran muchas mujeres que han padecido, se ha propuesto el síndrome de la mujer maltratada como la psicopatología que sufre este colectivo.
Si bien el concepto detrás de este síndrome ha sido discutible, lo cierto es que ha tenido gran importancia en procesos judiciales de violencia de género. Veamos con mayor profundidad en qué consiste esta propuesta psicodiagnóstica.
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¿Qué es el síndrome de la mujer maltratada?
El síndrome de la mujer maltratada es una propuesta de trastorno psicológico por el cual pasan aquellas mujeres que han sido víctimas de violencia de género. Este síndrome se le ha relacionado con el trastorno de estrés postraumático (TEPT) y en los últimos años ha ido adquiriendo mayor reconocimiento, especialmente en el ámbito judicial, sobre todo en casos en los que la mujer, tras años sufriendo malos tratos, ha asesinado a su marido o novio.
Con violencia de género, también denominada doméstica por algunos sectores, hacemos referencia a todo acto de maltrato físico y emocional producidos normalmente en el hogar y perpetrados por una persona que forma parte del círculo íntimo o familiar de la víctima. Son múltiples las consecuencias de esto, manifestándose sentimientos de tristeza, angustia, miedo y una alta afectación en la vida en general.
Pese a que está teniendo un papel muy destacado en el ámbito de la psicología forense, todavía no está incluido dentro del DSM ni tampoco en la CIE, sobre todo porque hay muchas dudas sobre su validez como trastorno real. Independientemente de si se llega o no a un acuerdo y se logra crear una nueva etiqueta diagnóstica para hacer referencia a este síndrome, está muy demostrado que años de malos tratos físicos como verbales implican problemas psicológicos en la persona.
Sintomatología asociada
El haber sufrido constantes malos tratos deja una honda huella en todo el mundo psíquico de la mujer, mostrándose con mayor claridad a la hora de relacionarse con el resto del mundo y desempeñarse como individuo adulto. La capacidad de la víctima para responder a los abusos va disminuyendo a medida que estos van incrementando su frecuencia e intensidad a lo largo de la relación. Con el tiempo, la mujer se vuelve muy pasiva, sumisa, con muy baja autoestima y con un profundo miedo a disgustar a su maltratador.
A nadie le gusta ser agredido ni tampoco humillado, sin embargo, pese a no querer ser maltratadas, acaban creyendo que realmente se lo merecen, que son tan malas como parejas que su novio o marido no tiene otra alternativa que enseñarles a través de la violencia. Así pues, se sienten totalmente culpables de la situación en la que están atrapadas. Las mujeres que son víctimas de este tipo de violencia suelen sentirse cansadas e impotentes, además de sufrir en una constante situación de pánico.
Todo esto conlleva una serie de síntomas de tipo depresivo y ansiógeno como malhumor, depresión, ansiedad, ideas suicidas, además de problemas de sueño, como insomnio. Además, pueden darse otros trastornos, ya sean del estado anímico o trastornos como los de la conducta alimentaria, adicciones y el TEPT. Tienen problemas a nivel cognitivo muy destacables, como falta de concentración, disociación, distorsión de la propia imagen corporal, negación, pensamiento pesimista...
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Ciclo de violencia
Para poder entender con mayor profundidad a grandes rasgos el síndrome de la mujer maltratada y también comprender por la terrible situación por la que pasan, se hace necesario entender las tres principales fases que conforman el ciclo de la violencia doméstica, propuestas por la psicóloga estadounidense Lenore Walker.
1. Fase de tensión acumulada
En esta fase, la víctima trata de negociar con su maltratador con la intención de que se calme. Cree que realmente puede hacerlo cambiar.
Durante este punto de la relación se da el inicio de la pérdida de contacto con el grupo de amigos de la víctima.
A su vez, la violencia, que si bien todavía no es física, empieza a ir incrementando en forma de subidas de tono y gritos.
2. Fase de maltrato agudo
La tensión acumulada sale a la luz en forma de agresiones y abuso sexual. El maltratador insulta, humilla y pega a su pareja.
3. Fase de calma y reconciliación
Tras las agresiones, al igual que después de una tormenta, viene la calma. Esta fase ha sido llamada también ‘la luna de miel’.
En esta fase el maltratador ve como con sus actos ha contribuido a que la relación se haya visto en peligro, pero para mantener atrapada a su víctima la convence de que esto ha sido culpa de ella, aunque promete que no volverá a pasar y que todo va a ir bien. Sin embargo, por desgracia, el ciclo se reinicia, y vuelven a darse estas mismas fases, yendo cada vez a pero y con mayores probabilidades de que el maltratado mate a su pareja.
Fases del síndrome de la mujer maltratada
Relacionado con las fases del ciclo de violencia explicadas en el apartado anterior, a continuación se explican con más detalle las fases que se dan durante el desarrollo de este síndrome.
1. Desencadenante
Los primeros malos tratos ya ponen en peligro la confianza que tenía la mujer hacia su pareja.
Al romperse esta confianza también se echa a tierra la visión idealizada que se tenía de su pareja y las expectativas depositadas en la relación.
2. Reorientación
La mujer, quien ahora ya es una víctima, trata de buscar otros referentes, sin embargo esto se ve dificultado debido a que ya se ha iniciado el proceso por el cual sus relaciones van a ir cada vez más mermadas a causa del control que va a hacer su pareja sobre ella.
Se culpa de la situación, además de entrar en un profundo sentimiento de indefensión.
3. Afrontamiento
Aquí asume cómo se comporta su novio o marido y trata de redirigir la relación sin tener éxito.
4. Adaptación
La mujer no culpa a su maltratador, sino que proyecta este sentimiento de culpa hacia otras personas o a sí misma.
Etapas de recuperación
Afortunadamente, y gracias a varias terapias, es posible que se dé una recuperación en las personas quienes manifiestan el síndrome de la mujer maltratada. Al principio le cuesta un poco hacerse a la idea de que está siendo una víctima de maltrato, y que esto no es una situación de la que no tiene derecho huir. Con el paso de las siguientes fases de recuperación, poco a poco la mujer va viendo la luz al final del túnel.
1. Negación
Al principio la mujer se niega a admitir que está atrapada en una relación donde hay malos tratos, o siquiera reconocer que la relación no va sobre ruedas.
Suele poner excusas a la violencia de su pareja, diciendo que no volverá a ocurrir o que ha sido una situación realmente excepcional.
2. Culpa
Llegado este punto, la mujer se vuelve consciente de que efectivamente hay un problema, pero sigue creyendo que la culpa recae sobre ella misma, no sobre quien ejerce los malos tratos.
Siente que merece que la traten de esta manera porque realmente no es la mujer que debería ser o ha hecho algo malo.
3. Ilustración
Es aquí donde se podría decir que empieza a levantar la cabeza, dado que deja de verse como la culpable de la situación.
Pese a ello, continúa creyendo que debe permanecer al lado de su pareja porque todavía tiene esperanzas de que podrán cambiar las cosas.
4. Responsabilidad
Este es el punto final a la recuperación porque la mujer ve que efectivamente su marido o novio no va a cambiar y que no tiene ningún derecho a hacerle lo que le está haciendo.
Aprende que tiene que salir de la relación como sea, que los malos tratos no van a acabar hasta que ella no se aleje del maltratador y lo denuncie.
Tratamientos
Como ya se ha comentado al principio del artículo, el síndrome de la mujer maltratada no es un trastorno que se encuentre incluido en ninguno de los dos principales manuales diagnósticos dentro del campo de la psicología, aunque sí que es utilizado, especialmente en Estados Unidos, en juicios sobre violencia doméstica y asesinato del marido.
No obstante, sí existen una serie de terapias que se han aplicado con la intención de disminuir la sintomatología asociada a esta propuesta diagnóstica. Veamos las dos más destacables.
1. Terapia feminista
Desde la terapia feminista se propone tener en cuenta durante la psicoterapia los elementos estructurales de la sociedad que todavía hacen que prevalezcan las diferencias de género.
Ésta, con respecto al síndrome aquí explicado, pretende empoderar a la mujer para que tome un rol activo en la denuncia a su maltratador, además de posibilitar el proceso de recuperación.
Además, la terapia feminista ha sido utilizada para evaluar a las pacientes y poder explicar, en términos judiciales, el síndrome consecuencia de los malos tratos sufridos a lo largo de varios años.
2. Programa STEP
STEP son las siglas en inglés para "Programa de Empoderamiento de Terapia para Supervivientes".
Esta terapia, que se ha validado empíricamente en poblaciones clínicas y penitenciarias, consta de los siguientes doce pasos: 1: Definir la violencia doméstica 2: Superar el pensamiento disfuncional y diseñar un plan de seguridad. 3: Pensar, sentir y actuar. 4: Cambiar hacia un pensamiento positivo y controlar la rabia. 5: Control del estrés y práctica de la relajación. 6: El ciclo de violencia y los efectos psicológicos de la violencia. 7: El trastorno de estrés postraumático y el síndrome de la mujer maltratada. 8: Lamentar el fin de una relación. 9: Efectos de la violencia doméstica en los niños. 10: Aprender a preguntarse lo que se desea. 11: Establecer unas relaciones saludables. 12: Poner fin a una relación.
Referencia bibliográfica:
- Walker, L. E. (2009). The battered Woman Syndrome - Third edition. New York: Springer.
- Walker, L. (2012). El síndrome de la mujer maltratada. Desclée de Brouwer editores.
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