Los trastornos de ansiedad afectan a millones de personas en todo el mundo, siendo uno de los trastornos mentales más comunes en la actualidad. El estrés, las preocupaciones del día a día y acontecimientos inesperados pueden provocar que nos sintamos ansiosos, pero cuando esa sensación de nerviosismo se escapa de nuestro control e interfiere en las actividades diarias, puede convertirse en un trastorno de ansiedad.
La persona que sufre ansiedad generalizada siente una preocupación constante y excesiva por cualquier cosa que pueda ocurrir o ir mal. Esta ansiedad se traduce en problemas para conciliar el sueño con la consiguiente fatiga, irritabilidad y dificultad para concentrarse.
Síntomas habituales de la ansiedad
Puede ocurrir que un nivel de ansiedad alto, que permanece en el tiempo, venga acompañado de ataques de pánico o picos de ansiedad que desencadenan en síntomas desagradables, tanto a nivel físico como psíquico, y que despiertan temores varios, tales como el miedo a la muerte o a la pérdida de control de la mente.
Es habitual que la persona que sufre este tipo de ansiedad creciente, trate de buscar soluciones que le permitan dominar más su entorno, llegando incluso a desarrollar un control obsesivo que redunda en más ansiedad. De ahí nacen las evitaciones o fobias: el individuo afectado siente temor poco racional hacia algo en concreto y se esfuerza por evitarlo para no entrar en su propio bucle de estrés y percibe, así, una falsa relajación.
Sin embargo, con el paso de las horas o los días, esa evitación alimenta el pensamiento de que no se fue capaz de superar el obstáculo y eso acaba debilitando a la persona y afectando a su autoestima.
Además, la ansiedad está relacionada con la producción de pensamientos muy intrusivos que se apoderan de nuestra mente sin que podamos controlarlos.
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Cómo tratar la ansiedad desde la psicoterapia
Actualmente, lo más común es tratar la ansiedad mediante la administración de psicofármacos. No obstante, a pesar de que estos medicamentos logran rebajar la intensidad de los síntomas a corto plazo, no eliminan la causa u origen verdadero de los síntomas. Para ello es necesario un acompañamiento psicoterapéutico que permitirá aprender a manejar, controlar y eliminar los síntomas que provocan ese estado emocional y sus diferentes manifestaciones.
La terapia estratégica está ganando terreno en el tratamiento de este tipo de contextos psicológicos. La terapia estratégica consiste en descifrar problemas difíciles utilizando soluciones aparentemente fáciles y, gracias a su metodología articulada en diferentes estrategias, la persona que sufre ansiedad aprende a enfrentarse a estas situaciones de una manera adecuada, aliviando su sintomatología progresivamente.
Partiendo de la constatación de que la ansiedad es fruto de la percepción del miedo, el terapeuta estratégico busca modificar esta relación atacando a la raíz del problema. Se trata de analizar qué dinámicas se han originado y, posteriormente, instalado en el paciente de manera recurrente y, a partir de ahí, diseñar estratagemas que ayuden a la persona a romper el bloqueo mental en el que se ha visto atrapada. Para ello, es fundamental el conocimiento y utilización del diálogo estratégico, que permitirá al profesional de la psicología conducir al paciente hacia los objetivos establecidos.
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Terapia Estratégica Integradora: un nuevo enfoque transformador
La propuesta de una Terapia Estratégica e Integradora consiste en añadir una mirada que integra y fusiona los conceptos de terapia estratégica y otros protocolos de intervención actuales, lo cual ayuda a comprender el origen y función del síntoma. Con esta nueva modalidad, se utilizan técnicas que en los últimos años han sido validadas científicamente para la solución y reducción de síntomas, como las técnicas de autorregulación de estados de ansiedad.
Desde NUS Agency se da un paso más allá en el aprendizaje de estas técnicas con el Máster en Terapia Estratégica e Integradora. Porque identificar cualquier aspecto que haga que el paciente pueda manejar mejor su ansiedad es estratégico. Y es ahí donde entra la parte integradora de este mecanismo.
En este programa de formación superior se aprenden los constructos básicos que dan forma al modelo de Terapia Estratégica: la comunicación desde una perspectiva estratégica, diferentes técnicas comunicativas y el diálogo estratégico como herramienta de comunicación y persuasión. No obstante, lo que diferencia a este máster de las demás formaciones de Terapia Estratégica es que se añaden conceptos actualizados de temas como el trauma, las relaciones de apego correlacionadas a la intensidad y manejo de alteraciones emocionales, además de estrategias complementarias de autorregulación y nociones necesarias de psicofarmacología, neuropsicología, así como indicaciones sobre el trabajo de dinámica relacional con familias: padres e hijos y parejas.
El mundo de la psicoterapia requiere cada vez más de profesionales especializados y, sobre todo, muy maleables, con variedad de recursos. Capaces de adaptarse y acompañar a sus pacientes con las herramientas adecuadas para cada contexto, diseñando terapias personalizadas. La terapia estratégica se erige como uno de los acompañamientos más eficaces para el tratamiento de la ansiedad, con resultados razonablemente rápidos y permanentes.
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