Seguramente, todos los humanos hemos experimentado en algún momento de nuestra vida una terrible pesadilla. Parecen tan reales y son tan intensas a nivel emocional que nos pueden dejar abatidos y afectados, e incluso activar la ansiedad.
Recordemos que las pesadillas son parasomnias relacionadas con la fase de sueño REM, y es habitual que la reacción de miedo y/o ansiedad que nos producen nos sobresalten y nos lleguemos a despertar. Se consideran un problema cuando afectan a la rutina del sujeto e interfieren en su vida cotidiana de forma sistemática a lo largo del tiempo, y se relacionan de forma directa con la mala calidad del sueño.
Cuando las pesadillas son especialmente recurrentes, como víctimas de algún trauma o personas con depresión grave u ansiedad generalizada, y constituyen un obstáculo para el funcionamiento normal del individuo, es recomendable tomar cartas en el asunto a través de la terapia. Por eso es bueno acudir a un profesional y recibir un tratamiento psicológico adecuado para reducir la frecuencia de las pesadillas recurrentes y sobrellevarlas de manera más adaptativa.
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La terapia de ensayo imaginal para tratar las pesadillas crónicas
Esta terapia fue desarrollada a lo largo de los años 90 por Krakow, Kellner, Pathak y Lambert, con el objetivo de tratar las pesadillas crónicas típicas en pacientes con Trastorno por Estrés Postraumático. Las personas que han experimentado o visualizado un trauma suelen tener pesadillas de forma recurrente y una mala calidad del sueño, y tienden a persistir a pesar de haber recibido tratamiento para el TEPT. De esta manera, las pesadillas constituyen uno de los focos más difíciles de eliminar o reducir en este tipo de trastorno.
Estos autores hacen hincapié en que se le debe explicar de forma detallada a la persona que sufre pesadillas crónicas cuál es la naturaleza de estas experiencias que sufre (p. ej., pueden ser generadas por haber vivido o experimentado eventos traumáticos, por haber sufrido elevados niveles de ansiedad y estrés, por haber consumido ciertas sustancias, por consumir alcohol de forma frecuente…); en resumen, se realiza una sesión de psicoeducación con el paciente. Una de las características llamativas de esta terapia es que sus sesiones son de larga duración (aproximadamente, unas 3 horas).
También destacan que es muy importante entrenar la imaginación de la persona, ya que a lo largo de la terapia se procederá a realizar ejercicios de imaginación de escenas agradables, y cuanta más calidad tengan las escenas imaginadas, mejor para el paciente. A continuación, vamos a detallar los pasos a seguir que proponen Krakow y colaboradores:
Escribir una de las pesadillas más recientes
Este primer paso consiste en escribir de forma detallada la pesadilla más reciente que haya tenido la persona. Si existen varias, algo muy frecuente en pacientes con TEPT, se empezaría por una de las menos traumáticas para aplicar el procedimiento a cada una de ellas por separado. Los autores recomiendan que la pesadilla no incluya per se una reproducción del evento traumático, ya que no es una terapia de exposición como tal. Sin embargo, esto podría ser una limitación del procedimiento a no ser que previamente haya existido un tratamiento especializado para TEPT centrado en el trauma.
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Modificar los elementos de la pesadilla como la persona quiera
El objetivo es que la persona cree un conjunto distinto de imágenes, y que sienta que tiene el control. Este nuevo “sueño” tiene una connotación mucho menos negativa, ya que la persona elige eliminar aquellos elementos que le generan malestar y los sustituye por unos más positivos. Se busca la sensación de dominio sobre la pesadilla original, aunque no se le dice de forma explícita al paciente que vaya a ser así.
Este procedimiento también se puede aplicar en terapia grupal, siendo realmente interesante: las personas comparten sus pesadillas y se las explican mutuamente, a continuación modifican los elementos de la pesadilla original y los comparten.
Imaginación durante la sesión del nuevo sueño
Es un ejercicio de imaginación muy sencillo. Se le pide a la persona que se relaje y que empiece a imaginar el nuevo sueño con todos los detalles que ha elegido incluir en él. Se le pedirá que dé detalles sensoriales para incrementar la inmersión en la escena imaginada. Este ejercicio puede durar aproximadamente unos 10-15 minutos.
Actividades entre sesiones: más imaginación
Lo ideal es que la persona ponga en práctica el ejercicio de imaginación realizado dentro de la sesión en su casa, entre sesiones. Imaginará la nueva escena, el sueño que él ha elegido con los elementos nuevos, no la pesadilla original. Sería bueno que cada día imaginara durante 10-20 minutos dicha escena más positiva. En el caso de que existan varias pesadillas distintas, cada semana se trabaja con una de ellas, o dos como máximo.
En los casos en los que la capacidad de imaginación de la persona no sea muy buena, se le pide que imagine escenas agradables que no tengan que ver con el sueño en momentos diferentes del día, con el fin de entrenar su imaginación.
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Adaptación de la terapia de ensayo imaginal
Thünker y Pietrowsky (2012) han adaptado la terapia de ensayo imaginal, combinándola con entrenamiento en relajación y entrenamiento en imaginación. Todo el proceso va de la mano de la cumplimentación por parte del paciente de autorregistro de pesadillas, y la terapia suele durar unas 8 sesiones.
Existe otra adaptación del procedimiento del ensayo imaginal es el proceso de reelaboración imaginal de las pesadillas ideado por Butler, Fennel y Hackmann (2008). Esta propuesta es especialmente interesante porque incluye la reflexión sobre el significado de los sueños, sobre su historia y su reestructuración (cuestionamiento verbal). Además, la evocación de la descripción de la pesadilla se realiza en tiempo presente y en voz alta, lo que permite una mayor activación emocional. Se pretende que el paciente interiorice cogniciones más adaptativas.
Referencias bibliográficas:
Krakow, B., Kellner, R., Pathak, D. y Lambert, L. (1995). Imagery rehearsal treatment for chronic nightmares. Behaviour Research and Therapy, 33, 837-843. Krakow, B. y Zadra, A. (2006). Clinical management of chronic nightmares: imagery rehearsal therapy. Behavioral Sleep Medicine, 4, 45-70
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