El estrés es una emoción básica para nuestra supervivencia. Activa respuestas de lucha o huida cuando estas son necesarias, especialmente, ante eventos que son peligrosos para nuestra integridad física y psicológica.
Sin embargo, a veces, el estrés se convierte en una respuesta poco adaptativa, exagerando los potenciales riesgos de un determinado evento y comportándose de forma muy perjudicial para el correcto desarrollo y funcionamiento vital.
El trastorno adaptativo hace referencia a un diagnóstico en el que la persona manifiesta problemas para adaptarse a las exigencias de su entorno. Aquí veremos más a fondo este concepto y abordaremos los tipos de trastornos adaptativos que hay.
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Trastornos adaptativos ¿qué son?
De acuerdo con el DSM-V (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales), los trastornos adaptativos o de adaptación son definidos como trastornos mentales que tienen una fuerte relación con el estrés y la capacidad de adaptarse satisfactoriamente a los eventos e inconvenientes de la vida.
El principal factor activador de estos trastornos son la vivencia de situaciones estresantes, o la alta frecuencia de aparición de las mismas. Es decir, los trastornos adaptativos no se desarrollan sin antes aparecer un condicionante que los active, siendo fundamentalmente el estrés.
En términos más concretos, estos trastornos son entendidos como respuestas desadaptativas a un estrés, continuo y/o severo, las cuales afectan negativamente a los mecanismos de afrontamiento eficaces para poder llevar a cabo un correcto funcionamiento social.
Generalmente, causa malestar significativo y prolongado, además de cambiar la forma de ser de la persona, haciéndole perder interés en aspectos que antes disfrutaba, sentir tristeza y ansiedad, combinado con una profunda y continua indefensión.
Una de las explicaciones que se han dado para comprender la aparición de este tipo de trastornos tiene que ver con el mecanismo natural de algunas personas cuando viven una situación especialmente estresante. Tras haber sufrido un evento especialmente preocupante, estos individuos aprenden a prestar más atención al estado de su cuerpo, interpretando toda sensación fisiológica desagradable como un indicador de que algo va terriblemente mal, lo que, a su vez, genera mayores niveles de ansiedad y depresión.
Sintomatología
Aunque vamos a ver los tipos de trastornos adaptativos y sus síntomas principales, cabe mencionar antes su sintomatología común. Estos síntomas aparecen cuando la persona se encuentra en una situación particularmente difícil. Estas situaciones requieren que la persona inicie toda una serie de procesos que tengan, como finalidad última, superarlas. Algunos ejemplos de situaciones vitales estresantes pueden ser la pérdida de un ser querido, la ruptura de una relación amorosa, el estrés de los estudios, cambiar de ciudad...
Entre los principales síntomas de los trastornos adaptativos están tener un estado de ánimo bajo, con síntomas depresivos, además de tener pensamientos rumiantes y negativos, como excesiva preocupación por cómo se desarrollarán los eventos y el problema que ha desatado la manifestación del trastorno.
También se pueden sentir molestias físicas, las cuales potencian el estrés, actuando como un ciclo que se retroalimenta. Algunos de estos son opresión en el pecho y problemas para respirar. La persona puede tener problemas para conciliar el sueño, insomnio y problemas de concentración.
Entre pensamientos disfuncionales podemos encontrar el poseer una baja autoestima, tener una imagen sesgada de la propia imagen, sentimientos de desesperanza, miedo, sentirse que no hay salida posible a la situación en la que se encuentra o dificultades para planear actividades cotidianas y llevarlas a cabo, además de sentirse solo.
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Diagnóstico
El diagnóstico de los trastornos de adaptación se basa en la identificación de factores importantes de la vida que causan serio estrés a la persona, además de desatar los síntomas anteriormente mencionados.
En el DSM-5 se considera que se puede diagnosticar un trastorno adaptativo si la persona reporta haber manifestado síntomas emocionales o conductuales dentro de los tres meses inmediatamente posteriores a haber experienciado un factor estresante en su vida.
Otro punto clave en el diagnóstico es que se esté sufriendo más estrés del que se esperaría en una persona sin psicopatología para el mismo evento desagradable, además de estar repercutiendo demasiadamente grave en las relaciones, trabajo, estudios u otros aspectos de la vida de la persona.
El trastorno adaptativo será diagnosticado en caso de que los síntomas manifestados, como tristeza o ansiedad, no se deban a ningún otro trastorno mental, como lo son la depresión clínica o un trastorno de la ansiedad, ni tampoco se deba a estar viviendo un duelo normal.
Tipos de trastornos adaptativos
El DSM-5 enumera seis tipos diferentes de trastornos de adaptación, en función de qué síntomas tomen el protagonismo. Son seis los tipos de trastornos adaptativos que se pueden encontrar:
1. Con estado de ánimo deprimido
Predomina el estado de ánimo bajo, con ganas de llorar o sentimiento de desesperanza, síntomas característicos de una depresión clínica.
La gente quien recibe el diagnóstico para esta variedad del trastorno adaptativo suele experimentar sentimientos de tristeza y desesperanza, además de falta de interés o pérdida de motivación en realizar actividades que antes se consideraban placenteras.
2. Con ansiedad
Predomina el nerviosismo, la angustia, la preocupación, la agitación o la ansiedad de separación.
Un síntoma bastante característico de este subtipo en particular es que la persona puede sentirse, muy fácilmente, sobrepasada por los acontecimientos. Hay problemas de concentración y de memoria.
En el caso de los niños, es habitual encontrar síntomas propios de la ansiedad de separación, que se muestran cuando tiene que alejarse de sus padres o seres queridos, como puede ser tener que ir a la escuela, estar en un procedimiento médico...
3. Con ansiedad mixta y estado de ánimo deprimido
Predomina una combinación de rasgos propios de la depresión y la ansiedad.
4. Con alteración de la conducta
Predomina la alteración de la conducta, es decir, la persona lleva a cabo conductas que son arriesgadas como el conducir temerariamente o pelearse.
En los adolescentes es común que si hay un trastorno adaptativo con alteración de la conducta el joven lleve a cabo actos vandálicos, además de ausentarse en la escuela.
5. Con alteración mixta de las emociones o la conducta
Predominan los síntomas emocionales, como los propios de la depresión y la ansiedad, combinados con la presencia de alteraciones de la conducta.
6. Sin especificar
Este subtipo hace referencia a las reacciones de mala adaptación que no se pueden clasificar por completo en uno de los subtipos específicos del mismo trastorno.
Se dan problemas en diferentes esferas de la persona que considera importantes, como puede ser su círculo de amigos más cercano, familia, lugar de trabajo o estudios.
Tipos en función de su duración
La duración de los síntomas de los trastornos adaptativos es variable. Esto puede ser debido a las propias características de personalidad del paciente, su apoyo familiar o el hecho de que ya esté acudiendo a terapia.
1. Agudo
Los síntomas duran menos de 6 meses. Los problemas que reporta vivir la persona se alivian en el momento en el que el factor estresante que los desencadenó se elimina.
2. Persistente o crónico
Los síntomas duran más de seis meses, continuando por mucho tiempo e incluso llegando a cronificarse. Este tipo de trastornos adaptativos son especialmente preocupantes dado que el grado de perturbación vital es muy alto, dado que cuanto más tiempo pase la persona padeciendo los problemas de los que se queja más daño harán.
Tratamiento
En el abordaje psicoterapéutico, la corriente más recurrida es la terapia cognitivo-conductual, que es el tratamiento que mejores resultados ha ofrecido y el que tiene más fundamento científico. Los objetivos en la terapia cognitivo-conductual en los trastornos adaptativos son:
- Identificar los estresores y ver si se pueden reducir o eliminar.
- Reformular el significado del estresor para el paciente.
- Elaborar una lista de consecuencias negativas experimentadas por el paciente.
- Dotar al paciente de habilidades de afrontamiento, especialmente emocional.
- Dotar al paciente de técnicas para reducir la tensión, como meditación o ejercicios.
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