En una primera impresión podría parecer un mito el hecho de que exista un tipo de depresión asociado a las estaciones del año. Sin embargo, estudios recientes muestran evidencias de que este tipo de depresión está teniendo cierta prevalencia.
¿Qué es la depresión mayor?
Empieza hoy tu viaje de bienestar
Accede a una amplia red de psicólogos calificados. Empatía y experiencia a tu servicio.


Al respecto, “depresión mayor” es el término que identifica a un conjunto de variantes del trastorno depresivo, especificadas en la versión más reciente del Manual Diagnóstico Estadístico de los Trastornos Mentales, conocido en la comunidad científica como DSM-5.
Esta última versión del manual, es decir, la número 5, fue publicada en el año 2013. Una de dichas variantes de la depresión mayor, es el Trastorno Afectivo Estacional (TAE), o Depresión con patrón estacional, el cual presenta ciertas peculiaridades que se describen a continuación.
En primer término, es conveniente presentar algunos alcances sobre el trastorno especificado en el DSM5 como: Depresión mayor. Es relevante profundizar en la depresión mayor, por considerarse, en la actualidad, como la primera causa de incapacidad a nivel mundial.
Alrededor de 350 millones de personas la padecen, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2017). Se trata de un trastorno del estado de ánimo caracterizado por multiplicidad de síntomas, como son: Tristeza profunda, apatía o anhedonia, fatiga constante, alteraciones del apetito y, por consiguiente: alteraciones del peso corporal, alteraciones del ciclo del sueño, sentimientos de culpa (sin causa aparente), desesperanza con respecto al futuro, disminución en ciertas habilidades cognitivas, así como sesgos cognitivos (especialmente sobre la autoimagen corporal), pensamientos autolíticos e ideaciones suicidas; entre los síntomas más característicos.
Es necesario que se presenten al menos 5 de los indicadores anteriores para que se considere un cuadro diagnóstico de alguna variante de la depresión mayor.
El Trastorno Afectivo Estacional
Este subtipo de la depresión mayor, asociado a las estaciones del año, presenta, en general, sintomatología similar a la de otras variantes. Se viene estudiando, especialmente, en lugares donde la luz natural disminuye considerablemente en las estaciones de invierno y otoño, como son aquellas regiones que se encuentran en el hemisferio norte, o, más precisamente, en la zona del ártico. Sin embargo, es necesario mencionar que este subtipo de la depresión mayor puede presentarse también, aunque con menor incidencia, en las estaciones de verano y primavera, observándose ciertas variaciones en su sintomatología.
Lo especialmente llamativo del Trastorno Afectivo Estacional, es que los pacientes lo experimentan en la misma estación del año durante al menos dos años consecutivos. Adicionalmente, es característico que se prolongue por cuatro a cinco meses cada año, luego de los cuales los síntomas empiezan a ceder, para reaparecer en años sucesivos. Por lo tanto, el riesgo de cronicidad en este tipo de depresión suele ser latente.
A su vez, es importante indicar que en ciertos casos de bipolaridad también se ha observado el Trastorno Afectivo Estacional. Tal como se menciona anteriormente, los síntomas de la depresión estacional suelen ser similares a los de otros subtipos de la depresión mayor.
Sin embargo, es característico que cuando su aparición ocurre en invierno u otoño, se evidencie un especial antojo por comer carbohidratos y deseos de dormir más horas de lo habitual. Mientras que cuando ocurre en las estaciones de verano o primavera, se observan ciertas variaciones en la sintomatología, en relación al patrón invernal, como: menos horas de sueño, disminución del apetito y por consiguiente, pérdida de peso corporal. Se señala también, en la literatura científica, que hace falta estudios que puedan confirmar estas observaciones, teniendo en cuenta su menor prevalencia.
Asimismo, se han especificado como posibles factores de riesgo: el hecho de ser mujer joven (entre 18 y 30 años) y habitante de alguna región del hemisferio norte, en el caso de la depresión de patrón invernal.
La simulación de amanecer
Es novedosa en este caso, la terapia conocida como fototerapia o simulación de amanecer, la cual se administra con dispositivos especiales que se encuentran a la venta, para el público en general.
Este tratamiento consiste en exponer a los pacientes a una luz brillante durante 30 a 45 minutos diariamente, desde el inicio del otoño, hasta la llegada de la primavera, de esta manera se compensa la carencia de luz natural. Esta luz es 20 veces más brillante que la luz interior, es decir, de las viviendas, además es capaz de filtrar los rayos ultravioleta que pueden causar daños en la visión y en la piel. Se sugiere que la terapia esté supervisada por un médico o profesional especializado.
Sin embargo, no se descartan, para el tratamiento del Trastorno Afectivo Estacional, la psicoterapia y la medicación, esta última dependiendo de la gravedad del caso. Es preciso destacar que los estudios al respecto demuestran que los diferentes tratamientos no son excluyentes, sino que logran ser complementarios.
Por lo tanto, si crees que tú, o algún miembro de tu familia podría estar experimentando este tipo de trastorno afectivo estacional, es conveniente que solicites ayuda profesional para evitar que se torne recurrente a lo largo de los años y presente mayores dificultades para su remisión.


Newsletter PyM
La pasión por la psicología también en tu email
Únete y recibe artículos y contenidos exclusivos
Suscribiéndote aceptas la política de privacidad