El coaching es una disciplina que suele estar vinculada al ámbito del desarrollo personal; su objetivo no es tratar psicopatologías al estilo de la psicoterapia convencional, sino que pone el foco en aprovechar el potencial de autorrealización que tiene cada persona.
Sin embargo, si nos detenemos a pensar para qué sirve el coaching, es inevitable que tarde o temprano surja la sensación de que el desarrollo personal es un concepto tan amplio y abstracto que en él hay lugar para muchas maneras diferentes de trabajar, y es por eso que existen varios enfoques de coaching. En este caso exploraremos uno de los más interesantes: el coaching transpersonal. Veamos cuál es su propuesta.
¿Qué es el coaching transpersonal?
Tal y como hemos visto, el coaching transpersonal es, ante todo, un enfoque específico. Esto significa que lo que define al coaching transpersonal no es el tipo de problemas en el que es aplicado o la clase de contextos en los que interviene, sino la profundidad en la que trabaja.
Lo más habitual es encontrarse con un coaching superficial. Lamentablemente, este tipo de coaching abunda tanto en el mundo de los particulares como en el de las empresas. Este tipo de coaching se limita a fijar objetivos, hablar de la situación actual y crear planes acción a futuro para acercarse al objetivo marcado.
Dicho así, suena muy coherente, el problema es que no logra cambios sostenibles. ¿Por qué? Porque si fuera tan sencillo, ya lo habría hecho la persona o el equipo por sí mismo. No es sencillo, porque existen obstáculos muy profundos, que limitan cualquier avance hacia el destino deseado. Y no solo eso, también existen saboteadores internos (miedos y creencias) que prefieren el estatus quo actual, bien sea porque represente la tan agradable zona de confort o porque el futuro deseado suponga un paso de gigante tal, que genere pánico y desasosiego.
Un coaching superficial no podrá llegar ni a esos obstáculos, ni sacar a los saboteadores interiores de la ecuación. Saben muy bien ocultarse en lo más profundo de la mente del cliente, precisamente para no ser descubiertos ni anulados.
El coaching transpersonal en cambio profundiza en la raíz de los bloqueos desde el primer momento. Por eso es un coaching mucho más retador y exigente, tanto para el cliente como para el propio coach.
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¿Para qué sirve el coaching transpersonal?
El coaching transpersonal trabajará tanto los patrones subconscientes que tienen anclado al cliente a su pasado, como el mayor impedimento para su propio desarrollo: su identificación con el pequeño personaje que cree ser. De ahí viene la palabra ‘trans-personal’, que significa transcender a la persona que crees ser.
Dentro de ese personaje están todos los miedos y todas las creencias que tanto nos limitan. Y también nuestras convicciones íntimas y ocultas de que, siendo pequeños e incapaces de vivir nuestros sueños y anhelos, estaremos más protegidos y seguros (nuestro mayor sabotaje interior). Un Coach Transpersonal ayudará al cliente a darse cuenta de que hay otro "Yo" dentro de él o ella. Un Yo mucho más sabio y consciente, capaz de avanzar en su vida a pesar de las limitaciones de su pequeño personaje. No se trata de hacer lo que anhela tu corazón el día que ya no tengas miedo. ¡Ese día jamás llegará!
Se trata de que te coloques en el centro de tu Ser y comiences a caminar desde tu confianza más elevada. Haciendo eso, progresivamente el miedo de tu pequeño personaje irá decreciendo, ya que al observar al gran Ser que tiene al lado, se sentirá más protegido por él, que por su zona de confort.
Pero hacer este tipo de trabajo es mucho más complicado que cualquier coaching "light". Requiere mayor destreza, mayor presencia, mayor coraje por parte del Coach y herramientas mucho más potentes y retadoras, como visualizaciones profundas, trabajos meditativos, trabajar con arquetipos y símbolos, acceder a los distintos personajes que habitan dentro del subconsciente del cliente, etc.
Si realmente queremos ayudar a las personas a que transformen sus vidas para vivirlas con sentido y autorrealización, debemos acompañarlas en la elevación de su consciencia.
Un proceso de coaching superficial tratará de lograr un pequeño objetivo. Un proceso de coaching transpersonal logrará una transformación profunda de la persona, de tal manera que ya no vuelva a necesitar más coaching. Habrá crecido tanto, que podrá afrontar cualquier reto de su vida desde su propia sabiduría interior. Y de vez en cuando podrá tomarse una cerveza con su coach para reírse de los viejos tiempos.
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