Las 7 diferencias entre conocimiento vulgar y conocimiento científico

Resumen de cómo distinguir entre el conocimiento vulgar y el conocimiento científico.

Las 7 diferencias entre conocimiento vulgar y conocimiento científico

Hay muchas formas de conocimiento, en ocasiones muy diferentes. Una de las divergencias más claras es la que se da entre el vulgar y el científico.

Veremos qué caracteriza a cada una de estas formas de ellas y cuáles son las diferencias entre el conocimiento vulgar y el conocimiento científico, y en qué contextos se suelen aprender y utilizar.

Conocimiento vulgar y conocimiento científico: definiciones

Para poder valorar cuáles son las principales diferencias entre conocimiento vulgar y conocimiento científico primero debemos entender en qué consiste cada una de estas formas del saber. Centrándonos primero en el conocimiento vulgar, debemos saber que su nombre técnico es el de conocimiento empírico, puesto que es aquel basado meramente en experiencias personales de quien lo posee.

El conocimiento vulgar trata de explicar las cualidades del mundo en el que vivimos mediante la percepción de los sentidos, es decir, de una forma superficial. Esta forma de adquirir la información tiene dos características fundamentales. En primer lugar, estamos hablando de un conocimiento muy particular para un evento concreto, que por lo tanto no podemos generalizar a otras situaciones u objetos diferentes.

La segunda característica es que existe una contingencia al elemento y al momento concreto. En ese sentido, no podremos garantizar que una situación, por mucho que se haya venido repitiendo en el pasado, vaya a suceder de igual manera en el futuro, pues escapa esta forma de saber y por lo tanto supone una de las diferencias entre conocimiento vulgar y conocimiento científico.

No debemos caer en el error de considerar al conocimiento vulgar como falso o negativo. Es la primera forma de conocimiento que puede adquirir el ser humano y a partir de la cual posteriormente desarrolla las demás. Se genera de una manera aleatoria, debido a la presentación de diferentes eventos frente a nosotros, pero también es la que, de una forma práctica, nos permite aprender a desenvolvernos en las situaciones del día a día.

En cuanto al conocimiento científico, en su definición encontramos que se fundamenta en hechos comprobables y que por lo tanto se puedan contrastar que explican una determinada teoría de la ciencia. Este tipo de conocimiento está generalmente recogido a través del método científico. Además, esta forma de conocimiento admite una clasificación en dos tipos.

Por un lado, tendríamos el conocimiento explícito, que es el que permite que toda esa información se pueda plasmar en un soporte y transmitirse a otras personas, de manera que otros individuos puedan también adquirirlo. Pero también sería conocimiento científico el llamado conocimiento tácito. Se trata de aquel saber que forma parte de la persona como una habilidad desarrollada para una tarea en cuestión, ya sea de tipo técnico, artesano o de carácter científico.

Vemos que simplemente con las definiciones de ambos conceptos ya podemos apreciar diferencias entre conocimiento vulgar y conocimiento científico.

Las principales diferencias entre el conocimiento científico y el conocimiento vulgar

Una vez hemos sentado las bases de ambos conceptos, podemos indagar en las principales diferencias entre conocimiento vulgar y conocimiento científico. Para ello exploraremos diferentes categorías en las que se observan divergencias.

1. Cuál es el objetivo

El objetivo mismo del conocimiento vulgar no es otro que el tener un entendimiento mínimo sobre los sucesos del mundo para poder interactuar con él de una forma adecuada.

Por el contrario, el conocimiento científico implica una comprensión profunda, encontrar el por qué de un evento, apoyado en unos datos que queden al alcance de todos, para poder replicar la experiencia siempre que sea necesario.

Aquí surge una de las cualidades más importantes del conocimiento científico, y es que permite que terceras personas, que no tuvieron nada que ver con la adquisición original de dicho conocimiento, puedan asimilarlo también y por lo tanto lograr un entendimiento de conceptos que quedaban muy alejados de su propia experiencia personal.

2. Cómo se adquiere el conocimiento

Continuando con las diferencias entre conocimiento vulgar y conocimiento científico, otra variable a comparar sería la manera en la que se ha adquirido el conocimiento en cuestión. Por lo tanto, el conocimiento vulgar se adquiere al percibir un determinado objeto o fenómeno que se presenta ante el sujeto de una forma aleatoria. En el caso del conocimiento científico, esta adquisición viene dada por una observación profunda y deliberada.

El científico trata de llegar al origen del fenómeno para encontrar la base del mismo y así poder explicarlo y sobre todo predecirlo en el futuro, extrapolándolo a otras situaciones familiares. Además, como hemos visto, ese conocimiento podrá ser transmitido a otras personas que no necesariamente han tenido un contacto directo con el objeto de estudio.

3. Forma de observación

Aunque este punto de alguna manera queda mencionado en el apartado anterior, su importancia requiere una profundización. La clave de la observación para poder adquirir conocimiento científico es que ha de ser sistemática. Se analiza de forma profunda el suceso, sin alterarlo durante ese proceso.

Sin embargo, cuando hablamos de conocimiento vulgar o popular, la observación realizada por la persona que lo está adquiriendo es simplemente superficial. Recoge el fenómeno observado y lo integra como un patrón que ocurre de la manera percibida, sin indagar en la complejidad que subyace y por lo tanto sin interesarle las causas que hacen que ese evento haya sucedido concretamente de esa manera y no de otra diferente.

4. Nivel de profundidad

La siguiente en la lista de diferencias entre conocimiento vulgar y conocimiento científico tiene que ver con el nivel de profundidad alcanzado por el saber en cuestión. En el caso del conocimiento vulgar, estaríamos hablando de un nivel muy superficial, lo justo para asimilar el patrón del evento presenciado, sin indagar más allá. La información se adquiere de una forma estática, pasiva. El observador simplemente se encuentra con el fenómeno.

En cambio, el conocimiento científico implica un nivel de profundidad alto. El observador es parte activa del proceso, analizando las bases subyacentes para encontrar la información exacta que necesita que le permitirá encontrar la explicación del evento para así poder darle una explicación y realizar predicciones en el futuro.

5. Base del conocimiento

Una de las diferencias entre conocimiento vulgar y conocimiento científico más importantes tiene que ver con la base de los mismos. Cuando hablamos de conocimiento científico, es evidente que la base es la racionalidad, pues se busca la explicación lógica que esconde el fenómeno que se está estudiando.

Sin embargo, el conocimiento vulgar tiene una base básicamente sensitiva, empírica. Lo que vemos es lo que ha ocurrido, sin más. No hay una necesidad de entender el por qué, la utilidad no está en la comprensión, solo en el mero conocimiento del hecho sucedido. Por eso el primero es únicamente descriptivo, mientras que este implica la preparación de enunciados y teorías que se comprobarán a través del análisis.

6. Nivel de corrección

Continuando con las diferencias entre conocimiento vulgar y conocimiento científico, no debemos olvidar el nivel de corrección o certeza que implican uno y otro. En el caso del conocimiento vulgar, no tenemos ninguna garantía de que las creencias generadas al respecto por la persona sean correctas, pues se basan en su experiencia personal, en un momento concreto.

Por el contrario, el conocimiento científico se fundamenta en datos contrastados y por lo tanto correctos. Este tipo de saber se auto corrige a medida que el observador científico lo está generando, pues busca constantemente el esquema que pueda explicar en su totalidad el fenómeno recogido y además pueda predecir su comportamiento en el futuro, por lo que no solo es válido para ese momento en concreto.

7. Sistematicidad

Por último, podemos distinguir estas dos formas de conocimiento en función de la sistematicidad de los mismos. En ese sentido, comprobamos que el conocimiento científico es de tipo sistemático, es decir, se sigue un sistema y por lo tanto unas normas y un orden determinado. Además, esta cualidad le otorga la capacidad de servir de base para generar otros conocimientos científicos diferentes, aumentando progresivamente la complejidad de los mismos.

En el caso del conocimiento vulgar, no encontramos esta sistematicidad. Como ya hemos visto, este saber se genera de forma automática porque un observador se encuentra de forma aleatoria con un fenómeno cualquiera y recoge la información a través de los sentidos. No hay ningún sistema definido detrás, simplemente la percepción de la persona.

Esta sería la última en la lista de diferencias entre conocimiento vulgar y conocimiento científico que hemos recopilado para aprender a distinguir con facilidad estas dos formas de conocimiento, comprendiendo así la importancia de ambas y la utilidad que cada una tiene.

Referencias bibliográficas:

  • Bachelard, G. (1978). Conocimiento común y conocimiento científico. El racionalismo aplicado.
  • Belda, M. (2007). Formas de Conocimiento.
  • Popper, K. (1974). Conocimiento científico. Madrid: Tecnos.
  • Terradellas, M.R. (2009). El Proceso de los estudiantes para transformar el conocimiento vulgar, prejuicios y estereotipos que poseen sobre la educación, en conocimiento científico. A 'Taula A: Planificació de la docència centrada en l'estudiant'. Girona: Universitat.

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Luis Martínez-Casasola Hernández. (2021, enero 7). Las 7 diferencias entre conocimiento vulgar y conocimiento científico. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/cultura/diferencias-conocimiento-vulgar-y-conocimiento-cientifico

Luis Martínez-Casasola (Madrid, 1988) se licenció en Psicología en la UAM y cuenta con un máster en Psicología Forense por la URJC y el COP de Madrid, así como con una especialización en recursos humanos. Tras varios años de experiencia en la redacción de contenidos web, ahora colabora como divulgador para medios especializados en el ámbito de la Psicología y la salud.

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