La temática de piratas ha sido siempre una habitual en la literatura y, por supuesto, en el cine. La idealización de estos asaltantes marinos, que la tradición ha llegado a convertir en una especie de héroes, combinada con unos marcos maravillosos (la mayoría de las veces, ambientados en las paradisíacas playas del Caribe) son ingredientes perfectos para obtener una gran historia de aventuras.
El cine se fijó en este tipo de historias desde sus inicios; algunas veces, inspirado en la multitud de novelas que existen al respecto (Sandokan, El Corsario Negro, La isla del tesoro…), y otras, sacándose de la manga nuevas y trepidantes aventuras. Hoy te traemos una lista de las mejores películas sobre piratas, desde el cine clásico hasta la actualidad.
Las 7 mejores películas de piratas de la historia del cine
Desde el atlético Douglas Fairbanks (1883-1939) de la época del cine silente hasta el mito cinematográfico de Johnny Deep (junto a su papel estrella, el capitán Jack Sparrow), pasando por el carismático Errol Flynn (1909-1959), auténtico héroe de las películas de aventuras de la época dorada del cine. Todos ellos han protagonizado inolvidables filmes de piratas que, en el artículo de hoy, sacamos a colación.
Como la traducción del título puede variar según el país, ponemos el título en español de España entre paréntesis y, para facilitar la búsqueda a los lectores, el título original del filme en primer lugar. Esperemos que disfrutéis de la lista. ¡Al abordaje…!
1. The Black Pirate (El pirata negro, 1926)
No cabe duda de que Douglas Fairbanks (1883-1939) fue uno de los mejores actores del cine mudo americano, especialmente en lo que a películas de aventuras se refiere. La producción de este filme, que también corrió a cargo de su bolsillo, introduce un primitivo Technicolor de dos tonos que fue una auténtica revolución en la época.
El argumento gira en torno a un joven (Fairbanks) que pierde a su padre en un ataque pirata al barco en el que navegan. Tras enterrar el cuerpo del progenitor en una isla y jurar venganza, el protagonista se hace pasar por un pirata y se introduce en el grupo de saqueadores del que ha jurado vengarse. A pesar de su primera intención, finalmente se convierte en el cabecilla de todos ellos, bajo el nombre de Black Pirate (Pirata Negro).
Se trata de uno de los pocos ejemplos de cine de piratas sin diálogo, puesto que la película se rodó antes de la llegada del cine sonoro. Sin embargo, esto no es obstáculo para el divertimento: la impecable fotografía, la magnífica actuación de Fairbanks (como es habitual en él) y la maravillosa música de Mortimer Wilson (1876-1932) convierten el filme en un verdadero icono del género.
2. Treasure Island (La isla del tesoro, 1934)
La novela de Robert L. Stevenson (1850-1894) ha pasado a la historia como la gran e indiscutiblemente clásica historia de piratas. El escritor la compuso inspirándose en el hijo de su esposa, Lloyd Osbourne, que le había retado a escribir una novela. Así, el joven protagonista de la historia, el adolescente Jim Hawkins, se convierte en el alter ego del muchacho. No hace falta decir que el pequeño Lloyd se sintió muy contento con el resultado.
La versión que Victor Fleming (1889-1949) realizó en 1934 es una de las mejores adaptaciones de la novela de Stevenson, a pesar de que, lamentablemente, fue un desastre en la taquilla. La historia, muy fiel a la original del escritor escocés, gira en torno a un muchacho, Jim, que se entera fortuitamente de la existencia de un tesoro en una isla lejana y desconocida. Su viaje para encontrarlo se verá obstaculizado por el pirata Long John Silver, que también codicia el premio.
3. Captain Blood (Capitán Blood, 1935)
Este clásico de piratas, dirigido por Michael Curtiz (1886-1962), fue nominado nada menos que a 5 Oscar de la Academia de 1935, entre ellos los de mejor película y dirección. Desafortunadamente no consiguió ninguno de ellos, pero su excelente producción, su elaborado guión (basado en la novela homónima de Rafael Sabatini) y la magnífica interpretación de dos monstruos del cine clásico de Hollywood (el binomio Flynn-De Havilland) lo convierten sin duda en uno de los mejores ejemplos del cine de aventuras.
Peter Blood es un médico de la Inglaterra del siglo XVII que vive al margen de las luchas perpetradas por el Parlamento y el rey. Sin embargo, una falsa acusación lo convierte en reo acusado de traición y es enviado como esclavo a América. Peter Blood regresa convertido en un intrépido pirata sediento de venganza, conocido como Capitán Blood.
4. Reap the Wild Wind (Piratas del mar Caribe, 1942)
Las décadas de 1940 y 1950 fueron, sin duda, la gran época del cine de aventuras. Entre las joyas realizadas en estos años se encuentra la magnífica Reap the Wild Wind (conocida en España con el dispar título Piratas del mar Caribe), una trepidante historia de piratas protagonizada por la siempre carismática Paulette Goddard (1910-1990) y el serio y taciturno John Wayne (1907-1979). El director de la cinta es también uno de los grandes: nada menos que Cecil B. DeMille (1881-1959), que trajo a la gran pantalla películas inolvidables como Los diez mandamientos (1953) o El crepúsculo de los dioses (1950).
La épica está garantizada con este clásico filme de piratas. La historia está ambientada en 1840, en los Cayos de Florida, donde un pirata miserable, King Cutler, asalta barcos mercantes para hacerse con su cargamento. Loxi, una valerosa muchacha que está a la cabeza de una empresa de salvamento marino, logra rescatar al capitán Jack del desastre, del que inevitablemente se enamora. Se establece entonces un triángulo amoroso entre ambos y Steve, un hombre de leyes dispuesto a limpiar de piratas los mares de Florida.
5. The Crimson Pirate (El temible burlón, 1952)
Ningún amante de las películas de piratas puede perderse esta auténtica obra maestra del género. Protagonizada por los actores (y acróbatas) Burt Lancaster (1913-1994) y Nick Cravat (1912-1994), que ya habían coincido en El halcón y la flecha (otra imprescindible película de aventuras), The Crimson Pirate combina a la perfección acción, humor, aventuras y un impecable guión en poco más de hora y media de duración.
Vallo es un pirata que, primero por dinero y más tarde por amor, se ve implicado en el plan de rescate de El libre, un revolucionario perseguido por la ley que busca mejores condiciones de vida para su pueblo. Enamorado de su hija, la bella Consuelo, pone todo su empeño en rescatarla de las garras del malvado Barón Gruda, que pretende casarla con el anciano gobernador de la isla de Cobra y que, además, ha sido el responsable de la muerte de su padre. Burt Lancaster está soberbio en su papel de Vallo, posiblemente uno de sus mejores papeles de comedia.
6. Cutthroat Island (La Isla de las Cabezas Cortadas, 1995)
Esta infravalorada película de piratas (fue un fracaso de taquilla) merece estar en esta lista, ni que sea por lo que significó en la recuperación del género, que en los años 90 del siglo XX se había casi perdido. El filme no es, sin embargo, tan nefasto como reflejaron las ventas y la crítica, que se cebó con él. Se trata de una más que correcta cinta de aventuras, con un argumento clásico (el/la pirata que desea encontrar un tesoro en una isla remota) y que, a grandes rasgos, cumple con su función.
En este caso, la protagonista es una mujer, la pirata Morgan Adams (interpretada por Geena Davis), que parte a buscar los fragmentos del mapa de un tesoro. Por supuesto, y como no podía ser de otra manera, se encuentra con algunos (muchos) escollos en el camino; entre ellos, el motín de su tripulación.
7. Pirates of the Caribbean: The Curse of the Black Pearl (Piratas del Caribe: la maldición de la Perla Negra, 2003)
Y si La Isla de las Cabezas Cortadas intentó revitalizar el género en los 90 (sin demasiado éxito), la primera parte de la saga de Gore Verbinski hizo lo propio a principios del nuevo milenio: Piratas del Caribe: la maldición de la Perla Negra se convirtió en un bombazo de taquilla y consiguió que las nuevas generaciones volvieran a interesarse por las historias de piratas.
El filme contiene numerosos guiños a los clásicos, como el famoso “los muertos no cuentan cuentos”, frase que ya aparece en la gran inauguradora del género, la ya citada El Pirata Negro (1926). Sin duda, los efectos especiales merecen una mención aparte, pero no se trata de la típica película de acción sin argumento consistente que se apoya solo en la técnica de ordenador.
No, el filme va más allá; la historia es entretenida y mezcla a la perfección realidad, aventura y fantasía, sin contar que introduce por primera vez en el cine un personaje que se convertiría más tarde en mito: el capitán Jack Sparrow (Johnny Deep), que deberá luchar contra el pirata Barbossa y su tripulación fantasma.