Hace unos 8.000 años se inició en Mesopotamia (en las actuales Siria e Irak) una sofisticada cultura: la civilización de El Obeid, denominada así por su ubicación en El Obeid o El-Ubaid, en Irak, no muy lejos de lo que más tarde sería Ur, una de las ciudades más importantes de Sumer.
El Obeid fue una cultura agrícola y ganadera, cronológicamente perteneciente al Neolítico, que utilizó los recursos naturales de la fértil llanura situada entre los ríos Tigris y Éufrates. Para muchos estudiosos, El Obeid es el primer estadio de lo que más tarde sería la civilización sumeria, una de las más antiguas y refinadas de Oriente Próximo. Acompáñanos a conocer a una de las primeras civilizaciones de Mesopotamia, la cultura de El Obeid.
¿Qué fue la cultura de El Obeid?
A pesar de que, como suele suceder cuando hablamos de periodos tan lejanos, no existe un consenso sobre cuándo comenzó a gestarse El Obeid, los distintos hallazgos arqueológicos sugieren que podría haberse iniciado alrededor del VII-VI milenio antes de Cristo. Estamos, por tanto, a mediados del Neolítico, ante una de las primeras civilizaciones que practicó la agricultura y la ganadería.
Su periodo de máximo esplendor fue el V milenio aC (su culmen se produjo aproximadamente hacia el 4.500 aC.), etapa de la que se han encontrado más evidencias. Hacia el IV milenio aC la cultura de El Obeid está diseminada por todo lo que conocemos como Mesopotamia, y se prolonga hasta aproximadamente el año 3.750 aC, momento en que es absorbida (aunque de forma paulatina) por grupos de nómadas recién llegados.
La unión entre estos nuevos habitantes y los autóctonos dará como fruto una de las civilizaciones más importantes de Oriente Próximo, Sumeria o Sumer. De hecho, muchos historiadores consideran que las últimas etapas de El Obeid corresponden a un periodo muy temprano de la civilización sumeria, que brilló en Mesopotamia hasta el II milenio aC.
¿Cuáles son las características principales de El Obeid?
La cultura de El Obeid se divide en diversos periodos, cada uno de los cuales posee su propia idiosincrasia. Sin embargo, y a grandes rasgos, podemos encontrar una serie de características que identifican a esta civilización a lo largo de los siglos.
1. La cerámica
Uno de los hitos del Neolítico, además de la sedentarización de los grupos humanos y la aparición de la agricultura, es la producción de cerámica. En muchas de las culturas neolíticas se han encontrado restos de utensilios cerámicos, algunos de ellos con claros indicios de haber sido transportados, lo que atestigua la existencia de un incipiente comercio entre comunidades.
La importancia de la cerámica para estas primeras poblaciones sedentarias se explica si tenemos en cuenta que, para almacenar grano, es necesario fabricar recipientes que lo conserven y que, a la vez, sean suficientemente resistentes. La producción de la cerámica, pues, se expandió por todo el globo, pero cada pueblo le imprimió su propia personalidad.
En el caso de El Obeid, conservamos utensilios de cerámica decorada con motivos geométricos, que se van complicando a medida que avanza el tiempo. Esta decoración, más allá de la identificación del contenido, nos acerca más bien a una voluntad estética, compartida con el resto de las culturas neolíticas.
La producción de cerámica de la civilización de El Obeid se fue sofisticando, por lo que tenemos diversos testimonios, desde sencillos utensilios de almacenaje hasta botellas con cuello muy alargado y las famosas vasijas-tortuga (recipientes con asas), así llamadas por su aspecto zoomorfo.
2. Las estatuillas de las diosas-serpiente
Pero, probablemente, lo más curioso de la cultura de El Obeid sean las estatuillas de las diosas-serpiente: figuras femeninas que ostentan cabeza de serpiente, algunas de las cuales aparecen amamantando a un bebé. Tienen un tamaño pequeño y fueron halladas, en su mayoría, en ajuares funerarios.
Estas estatuillas de las diosas-serpiente son un claro testimonio de la adoración que en El Obeid se ofrecía a la Diosa Madre o Gran Diosa, el poder femenino que impulsa la fertilidad, tanto de los campos como de las mujeres.
La serpiente es un animal que, en el ámbito simbólico, posee varios significados; uno de ellos es el de fuerza fertilizadora, ya que se arrastra por la tierra a la cual pertenece la divinidad. No en vano, muchas diosas de otros panteones (y que tienen su origen en esta diosa arcaica) como Ishtar, Deméter o Isis son asociadas a menudo con serpientes.
3. Los primeros templos
En la civilización de El Obeid encontramos el germen de lo que más tarde serán los zigurats, los enormes templos de varios pisos compuestos por terrazas que caracterizarán a la cultura sumeria.
A pesar de que en pueblos anteriores se han hallado evidencias de recintos consagrados a la religión, lo cierto es que no es hasta El Obeid que encontramos estos recintos sagrados ubicados dentro del entramado urbano, y, además, ocupando un considerable espacio, lo que, por otro lado, no hace más que indicar su importancia dentro de la comunidad.
Etapas de la cultura de El Obeid
Como ya hemos apuntado, y a pesar de la existencia de ciertas características que persisten, los historiadores identifican diversas etapas dentro de la cultura de El Obeid. Contamos con varias temporizaciones, pero, en general podemos resumirlas de la siguiente manera:
- El Obeid 1 o Ubaid temprano, también llamado Eridu por la ciudad que lo caracteriza y que, según los textos sumerios, es la urbe más antigua de la historia (c. 5.500 – 4.700 aC);
- El Obeid 2 o Ubaid Medio (4.700 – 4.500 aC), en el que se producen grandes innovaciones de canalización que permiten una mejora en el regadío y se empiezan a usar los hornos de cerámica;
- El Obeid 3 o Ubaid Tardío/Clásico (4.500 -3.750 aC), en el que se produce la irrupción de los metales y se traslada paulatinamente la importancia religiosa desde Eridu hasta Uruk. Comenzaba el primer periodo de Sumer, con esta gran ciudad como eje.


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