La literatura denominada “gótica” surgió en los albores del Romanticismo, en una época en que la población se rebelaba contra el empirismo y el racionalismo imperante y se inclinaba por los relatos extraños, lúgubres y sin explicación aparente. Se recuperaba así el poder de lo oculto y se apelaba a los instintos más primarios del ser humano: la atracción, pero también el miedo.
Muchas de estas historias son mundialmente famosas. Solo hay que citar a autores como Edgar Allan Poe (1809-1849), E.T.A Hoffman (1776-1822) o H.P Lovecraft (1890-1937) para invocar un mundo de fantasía fascinante y turbadora. Hoy te traemos 10 de los cuentos góticos más escalofriantes para una noche de Halloween… o para cualquier otra.
10 cuentos clásicos cortos terroríficos para tu noche de Halloween
Aunque en todas las épocas y culturas se han inventado historias escalofriantes sobre muertos y apariciones espectrales, es cierto que fue el Romanticismo el punto de partida de un género literario concreto, el denominado “género gótico”. El término hacía referencia, cómo no, a la denostada Edad Media, que, a finales del siglo XVIII, empezó a verse como un mundo mágico, oscuro y fascinante a partir del cual se forjó la nacionalidad y el folklore de los pueblos.
Es por ello por lo que muchas fantasías de terror están ambientadas en una supuesta Edad Media o, tal y como hoy se llama, en un Neomedievalismo. Somos herederos de la seducción que esta época ejerció sobre los decimonónicos; seducción que se extendió hasta el siglo XX y que todavía perdura.
No todos los relatos góticos están ambientados en una Edad Media idealizada, por supuesto. De hecho, el género vino para quedarse y, durante la época victoriana, los hechos de estas historias aterradoras se trasladaron a la época contemporánea de sus autores. Eso sí, ambientadas por lo general en lugares apartados, rústicas aldeas o caserones abandonados.
Veamos algunos ejemplos de relato clásico de terror. Esperemos que disfrutéis… o no.
1. El hombre de arena (Der Sandmann), de E.T.A Hoffmann
Ernst Theodor Amadeus Hoffmann (más conocido literariamente como E.T.A Hoffmann) es uno de los grandes pioneros del relato de terror gótico. Nacido en 1776, cuando el Prerromanticismo empezaba a hacer furor en los países germanos, de joven estudió Derecho y trabajó en distintos oficios, hasta que se decantó por su gran vocación, la escritura.
El hombre de arena, publicado en 1817, recoge a un personaje muy conocido del folklore alemán, Sandmann o el “hombre de arena”, usualmente utilizado para asustar a los niños. En el cuento de Hoffmann, que apareció en la antología Cuentos nocturnos (un título más que explícito), el “monstruo” en cuestión es Olimpia, un autómata de la que el joven Nathaniel se enamora perdidamente. Cuando Nathaniel se entera de que su amada no es humana, cae un pozo de locura que le llevará a la destrucción.
2. La leyenda de Sleepy Hollow (The Legend of Sleepy Hollow), de Washington Irving
Esta inmortal historia de otro de los grandes cuentistas de la literatura, Washington Irving, es especialmente conocida por la adaptación que de ella hizo Tim Burton en 1999 (sin olvidar la magnífica versión de Disney de 1949).
Ambientada en los Estados Unidos posteriores a la Guerra de la Independencia, narra la leyenda del llamado Jinete sin Cabeza, un fantasma descabezado que cabalga sobre un espectral caballo negro y que se levanta de su tumba cada Noche de Difuntos en busca de su cabeza perdida. El infortunado que se topa con él es Ichabod Crane, el profesor de la escuela, precisamente la noche fatídica, tras declararse a la bella (y rica) Katrina Van Tassel.
3. Ligeia, de Edgar Allan Poe
Del grandísimo maestro del terror gótico hemos escogido una de sus obras menos conocidas, pero conmovedora y absolutamente terrorífica: Ligeia. Publicada en 1838, la historia gira en torno a la primera esposa del protagonista, una hermosa y extraña mujer llamada Ligeia, de quien él está perdidamente enamorado y que fallece muy joven por una enfermedad desconocida.
La segunda parte del relato nos narra el segundo matrimonio del protagonista con una dama radicalmente opuesta a su adorada Ligeia: si esta era morena, fascinante y exótica, la segunda es etérea, rubia y angelical. El cuento nos sumerge en los pensamientos del marido, en sus delirios y su locura, con la habitual y absoluta maestría de Poe.
4. El monte de las ánimas, de Gustavo Adolfo Bécquer
Bécquer es uno de los poetas más grandes que ha dado la literatura española, pero también uno de los mejores escritores del género gótico en ámbito hispano. Su romanticismo tardío (falleció en 1870) otorga un halo especial a este genial autor, de cuyas Leyendas elegimos su magnífica El monte de las ánimas, publicada en 1861.
La historia nos traslada al pasado, a la Soria medieval. Dos primos, Alonso y Beatriz, regresan de una cacería en el conocido como Monte de las Ánimas, un lugar de espantosa fama: dicen que, en la Noche de Todos los Santos, los difuntos allí enterrados se levantan de sus tumbas…
Beatriz se muestra burlona ante el miedo de su primo, y le conmina a regresar al monte esa misma noche (que no es otra que la noche maldita) a recuperar una banda azul que él ha perdido durante la cacería. Alonso acudirá a pesar del miedo. Mientras, Beatriz esperará en su alcoba, rodeada de oscuridad y sonidos…
5. La mujer gris (The Grey Woman), de Elizabeth Gaskell
Elizabeth Gaskell es una de las grandes autoras de la literatura inglesa, que, como la mayoría de sus colegas escritores, publicó algunos cuentos de género gótico en una compilación titulada, precisamente, Cuentos góticos (1861).
De todos los títulos del volumen, rescatamos La mujer gris, poseedora de las características más reconocibles del género: ambientación lúgubre en una casona, una muchacha desdichada y un marido posesivo y egoísta. La historia se centra en la huida de la esposa, acompañada por su criada, y la persecución y el acoso a la que la somete el tirano. El título, La mujer gris, hace referencia a los cabellos de la mujer que, tras las desgracias (y a pesar de su juventud) se vuelven grises como la ceniza.
6. El Horla (Le Horla), de Guy de Maupassant
Este famoso relato gótico del excelente escritor francés fue publicado por primera vez en 1886 y más tarde revisado y republicado en 1887. Se trata de un poderoso testimonio de cuán profunda puede ser la locura; el protagonista, que narra los sucesos en primera persona, va desgranando los extraños sucesos que advierte a su alrededor desde que, un soleado día de primavera, ve pasar un barco por el río Sena.
Precedente indiscutible de los posteriores relatos de entes desconocidos que harán famoso a Lovecraft, El Horla de Maupassant es un alegato onírico y surrealista que atrapa al lector desde la primera página. Su estructura, en formato de diario, no hace más que añadir inquietud e incertidumbre al relato.
7. La pata de mono (The Monkey’s paw), de W. W. Jacobs
Es curioso cómo William Wymark Jacobs (1863-1943) ha pasado a los anales de la literatura por esta turbadora historia, cuando, en realidad, él fue un humorista destacado de la era victoriana. Publicada en 1902 como parte del libro de cuentos The Lady of the Barge (La dama de la barca), está considerado como uno de los mejores relatos del género.
El argumento gira en torno a una familia (padre, madre e hijo) que recibe la llegada de un primo lejano que regresa de la India. El hombre vuelve con un curioso amuleto: una pata de mono seca, que, según él, concede tres deseos. Aunque les advierte (antes de morir) que deben destruirla, la familia, apabullada por las deudas, la utiliza para desear la cantidad de dinero que necesita… con las funestas consecuencias que esto conlleva.
8. La sombra en el rincón (The Shadow in the Corner), de Mary Elizabeth Braddon
Otra de las grandes damas del relato gótico victoriano, Mary Elizabeth Braddon (1837-1915), nos ha dejado un conjunto notable de cuentos góticos, como La sombra en el rincón, publicado por primera vez en 1879.
De forma parecida a El Horla de Maupassant, este cuento gótico, el más popular de Braddon, narra la extraña presencia de un ente misterioso que atemoriza la casa de un rico hacendado. En este caso, sin embargo, la “criatura” irrumpe en las vidas de todos los habitantes del lugar. Al parecer, todo se debe a un suicidio que alguien cometió en las habitaciones del ático…
9. La resucitada, de Emilia Pardo Bazán
Emilia Pardo Bazán (1851-1921) es una de las escritoras más importantes de la literatura española. Famosa por su faceta como autora de novela realista, Bazán cultivó también con éxito el relato gótico, del que es una de las más importantes representantes en el ámbito hispano.
En La resucitada (1908), y de forma parecida a lo que hizo Poe en su El entierro prematuro, Bazán narra la desdicha de una mujer que ha sido enterrada viva (algo, por desgracia, bastante usual en el siglo XIX). Se trata de uno de los mejores cuentos de terror de la escritora española.
10. La tumba (The Tomb), de H.P Lovecraft
Y cerramos esta pequeña antología de relatos de terror góticos con uno de los grandes maestros del género: Howard Philips Lovecraft (1890-1937), el autor que ha inspirado a los grandes genios de terror y ciencia ficción del siglo XX.
A pesar de su corta vida, Lovecraft consiguió dar al mundo una intensa producción, fruto de su imaginación y sus propios delirios. En la literatura lovecraftiana, terror, fantasía y ciencia-ficción se funden para dar como resultado unos mundos de pesadilla que sacuden al lector hasta lo más profundo de su alma. La tumba, publicada en 1922, cuenta la fascinación que un joven siente por el mausoleo de los Hyde. Sus intentos por penetrar en el espacio son inútiles: algo lo detiene, y él no sabe qué es…