Para los niños y las niñas, la experiencia de ir a la escuela es mucho más que una manera de aprender temarios; constituye uno de los aspectos más importantes de la vida de los más jóvenes. Tanto en la infancia como en la adolescencia la escuela es un espacio crucial cuantitativa (pasan en ella mucho tiempo) y cualitativamente (en ella aprenden a socializar y a conocer el mundo en el que viven).
Pero está claro que existen maneras de aprovechar más o menos el paso de los pequeños por la escuela, y en este sentido, las notas escolares son uno de los mejores indicadores para saber si un/a alumno/a rinde adecuadamente en sus estudios. Ahora bien… ¿qué hacer, como padres y madres, ante las malas notas de nuestros hijos? A lo largo de este artículo encontrarás varias recomendaciones a tener en cuenta.
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5 consejos sobre qué hacer si nuestro hijo saca malas notas
Ante los problemas de rendimiento académico en niños y niñas, es importante que los padres adapten su estilo de crianza a cada caso particular: no hay soluciones fáciles que funcionan del mismo modo en todos los casos, y siempre resulta imprescindible conocer las características del menor y del contexto en el que vive.
Por eso, a veces es muy complicado saber qué es lo que “falla” y que da lugar a las malas notas, y de hecho, en la mayoría de los casos no hay una sola causa, sino varias que interactúan entre sí. Y, en los casos más severos, llega a ser necesario recurrir a psicólogos formados en intervención infanto-juvenil.
Sin embargo, hay veces en las que sí es posible ayudar al pequeño o a la pequeña modificando ligeramente las estrategias educativas y de crianza desde casa, en combinación con una buena comunicación con el centro escolar. Es por ello que a continuación haremos un repaso a varios consejos acerca de cómo gestionar las malas notas de nuestros hijos desde nuestro rol como padres y madres.
1. Habla con tu hijo o hija no para sermonear, sino para escuchar
Es muy importante conocer su punto de vista sobre por qué está sacando malas notas. No se trata de dar por buena su versión sin más, sino de conocer esa información, porque es valiosa y ayuda a comprender las motivaciones e incentivos (o falta de estos) que asocia a la obtención de buenos resultados académicos.
Debes abordar este diálogo desde la asertividad, demostrando que respetas su punto de vista pero dejando claro que, a priori, sus bajas notas son un problema a solucionar (más adelante veremos excepciones a esto).
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2. Habla con la escuela
También es fundamental que hables con el tutor o tutora de su clase para saber más acerca de lo que está ocurriendo; en caso de que lo haya, habla también con el/la psicólogo/a escolar o con el equipo de psicopedagogía.
De este modo conocerás aspectos que pueden explicar en parte sus malas notas y, en general, su manera de vivir la escuela. Y en el caso de que existan indicios de un trastorno de aprendizaje o del neurodesarrollo como por ejemplo el TDAH, también lo sabrás.
Si se da esta clase de circunstancias, es importante diagnosticar cuanto antes el problema yendo al psicólogo, y si se confirma que hay un trastorno, podréis re-ajustar las expectativas de las notas que tendría que estar sacando tu hijo o hija, además de tomar las medidas necesarias para adaptar a sus necesidades la educación escolar.
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3. Ayúdale a programar sus ratos de estudio
Cread un horario que incorpore sesiones diarias de estudio y/o de hacer deberes, y colócalo en un lugar visible de la casa. Este actuará como recordatorio contante de que esos minutos diarios forman parte de su cotidianidad, de la estructura de los días de la semana. Y además, de ese modo sabrás si se está saltando o no esas sesiones.
Eso sí, estos horarios deben permitir que le quede tiempo libre: es importante que pueda desconectar y socializar más allá de sus obligaciones escolares.
4. Enséñale a resumir
Enseñarle a resumir bien sus apuntes puede llevar varios días, pero a medio y largo plazo, compensa. No solo le ayudará a tener mejores materiales con los que estudiar, sino que además, la actividad de resumir le facilitará la comprender lo que lee, al ir seleccionando ideas importantes e ir conectándolas entre ellas.
5. Aporta incentivos por las buenas notas
Muchos padres y madres caen en el error de limitarse a reñir a sus hijos por las malas notas, haciendo que los pequeños vean la escuela como una fuente de problemas, algo que solo puede restar en su bienestar.
En realidad, es mucho mejor recompensar a tu hijo o hija cada vez que saque buenas notas. Esto no tiene por qúe implicar darle premios materiales; pueden ser simbólicos adaptados a su edad y al logro conseguido, como una figura o una medalla, o una celebración. La idea es que se sienta bien con lo que ha conseguido, que se enorgullezca de sus avances.
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