Un estudio de la Universidad de Massachusetts afirma que los niños y niñas en edad preescolar que tienen más televisión y tienen una en su habitación duermen significativamente menos y peor. Además, tienden a echarse más siestas a lo largo del día.
A lo largo de este artículo explicaremos por qué sucede esto y cuál es la relación entre el consumo de pantallas y las alteraciones del sueño. También hablaremos sobre otros posibles factores que pueden empeorar esta situación y cuáles son las consecuencias a largo plazo de la falta de sueño en infantes. Por último, veremos algunas recomendaciones.
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¿Cómo interfiere la televisión en el sueño infantil?
Cada vez es mayor la preocupación sobre el impacto que las pantallas tienen sobre el sueño infantil puesto que cada vez hay más evidencia de las graves consecuencias que producen. Por otro lado, el estudio mencionado en la introducción, publicado en la revista Sleep Health, refiere que el 36% de los niños de 3 a 5 años que participaron en el estudio tenían televisión en su habitación y un tercio de estos se quedaban dormidos viéndola.
Los estudios realizados afirman que los infantes en edad preescolar que ven la televisión antes de irse a dormir suelen tener dificultades para conciliar el sueño, dormir peor y tener una peor calidad del sueño. El hecho de consumir la pantalla antes de irse a dormir implica que dejan de realizarse otras actividades que pueden ser placenteras y relajantes.
Son diferentes los factores que interfieren en la cantidad y calidad del sueño. Uno de los más destacables y estudiados es el hecho de que la luz azul emitida por las pantallas elimina la producción de melatonina. Esta es la hormona que regula los ciclos de vigilia y sueño, así que, como consecuencia, se alteran los ritmos circadianos de los niños. Así pues, consumir pantallas justo antes de irse a dormir es más perjudicial que hacerlo en otros momentos del día.
Además el contenido infantil suele ser demasiado estimulante a nivel cognitivo por la exposición a estímulos constantes que se caracterizan por ser rápidos, ruidosos, etc. Todo esto hace que los infantes se mantengan en alerta y les cueste relajarse para dormir.
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Otros factores que empeoran la situación
Además de lo expuesto anteriormente, es importante tener en consideración otros factores que pueden empeorar dicha situación. Por un lado, la duración y el momento de exposición son especialmente relevantes. Algunos estudios señalan que los niños que ven una hora de televisión al día tienen menos horas de sueño y más probabilidad de despertarse.
Como decíamos antes, un elevado porcentaje de niños dispone de una televisión en su habitación. Los estudios demuestran que estos infantes duermen de media 30 minutos menos al día que los niños que no tienen dispositivos en el dormitorio. Esto se puede relacionar con la facilidad para consumir la pantalla de forma más prolongada y con menos control.
Si no hay supervisión parental, la televisión puede usarse en algunos hogares como una herramienta para calmar a los niños. Otro de los riesgos de que los preescolares tengan televisión en la habitación es que pueden llegar a consumir contenido inapropiado para su edad y necesidades evolutivas.
¿Cómo afecta la falta de sueño a los preescolares a largo plazo?
La preocupación por la falta de sueño en los preescolares no es en vano. Es cierto que cada niño, igual que cada persona adulta, tiene sus propias necesidades y no todos van a requerir las mismas horas de descanso. No obstante, la evidencia científica señala que la falta de sueño persistente provoca graves consecuencias a medio.
A nivel cognitivo, la falta de sueño puede generar dificultades en los procesos atencionales, de memoria y, por supuesto, en el rendimiento académico. A nivel emocional, la falta de sueño puede provocar un aumento de la irritabilidad y la labilidad emocional, es decir, pueden darse más cambios de humor. Asimismo, no dormir suficiente interfiere en la capacidad para manejar el estrés e incrementa la probabilidad de padecer ansiedad.
A nivel físico, el crecimiento puede verse afectado porque la hormona necesaria se genera en el sueño profundo. Además, el sistema inmunológico se ve debilitado y esto supone una mayor probabilidad de enfermar. Por si fuera poco, los estudios relacionan la falta de sueño con un mayor riesgo de desarrollar obesidad en la infancia.
##Recomendaciones para padres, madres y cuidadores
No podemos negar que vivimos en una sociedad en la que las pantallas están presentes en nuestro día a día. No obstante, es responsabilidad de los adultos asegurar que se hace el menor uso posible de estos dispositivos y siempre de forma responsable.
En este sentido, se recomienda que los niños, especialmente en edad preescolar, no vean la televisión o, como máximo, lo hagan durante menos de una hora diaria y siempre bajo supervisión adulta. Por supuesto, se desaconseja que los menores dispongan de dispositivos en su dormitorio.
Por último, es altamente aconsejable promover el desarrollo de hábitos saludables en torno a la hora de ir a dormir. Entre estos se destacan aspectos como la lectura, contar cuentos o realizar otras actividades que resulten relajantes. Mantener una adecuada higiene del sueño es crucial para un desarrollo óptimo y saludable.