El sueño es una necesidad biológica, por lo que cuando hay una falta del mismo o no es del todo reparador, pueden llegar a desarrollarse otras patologías tanto a nivel físico como mental, de manera que es importante tratar de buscar una solución a todos aquellos trastornos del sueño; sobre todo en una etapa tan crucial como es la infancia.
Existe una amplia variedad de trastornos del sueño en la infancia, entre los que nos podemos encontrar los siguientes: insomnio, apnea infantil, trastorno por pesadillas, sonambulismo, terrores nocturnos, somniloquio o jactatio capitis, entre otros.
En este artículo hablaremos acerca de los trastornos del sueño en la infancia más conocidos, pero antes vamos a explicar en qué consisten los trastornos del sueño en general.
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¿Cuáles son los trastornos del sueño en la infancia más comunes?
El sueño de las personas se divide en una serie de ciclos de 90 minutos de duración cada uno que se repiten de manera cíclica a lo largo del descanso nocturno, siendo lo más común que una persona pase por 4-6 ciclos durante la noche. En cada uno de estos ciclos se dan diversas fases (fase 1, fase 2, fase 3, fase 4 y fase 5 o fase REM).
Para que un sueño sea reparador deberían transcurrir con normalidad, en orden e ininterrumpidamente, todas y cada una de las fases que componen cada ciclo de sueño; sin embargo, pueden darse diversos trastornos del sueño en la infancia que podrían interrumpirlas, causando ciertos problemas para la salud de las personas. Además, los trastornos del sueño en la infancia se dan con bastante frecuencia, siendo uno de los problemas que aparecen con mayor frecuencia en la práctica clínica, tanto en pediatría como en psicología.
Hablamos de trastornos del sueño cuando nos referimos a cualquier problema que se encuentre estrechamente relacionado con el descanso nocturno o el dormir, incluyéndose que a las dificultades a la hora de tratar de conciliar el sueño o de permanecer dormido durante la noche, así como también a aquellos casos en los que una persona se queda dormida en momentos que son inapropiados para ello, que duerme en exceso (hipersomnia) o que lleva a cabo conductas anormales durante el sueño (por ejemplo, sonambulismo).
En una etapa tan importante como es la infancia es muy importante que el sueño sea reparador y se descanse el suficiente número de horas (desde las 11-14 horas que debe dormir un niño entre 1 año y 2 años hasta las 9-12 que deben dormir los niños con edades comprendidas entre los 6 y los 12 años; por lo tanto, un niño en etapa de desarrollo nunca debería dormir menos de 9 o 10 horas).
Por otro lado, cabe mencionar que los trastornos del sueño en la infancia podría llegar a ocasionar problemas importantes que afectan a la calidad de vida del niño (p. ej., irritabilidad, disminución de la concentración y la atención, etc.), así como también a la de sus familiares convenientes, como suelen ser sus padres y sus hermanos (p. ej., perturbaciones del sueño).
Ahora que ya hemos visto brevemente en qué consisten los trastornos del sueño, vamos a ver los trastornos del sueño en la infancia más comunes, clasificándolos dentro de dos grandes categorías: disomnias y parasomnias.
Disomnias
En el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-5 de la American Psychiatric Association (APA) no aparece el término disomnias; sin embargo, sí que aparecía en la versión anterior (DSM-IV-TR). Aquí los utilizaremos para hacer una división de los trastornos del sueño en la infancia en dos grandes grupos para facilitar su organización, siendo así más fácil su comprensión a la hora de estudiarlos.
Dentro de la categoría de las disomnias podemos encontrar los trastornos del sueño en la infancia relacionados con las dificultades que presentan algunos niños a la hora de intentar dormirse, mantener el sueño y también aquellos casos en los que existe un exceso de sueño.
1. Insomnio
El insomnio es uno de los trastornos del sueño en la infancia que nos podemos encontrar, y está caracterizado por una reducción en el tiempo de descanso y también en cuanto a la calidad del sueño, llegando a causar un malestar relevante clínicamente en el niño que lo padece.
Las principales causas del insomnio en la infancia suelen ser unos hábitos inadecuados de sueño, de manera que es frecuente que se den problemas a la hora de acostarse y/o que haya unos despertares bastante frecuentes durante la noche; mientras que otra de las razones del insomnio infantil podría ser que el niño estuviera sufriendo alguna situación de ansiedad y miedo, de forma que a la hora de irse a dormir tuviera dificultades para conciliar el sueño por preocupaciones que se manifiestan mediante pensamientos que la podrían causar ansiedad e inquietud.
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2. Apnea infantil o Síndrome de Ondina
Otro de los trastornos del sueño en la infancia existentes es apnea infantil, también conocida con el nombre de Síndrome de Ondina, que está caracterizada por una serie de paradas respiratorias que sufre mientras duerme, causando ronquidos y también una excesiva somnolencia a lo largo del día.
Además, dichas paradas respiratorias podrían llegar a aparecer en repetidas ocasiones a lo largo del sueño nocturno, llegando a producir despertares y un sueño poco reparador.
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Parasomnias
Entendemos por parasomnias a todos aquellos trastornos del sueño en la infancia que están caracterizados por la existencia de alguna conducta durante el descanso nocturno o algún fenómeno fisiológico y/o experiencial inusual o poco común que se encuentran asociados al sueño, ya que suelen aparecer en alguna de las fases del este o también en las transiciones entre el sueño y la vigilia.
Algunas de estas parasomnias, como los terrores nocturnos y el sonambulismo aparecen en el DSM-5 clasificados dentro de la categoría de “trastornos del despertar del sueño no-REM”, no siendo trastornos graves, pero sí pueden causar cierto malestar.
1. Trastorno por pesadillas
El trastorno por pesadillas, antes conocido como el trastorno por sueños angustiosos, es otro de los trastornos del sueño en la infancia más comunes. Es además la parasomnia que se da con mayor frecuencia en la infancia, y está caracterizada por la aparición durante el descanso nocturno de sueños con contenido desagradable e incluso temeroso, causando el despertar del niño.
En ocasiones, el miedo provocado por esas pesadillas podría ocasionar que el niño tenga dificultades para volverse a dormir, de manera que esto podría llegar a acarrear insomnio.
El trastorno por pesadillas normalmente no es grave, ya que suele darse durante un periodo de tiempo a causa de algún factor estresante en la vida del niño o por algún otro motivo y tiende a desaparecer cuando el fenómeno que lo desencadenó ha remitido. Cuando se da un trastorno por pesadillas, los padres deberían tratar de calmar a su hijo, quitándole importancia al contenido de las pesadillas.
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2. Terrores nocturnos
Otro de los trastornos del sueño en la infancia más frecuentes es el de los terrores nocturnos, que se conoce así a causa de la aparición durante el sueño de episodios frecuentes de despertar de manera brusca con sensaciones de terror por parte del niño, de manera que es común que durante dichos despertares comienza a gritar a causa del pánico sentido. Además, durante estos episodios, al haber experimentado el pánico, existen una serie de signos de alerta como taquicardias, midriasis, sudoración en exceso y/o taquipnea (respiración rápida y superficial).
Cabe mencionar que los terrores nocturnos normalmente aparecen durante el primer tercio de la noche, en las fases 3 y 4 del sueño (en las que se da el sueño lento o profundo), siendo extraño que aparezcan durante la fase del sueño REM, que es la fase en la que normalmente se dan los episodios de pesadillas.
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3. Sonambulismo
El sonambulismo es conocido por la existencia de repetidos episodios durante el sueño nocturno en los que el niño se levanta de su cama y comienza a caminar por la casa sin llegar a despertarse. Al estar en estado de sueño, durante el episodio de sonambulismo el niño camina con la mirada fija y en cuando, de manera que no se percata de la intención de otras personas que pudiera haber a su alrededor (p. ej., sus hermanos o sus padres) tratando de comunicarse con él, siendo muy difícil despertarle.
El sonambulismo es un trastorno del sueño que podría llegar a durar varios años sin llegar a causar ninguna alteración durante la vigilia ni causar otro tipo de malestar o alguna otra psicopatología; sin embargo, sí que podría darse junto a otros problemas relacionados con el sueño como la enuresis, el somniloquio o los temores nocturnos.
4. Somniloquio
El somniloquio es una parsimonia que no aparece clasificada como un trastorno especificado dentro del DSM-5 que conviene conocer y está caracterizada por la existencia de episodios de emisión de sonidos o del habla durante el sueño, estando relacionados con situaciones estresantes y antecedentes familiares.
Los episodios ocurridos en los casos de somniloquio normalmente duran únicamente unos pocos segundos y se dan de manera esporádica y, aunque podría aparecer a cualquier edad, es más común que se den durante la etapa preescolar (entre los 3 y los 7 años aproximadamente).
5. Jactatio Capitis
Entre los trastornos del sueño en la infancia también podemos encontrar el Jactatio Capitis, siendo otra parasomnia que no aparece clasificada como un trastorno especificado dentro de la clasificación del DSM-5.
Está caracterizada por la presencia de una serie de movimientos de mecimiento para tratar de conciliar el sueño que ocurren de forma automática. Este tipo de movimientos, de manera más concreta, consisten en el balanceo de la cabeza de manera rítmica, pudiendo estar acompañado de forma ocasionalmente por movimientos de todo el cuerpo.
Normalmente, los movimientos que se dan en los episodios de quienes padecen esta parasomnia suelen darse de forma suave; sin embargo, en algunos casos se produce de manera más intensa y podría llegar a causar lesiones.
6. Bruxismo nocturno
Por último, entre los trastornos del sueño en la infancia también podemos encontrar el bruxismo nocturno, otra parasomnia que no aparece especificada en el DSM-5. Está caracterizada por el chirriar de dientes que consiste en una conducta que es desarrollada por los músculos de la mandíbula de forma rítmica, produciendo así una fricción en los dientes, de manera que si esto se da de manera fuerte, los dientes podrían llegar a desgastarse.
En el caso del bruxismo nocturno, hemos encontrado que podría deberse a antecedentes familiares, aunque también podría estar causado por situaciones de ansiedad y/o momentos frustrantes que haya vivido el niño.