El consumo de marihuana y otros derivados del cannabis es un fenómeno común hoy en día, especialmente en la población joven.
Se tiene la idea popular de que el cannabis es una sustancia que comporta muy pocos riesgos al ser "natural" y más o menos tradicional en algunas zonas, con lo que por norma general se consume sin gran preocupación por sus posibles efectos secundarios. Sin embargo, se ha demostrado que el consumo de este tipo de sustancias sí entraña altos riesgos para la salud.
Concretamente, la revisión y análisis de diferentes investigaciones reflejan que existe una vinculación entre cannabis y trastornos psicóticos, habiéndose indicado demostrando que el cannabis aumenta el riesgo de sufrir un brote psicótico, en algunos casos hasta en un 40%.
Cannabis y derivados
El cannabis y sus derivados son unas de las drogas ilegales más consumidas a nivel mundial, especialmente en la sociedad occidental. Extraído de la planta Cannabis sativa, se trata de un tipo de sustancia que se consideraría dentro del grupo de de drogas psicodislépticas, sustancias psicoactivas que producen una modificación de la actividad mental sin que esta se pueda considerar totalmente excitatoria o inhibitoria.
En el caso concreto del cannabis, generalmente se produce primero un aumento de la actividad para en poco tiempo pasar a un estado de relajación y sedación, junto con otros síntomas como aumento del apetito o descoordinación motora.
Esta droga puede encontrarse en muy diferentes formas según las partes de la planta que se empleen, siendo los derivados más conocidas la marihuana y el hachís.
Consumo y consideración social
Su uso se remonta a la antigüedad, utilizada como planta medicinal y relajante, e incluso hoy en día es empleada para combatir algunos síntomas de enfermedades, como la presencia de vómitos, convulsiones e incluso anorexia o falta de hambre (no confundir con la anorexia nerviosa, que sería el trastorno psicológico) que se da en pacientes con diferentes trastornos.
Sin embargo, al margen de sus propiedades médicas, una gran cantidad de personas utilizan el cannabis como forma de entretenimiento y relajación debido a la idea generalizada de que se está ante una droga cuyo consumo comporta pocos riesgos. Esta consideración se debe a que el cannabis y sus derivados no tienen tantos efectos a nivel fisiológico como otras drogas, y al hecho de que se considera que en general no provocan demasiada dependencia salvo que su consumo sea diario.
Generalmente se consume por inhalación a través de cigarrillos, aunque en ocasiones se consume por vía oral (siendo por ejemplo el caso de los conocidos pasteles de maría). En general su consumo se da con mayor frecuencia en la adolescencia y adultez temprana, siendo menos frecuente en edades más avanzadas.
Aumento del riesgo de brotes psicóticos
Como hemos visto anteriormente, se tiene la consideración de que consumir cannabis no tiene riesgos o estos son muy bajos. Sin embargo, el análisis de diversas investigaciones indica que, si bien tiene un riesgo menor a otras sustancias, el consumo de cannabinoides provoca un serio aumento de la posibilidad de sufrir brotes psicóticos.
Y es que la administración de esta sustancia provoca con frecuencia la presencia de alucinaciones auditivas o delirios persecutorios, que si bien generalmente son temporales pueden permanecer o disparar la repetición de posteriores brotes psicóticos. De hecho, una de las investigaciones indica que el cannabis aumenta hasta el 40% la posibilidad de despertar un trastorno psicótico, pudiendo ser mucho mayor si el consumo es diario.
Si bien se considera que el cannabis no produce el trastorno psicótico en sí, es un un factor de riesgo que puede acabar siendo detonante de éste. Es decir, existe una predisposición genética a padecer una alteración de este tipo, predisposición que puede llegar a expresarse o no.
El cannabis y la equizofrenia
En este caso el consumo de cannabis es un factor que aumenta el riesgo de que se exprese, siendo su riesgo muy superior al de otras sustancias. Así, una persona que probablemente no hubiese tenido jamás ningún brote tiene una muy alta probabilidad de desarrollarla. Y uno de los trastornos asociados a este consumo y a los brotes psicóticos es la esquizofrenia, un trastorno severo que puede causar un alto nivel de interferencia en la vida cotidiana. Otras investigaciones reflejan que muchos pacientes esquizofrénicos consumidores de cannabis han tenido su primer episodio psicótico hasta siete años antes de lo que indica la media.
Otros riesgos en el consumo de marihuana
Se ha de tener en cuenta además el periodo vital en que suele realizarse el consumo de cannabinoides, que suele empezar en la adolescencia y adultez temprana. En esta época el organismo todavía está en formación y proceso de cambio, teniendo una mayor reactividad ante la recompensa y el castigo que en otros momentos vitales, con lo que el encéfalo resulta más vulnerable y quedar afectado por cambios a largo plazo.
Además de esto, se ha de considerar que el cannabis no afecta únicamente al inicio de un brote psicótico, sino que también incluye en el curso y pronóstico de los brotes y trastornos, demostrándose que en general el consumo de cannabis interfiere y dificulta el tratamiento, y a la larga facilita la recaída y aparición de nuevos brotes psicóticos en pacientes tratados.
Concluyendo
En conclusión, se hace necesario tener en cuenta y poner especial atención a los riesgos que supone el consumo de cannabis, combatiendo la idea de que es algo inofensivo.
Y es que se ha documentado que los cannabinoides pueden provocar síndrome amotivacional, tiene propiedades cancerígenas y a la larga puede provocar problemas respiratorios y disfunciones sexuales, además del espectacular aumento del riesgo de presentar brotes psicóticos.