¿Cómo saber si una persona sufre una adicción?

Una guía para reconocer si un ser querido es adicto a algo.

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Sabemos que las adicciones son un tema delicado en la sociedad. Las personas que las padecen tienen asociados muchos estereotipos y prejuicios. Cuando pensamos en una persona con adicción, puede que se nos venga a la mente una persona famélica, poco aseada, con una estética descuidada y con pocos recursos económicos.

Solemos imaginárnoslos con agujas en los brazos, y tirados en los bancos, o incluso robando para conseguir dinero. Además, las películas y las series pueden contribuir a perpetuar estos estereotipos. Generalmente, estas personas nos generan rechazo o miedo, y solemos evitarlas, lo cual genera más exclusión y aislamiento social para ellas.

Sin embargo, no todas las personas que lidian una adicción cumplen estas características. Hay multitud de personas que sufren una adicción y tienen muchos recursos económicos y un estatus social alto, otras con adicciones que pasan desapercibidas, y otras cuya adicción no está relacionada con consumir una sustancia.

Si estás leyendo este artículo, quizás últimamente te preocupa alguien de tu entorno más cercano, o incluso te preocupan algunas acciones que haces tú mismo y no entiendes por qué. En este artículo daremos algunas claves y características sobre qué es una adicción y sobre cómo saber si una persona sufre una adicción, ya sea tú mismo/a u otra persona.

¿Qué es una adicción?

La adicción es una enfermedad física y mental que afecta al comportamiento, pensamiento, emociones y fisiología de una persona, y le crea la incapacidad para controlar su conducta. Por desgracia, esta enfermedad es crónica y recidivante, es decir, se alternan periodos de consumo con periodos de abstinencia.

Aunque una persona con adicción se haya rehabilitado y lleve muchísimos años sin llevar a cabo la adicción, siempre deberá tener especial cuidado, porque ya tiene una vulnerabilidad a retomarla. Por lo tanto, es importante que tanto la persona como el entorno sean conscientes de ello y apoyen su esfuerzo por no consumir.

Podemos distinguir dos tipos de adicciones: con sustancia y sin sustancia. Las más conocidas son las adicciones con sustancia: son las que llevan a consumir repetidamente una sustancia. Esta sustancia tiene propiedades adictivas y el cese de su consumo genera lo que comúnmente llamamos “mono”, es decir, el síndrome de abstinencia.

Al tratarse de sustancias químicas, generan cambios neuroquímicos en el cerebro permanentes que pueden provocar trastornos y déficits mentales, cuya gravedad varía en función de la cantidad y la edad de inicio del consumo. Las sustancias adictivas más comunes son el alcohol, el tabaco y el cannabis. También es importante considerar drogas más fuertes (cocaína, heroína, alucinógenos…), los fármacos (opioides como el fentanilo o sedantes como las benzodiacepinas), la cafeína, el azúcar o gases de sustancias volátiles.

Por otro lado, en las adicciones sin sustancia se desarrolla la adicción a una cierta conducta o acción. Esta acción genera una serie de neuroquímicos agradables en el cuerpo, similares a las que produce la adicción a las drogas, que son las que enganchan y se busca volver a sentir una y otra vez. Algunos ejemplos son el juego patológico o ludopatía (el único reconocido por el DSM-5), las compras compulsivas, la adicción a internet, a los videojuegos, al sexo, al ejercicio o al trabajo.

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¿Cómo saber si una persona sufre una adicción?

Las adicciones son un problema biopsicosocial, por lo que se muestran síntomas biológicos, psicológicos y sociales. Nosotros os vamos a describir las manifestaciones más importantes para que podáis identificar si una persona sufre una adicción. En primer lugar, existe un intenso deseo o compulsión para llevar a cabo la conducta o consumo adictivo. Este deseo se magnifica cuando no existe la posibilidad de satisfacerlo, causando malestar y alteración del ánimo.

Además, la compulsión lleva a un deterioro en la capacidad para controlar la conducta o consumo. Esta ausencia de control conlleva la repetición de la acción adictiva en cantidades superiores o durante mayor tiempo del previsto, a pesar del conocimiento de las graves consecuencias de la conducta. También implica que los intentos de abandonar o controlar el consumo fracasen.

Este deseo irrefrenable entraña invertir un tiempo elevado en las actividades y planificación necesaria para llevar a cabo la conducta adictiva, así como en poder recuperarse de las consecuencias. Incluso supone incumplir deberes fundamentales laborales, académicos o personales; y abandonar actividades importantes bajo el criterio de la propia persona. Esto acarrea problemas profesionales, económicos, académicos, sociales y psicológicos intrapersonales.

No solo eso, sino que puede poner en peligro su propia integridad física, tanto por la sustancia en sí como por las conductas que realiza para poder obtener el consumo. Pueden llegar a volverse violentas y realizar conductas delictivas, como robar dinero a familiares y amigos para poder comprar la sustancia o apostar en juegos de azar. De esta manera, llegan a transgredir sus propios valores personales, la ley y la moral, y su entorno social se ve afectado por su adicción y las conductas derivadas.

Finalmente, y por desgracia, la persona con la adicción termina desarrollando tolerancia a la sustancia o a la acción, y en ocasiones el síndrome de abstinencia. Esto se ve reflejado en que es necesario consumir cantidades cada vez mayores o durante un tiempo más prolongado para lograr el efecto deseado o los mismos efectos que se conseguían al inicio de la adicción. Además, el consumo estará más motivado por la idea de reducir el malestar provocado por la abstinencia que por el disfrute en sí de la acción adictiva.

Recuerda que es más importante la opinión de un profesional

Este artículo no es sustituto de un diagnóstico realizado por un profesional de la salud. Solo se describen características generales y no analizamos la conducta de una persona en concreto. Nosotros recomendamos que acudas a un especialista para saber si una persona sufre una adicción, ya que te podrá ofrecer un trato aplicado a la persona.

Intenta que no te frene el miedo a pedir ayuda por los estereotipos y las consecuencias de ser identificado como una persona con adicción. Es mucho más importante tu vida o la de la persona que sospecha que sufre la adicción que lo que puedan pensar los demás o el estatus social. La adicción puede ser una enfermedad muy grave con consecuencias terribles si no es tratada a tiempo.

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  • American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and Statistical Manual of mental disorders. (5ª ed). American Psychological Association.

Centro de Desintoxicación y Adicciones

Dosrius

Clínicas Cita es un centro especializado en los tratamientos de desintoxicación y asistencia a personas con adicciones a sustancias, y cuenta con más de 30 años de experiencia en este ámbito. Ofrece cobertura las 24 horas tanto de manera online como presencial en sus instalaciones de Barcelona y Dosrius. El proceso de desintoxicación se realiza en un entorno natural lleno de actividades: deportes, fisioterapia, terapia con equinos, salas de lectura, etc.

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