La ludopatía se encuentra catalogado como un trastorno mental dentro de las adicciones. De hecho, después de los trastornos por adicción en los que hay consumo de sustancias, es uno de los más frecuentes. Si bien es cierto que en la ludopatía no hay ninguna sustancia nociva de por medio, la adicción se desarrolla a raíz de un patrón patológico de juego.
En este artículo veremos cómo se autoengañan las personas que sufren ludopatía. Para ello, hablaremos de autoengaño y adicción, de los mecanismos habituales del autoengaño que se dan en la ludopatía y las consecuencias que esta situación puede conllevar. Por último, mencionaremos algunas estrategias que pueden ser de ayuda.
Autoengaño y adicción al juego
El autoengaño ha sido un tema que ha interesado ampliamente a autores de diversas disciplinas a lo largo de la historia. Por ello, podemos encontrar diversas definiciones con matices diferentes. El principal aspecto a destacar es que la persona se convence a sí misma de una realidad distorsionada.
En términos generales, definimos el autoengaño como el mecanismo psicológico mediante el cual una persona evita, bien sea de forma consciente o inconsciente, una realidad o situación incómoda, desagradable o que produce malestar. El objetivo principal es la evitación del sufrimiento emocional y, en muchas ocasiones, la protección de la propia autoimagen.
Cuando hablamos de adicciones, el autoengaño juega un papel importante puesto que puede contribuir al establecimiento y empeoramiento de la misma. Inicialmente, la persona empieza a autoengañarse para justificar su conducta y sentir cierta sensación de control sobre el consumo. Se suelen minimizar las consecuencias negativas que se están viviendo.
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Mecanismos habituales de autoengaño en la ludopatía
Al hablar de ludopatía, podemos comprender que el autoengaño sea uno de los mecanismos de defensa que nuestra mente pone en marcha para protegernos. Reconocernos ciertas realidades puede ser realmente complejo y doloroso. Para nadie debe ser fácil asumir que tiene un problema de adicción al juego o que la forma en la que está jugando se considera patológica porque tiene graves consecuencias para la propia persona e incluso el entorno.
Darse cuenta suele implicar que la persona empiece a sentir incomodidad con la situación y la necesidad de cambiar algún aspecto de su realidad. Hecho que, a su vez, puede resultar verdaderamente difícil. Por si fuera poco, es probable que, al reconocer el problema, la persona tome consciencia también del estigma que suele acompañarle socialmente.
Son diversos los mecanismos que se consideran como autoengaño y que se dan de forma recurrente en este tipo de situaciones. A continuación se mencionan algunos de ellos de forma breve.
Negación
Decíamos anteriormente que el autoengaño es, de alguna forma, la negación de la realidad para convencerse de una alternativa distorsionada. En este sentido, la persona suele negar, tanto a los demás como a sí mismo/a, la gravedad y complejidad de la situación.
Racionalización
Nuestra mente tiende, en muchas ocasiones, a racionalizar. Es decir, a generar justificaciones aparentemente lógicas o con sentido y validez para la persona. La creación de dichos argumentos es una forma que tiene la persona de justificar y validar ciertas conductas.
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Minimización
Otra forma de autoengaño muy habitual es la minimización. Mediante este mecanismo, la persona tiende a quitar importancia, gravedad o seriedad a la situación que están viviendo y las consecuencias que se están desencadenando.
Optimismo
El optimismo puede ser un motor que, en momentos difíciles, nos ayude a seguir hacia adelante. Sin embargo, cuando hablamos de ludopatía, habitualmente nos encontramos con que este optimismo es irracional y empeora la realidad de las personas puesto que puede perpetuar la adicción.
Responsabilizar a factores externos
Como parte del autoengaño, otra de las tendencias que se observan frecuentemente es la incapacidad de las personas para responsabilizarse de sus propios actos, decisiones y consecuencias. En términos generales suelen culpar a factores externos de sus propios problemas y responsabilidades.
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Consecuencias del autoengaño en la ludopatía
El autoengaño, tal y como se ha mencionado previamente, puede ser un factor que propicie la adicción y, con el tiempo, ayude a que esta se perpetúe. Hasta que la persona no sea consciente de su situación real y la gravedad de la misma, será realmente complicado poder empezar a abordarla y tratarla.
Así pues, las consecuencias que pueden desencadenarse se suelen reflejar a nivel individual, generando consecuencias en la salud física y emocional de la persona. Además, también pueden dificultar los patrones relacionales. Sin duda, la ludopatía puede perjudicar el ámbito laboral de las personas y, sin duda, generar dificultades económicas.
Herramientas para afrontar el autoengaño
Tal y como hemos visto hasta el momento, lo esencial para poder hacer frente al autoengaño es tomar consciencia de la propia realidad. Solo entonces se puede iniciar un trabajo de aceptación de la misma y el tratamiento de la problemática.
Si bien es cierto que el apoyo del entorno puede convertirse en un aspecto crucial del tratamiento, al hablar de trastornos por adicción es importante acudir a profesionales de la salud mental especializados y experimentados en este tipo de psicopatologías.
Hoy en día son diversas las propuestas de tratamiento que pueden encontrarse. Precisamente por esto, es interesante que las personas se informen de las diversas propuestas y puedan elegir al/la profesional en base a sus necesidades.
