La marihuana y el hachís son dos drogas que en muchas ocasiones se confunden. El motivo de ello es que realmente están relacionadas, proviniendo de la misma planta, pero que implican un proceso de obtención y un consumo diferenciados.
A continuación vamos a ver cuáles son las 6 diferencias entre marihuana y hachís, indagando en su aspecto, forma de consumo, elaboración y obtención.
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¿Cuáles son las diferencias entre la marihuana y el hachís?
La marihuana y el hachís son dos drogas que muy a menudo se confunden. Esta confusión tiene sentido puesto que ambas proceden de la misma planta, la Cannabis sativa o planta del cáñamo. Si bien su origen es el mismo, los usos, propiedades y aspecto son bastante diferentes, siendo lo que usualmente se llama marihuana las partes secas de las plantas que se consumen fumadas (flores sin procesar) mientras que el hachís es una pasta de resina extraída de la planta madre.
También pueden obtenerse estas dos drogas a partir de variedades de la otra gran especie del cáñamo: la Cannabis indica. En función de cuál sea la variedad usada, la intensidad y las características de los efectos tanto de la marihuana como del hachís pueden cambiar mucho, siendo las de la rama índica las que suelen inducir a efectos sedantes y relajantes mientras que las de las variedades sativa son más estimulantes, consumidas porque se les atribuye un poder “energético” y con la creencia de que promocionan la creatividad.
A continuación vamos a ver más a fondo cuáles son las principales diferencias entre marihuana y hachís, poniendo en común a estas dos drogas.
1. Procedencia
La marihuana es fundamentalmente las flores secas sin procesar de la planta femenina del cannabis. Se trata de la planta sin apenas tocar, motivo por el cual es conocida también como “hierba”. El proceso de obtención de esta droga es relativamente fácil, solo siendo necesario hacer crecer una planta de cáñamo femenina y, si se reúnen las condiciones climáticas y botánicas necesarias, la planta crece fuerte y sana, lista para su consumo en el momento adecuado.
En cambio, el hachís consiste en la resina pura de la planta femenina del cannabis, extraida de la planta por medio de diferentes procesos, tanto mecánicos como químicos. Se obtiene de los cristales que hay en los bordes exteriores de la planta y que, mediante un proceso complejo, se extraen y comprimen formando bloques compactos para ser comercializados. Se trata de un producto manufacturado, en el que se requiere una gran cantidad de planta madre para fabricarlo, con lo cual tiende a ser más caro que la hierba.
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2. Aspecto
La marihuana son las flores de la planta femenina, con un color verde y un olor muy intenso. Esta droga es presentada en forma de cogollos, cortados en el momento preciso del crecimiento de la planta y que se secan para su posterior consumo. Igualmente, cabe mencionar que estos cogollos pueden tener múltiples colores según la variedad de cannabis, abarcando desde tonos amarillos verdosos hasta violetas.
El cogollo de marihuana ideal tiene que encontrarse a medio camino entre estar seco y fresco. Si las flores crujen al ser compactadas y se encuentran pegajosas quiere decir que se encuentran en el punto perfecto para ser consumidas. El brillo de las hojas suele ser un indicador de la calidad de la misma y ese mismo brillo es precisamente la resina de la planta, donde se encuentra el THC y lo que hace que el cogollo sea pegajoso.
El hachís suele consistir en una pasta pegajosa, terrosa y con olor intenso, pero más suave que el de la marihuana. Este producto puede ser de diferentes tonos, aunque por regla general de color marrón. Este aspecto depende del tipo de la planta del que provenga, el modo de extracción y su pureza. En su forma final, el hachís se presenta en diferentes formas, mayormente en placas, barras, bolas o en polvo de resina prensado, teniendo un aspecto similar al del chocolate.
Si el hachís tiene un color demasiado verdoso esto puede indicar que posee una gran concentración de material vegetal, implicando que haya menor concentración de resina y por lo tanto menor pureza. Esto se resiente también en la intensidad de sus efectos. Igualmente, cabe decir que esto no es una regla fija, puesto que la presión del bloque también altera el color, haciéndolo más oscuro.
3. Obtención
Como hemos mencionado antes, la marihuana o hierba es básicamente la planta del cannabis que ha pasado por un proceso de secado. Su obtención es muy fácil, siendo prácticamente conseguida “al natural”, sin proceso químico o mecánico exigente. Como decíamos, basta con hacer crecer una planta de maría, secarla cuando esté al punto adecuado, triturarla un poco y consumirla como se prefiera.
El hachís es un producto manufacturado y como tal requiere un proceso de producción. Para producir hachís es necesario separar la resina de las hojas secando y enfriando la planta. Una vez conseguido esto, la planta se filtra, haciendo que los granos de resina caigan a través de un tamiz, proceso que puede que sea necesario que sea repetido varias veces. Una vez obtenidos los granos, se trituran hasta formar un polvo, ya sea de forma manual o con la ayuda de una prensa. El aceite que sale hace que este polvo se pegue, convirtiéndose todo el producto en una masa a la que se le puede dar forma.
4. Intensidad de los efectos
El hachís puro es más fuerte que la marihuana. Esto es debido a que se tratade la resina de la planta procesada, sustancia en donde se encuentra la mayor concentración de tetrahidrocannabinol (THC), que es el químico activo del cáñamo que afecta al sistema nervioso. Los niveles de THC son más bajos en la marihuana, encontrándose en la hierba en un nivel máximo de entre 25 y 30%. En cambio, el hachís tiene una mayor concentración, pudiendo ir del 60 al 90%.
No obstante, cabe mencionar que no todo el hachís produce unos efectos tan intensos, debido a que no siempre se encuentra un producto puro. En muchas ocasiones esta sustancia es edulcorada con otras, como arena, plástico, henna, pelo de animal o incluso estiércol, con lo cual además de ser más peligroso para la salud sus efectos psicoactivos son menores al tener menor concentración de THC.
5. Formas de consumo
Los cogollos de marihuana son el principal estado en el que se consume la planta y tiene muchos usos. Si bien de normal es fumada en pipa o cigarrillos liados, la marihuana también puede ser cocinada, preparando aceites, mantequilla e infusiones. El hachís se puede consumir de muchas maneras, tanto en forma de tabaco como en vaporizadores. También se puede ingerir a través de alimentos, como condimentos de pasteles, galletas y demás repostería.
Cabe mencionar que el sabor de ambas drogas es diferente. Quienes toman hachís dicen que tiene un sabor más terroso y menos floral que el de la marihuana consumida en cogollos, aunque también depende esto en gran medida del método de extracción y de la cantidad de restos vegetales que puedan quedar en el producto final.
6. Efectos a corto y largo plazo
Realmente, la marihuana y el hachís inducen a los mismos efectos, sin embargo al tener diferente concentración de THC la intensidad de los mismos y su duración es más variada. El consumo de marihuana suele implicar unos efectos a corto y largo plazo más leves que el del hachís, sobre todo porque se podría decir que la hierba es una droga más suave. No obstante, cabe mencionar que depende mucho de la cantidad que se consuma diariamente y durante cuánto tiempo se presente la drogodependencia.
Cuando se consume hachís se ingieren altas cantidades de THC, lo cual hace que los consumidores de esta droga puedan sentir muchos efectos que tendrían tras consumir la planta de marihuana pero de forma mucho más intensa. Entre los efectos que se pueden dar a corto plazo tenemos:
- Distorsión de la percepción del espacio y tiempo.
- Sensación de relajación y felicidad.
- Euforia y risa incontrolable.
- Problemas para concentrarse.
- Aumento del apetito
- Incremento del ritmo cardíaco.
- Dilatación pupilar.
- Ansiedad
- Torpeza motora.
- Sequedad bucal.
- Paranoia y alucinaciones visuales y auditivas.
A largo plazo, el consumo del hachís se relaciona con daños en los pulmones y un mayor riesgo de presentar enfermedades respiratorias. También puede experimentarse una disminución considerable de las capacidades de razonamiento cognitivo, cambios hormonales y adicción física y psicológica a la droga.
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