El consumo de marihuana es una práctica extendida en la actualidad, siendo una de las drogas más consumidas.
Si bien socialmente se ha visto como una droga blanda comparable al alcohol y con relativamente poco riesgo en su uso (de hecho tiene interesantes propiedades que la hacen de gran utilidad a nivel medicinal en diferentes enfermedades y trastornos), la utilización frecuente de esta droga puede tener relevantes efectos negativos a largo plazo, especialmente en lo relativo al cerebro y su estructura.
Por supuesto, eso no significa que sea una droga muy peligrosa comparable, por ejemplo, a la heroína. Sin embargo, la defensa que se ha hecho acerca del carácter supuestamente inocuo de su consumo es difícilmente defendible hoy día, tal y como veremos.
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¿Qué es la marihuana?
La marihuana es una de las múltiples formas en las que se consume el cannabis, concretamente la que utiliza hojas y tallos de la planta troceados y triturados. Esta sustancia tiene propiedades psicoactivas que son conocidas desde la antigüedad, habiendo sido utilizada de forma medicinal y recreativa desde entonces por diferentes pueblos. Hoy en día su consumo está ampliamente extendido a nivel mundial, especialmente con propósitos lúdicos y recreativos, e incluso está legalizado en algunos lugares bajo ciertas condiciones.
Se trata de una sustancia cuyos efectos iniciales resultan ligeramente estimulantes y euforizantes, para pasar a inducir estados de relajación física y mental. Provoca una disminución del nivel de tensión y de dolor, aumenta la sensación de hambre y reduce y enlentece el movimiento motor. También resulta eficaz como antiemético y anticonvulsivo.
Los efectos de este producto son bien conocidos cuando se refiere al corto plazo. Sin embargo, existe una mayor discusión respecto a sus efectos a largo plazo de la marihuana, con resultados a menudo contradictorios según el tipo de estudio que se haya realizado. A pesar de ello, hoy día la evidencia sugiere que su utilización habitual hace que la salud del cerebro se vaya desgastando más de lo debido con el paso del tiempo.
Efectos a largo plazo de la marihuana
Si bien el cannabis, especialmente en su forma de marihuana, es una sustancia ampliamente conocida, los estudios realizados respecto a sus efectos siempre han estado rodeados de una gran controversia. Se han realizado gran cantidad de investigaciones al respecto, en algunos casos con resultados poco claros, sobre los resultados de su consumo. Sin embargo, diferentes investigaciones han manifestado que su consumo puede provocar efectos a largo plazo en el cerebro y la conducta.
Es importante tener en cuenta que se está hablando de casos en los que el consumo se realiza de manera frecuente a lo largo del tiempo. Los efectos en cuestión dependen de la edad y el momento del neurodesarrollo en el que se inicia el consumo, así como el tiempo durante el que se haya producido dicho consumo.
1. Reducción del córtex orbitofrontal
Uno de los resultados que la investigación ha reflejado es que el uso continuado de marihuana provoca una evidente reducción de la sustancia gris, especialmente en la corteza orbitofrontal. Ello supone asimismo una menor capacidad a largo plazo para la realización de tareas que dependen de esta área, como el control de los impulsos o la planificación.
2. Aumenta la conectividad neuronal
A pesar de lo anterior, muchos consumidores habituales de esta sustancia presentan una conducta aparentemente normal después de muchos años utilizando la marihuana. El motivo de esto es que según reflejan otros estudios, a pesar de la reducción de sustancia gris el cerebro, la conectividad entre las neuronas restantes se ve incrementada, de manera que dicha pérdida se ve en cierto modo compensada.
Es decir, aunque en condiciones normales un aumento de la conectividad de las neuronas sería una buena noticia, en este caso es el resultado de que vayan muriendo muchas neuronas, haciendo que las que queden deban "trabajar" más; se trata de un mecanismo del cerebro para intentar suplir la pérdida de grosor de la corteza. Además, este incremento de las conexiones es cada vez menor según aumenta el tiempo de consumo.
3. Disminución del rendimiento y de la capacidad de memoria
Diferentes estudios realizados reflejan que el consumo habitual de cannabis puede producir a la larga un descenso en la capacidad intelectual de los sujetos, teniendo un menor rendimiento y resultados en diferentes pruebas que en comparación con un individuo no consumidor. Sin embargo, en este tipo de competencias cognitivas se han encontrado muchos resultados contradictorios, lo cual hace que este dfenómeno pueda ser poco significativo.
De lo que sí hay evidencias sólidas es de que el consumo de marihuana produce a largo plazo problemas en diversos tipos de memoria. Por ejemplo, Estas alteraciones dan como resultado una mayor dificultad de pasar a la memoria a largo plazo los contenidos de la memoria a corto plazo.
Es importante remarcar que estos efectos son especialmente notorios en personas que consumen a lo largo de su proceso de desarrollo, es decir adolescentes, debido a la modificación estructural del encéfalo que puede suponer el consumo de cannabis. En adultos ya formados que empiezan a consumir esta disminución es menor.
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4. ¿Promueve la neurogénesis hipocampal?
Uno de los efectos positivos del cannabis que más se ha divulgado es la capacidad de promover la formación de nuevas neuronas en el hipocampo, región del cerebro que interviene en el procesamiento de los recuerdos. De hecho, una de las aplicaciones medicinales del cannabis aprovecha este factor y el hecho de que permite disminuir la formación de proteína betaamiloide con el fin de contribuir a la lucha contra determinados trastornos que provocan una degeneración progresiva del hipocampo.
Sin embargo, recientemente se ha visto que esto ocurre en las ratas de laboratorio utilizadas para realizar experimentos, pero no en los seres humanos: en nuestro caso, el nacimiento de nuevas neuronas hipocampales es prácticamente inexistente en adultos.
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5. Puede producir brotes psicóticos
Si bien no ocurre en todos los casos, algunas variantes de cannabis pueden facilitar la aparición de brotes psicóticos en personas con predisposición genética a ellos, especialmente cuando se inicia el consumo de la adolescencia. Esto se debe a que el consumo temprano dificulta la correcta maduración neuronal de la conexión entre prefrontal y sistema límbico, lo cual facilita la aparición de alucinaciones y se dificulta el control e inhibición conductual. En algunos casos puede poteenciar la expresión de la esquizofrenia.
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6. Disminución del control de los impulsos
Otro de los efectos observados y directamente vinculados a la disminución de materia gris en la corteza frontal es la disminución en el control de los impulsos. La capacidad de inhibición de la conducta se vincula con partes concretas de ese lóbulo, que se encarga de contrarrestar el poder del sistema límbico, relacionado con las emociones y con la aparición de deseos.
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