Ana María Egido: “El entorno laboral es una de las principales fuentes de estrés"

Entrevistamos a Ana María Egido, psicóloga experta en problemas psicológicos asociados al estrés.

Ana María Egido
Conversamos sobre cómo nos afecta el estrés y qué podemos hacer para combatirlo.

El estrés es un fenómeno complejo y multicausal que afecta a muchos individuos, y no es de extrañar con el ritmo de vida de las sociedades occidentales. El estrés es una reacción, que se manifiesta como una fatiga mental que aparece como consecuencia de unas exigencias o un rendimiento superiores a los que podemos soportar, y puede causar problemas de salud no solo a nivel psicológico, sino también físico.

Entrevista a Ana María Egido, psicóloga experta en estrés

Desde Psicología y Mente queremos abordar este tema con una psicóloga experta en estrés. Se trata de Ana María Egido, psicoterapeuta de El Prado Psicólogos, una de las clínicas más importantes de Madrid.

Jonathan García-Allen: Buenos días, Ana. El estrés es considerado uno de los grandes males de nuestro tiempo, pero ¿qué es el estrés y qué lo diferencia de la ansiedad?

Ana María Egido: El estrés es una respuesta automática y natural del cuerpo que se da ante situaciones que resultan amenazadoras o que constituyen un desafío para la persona. Por tanto, el estrés es una respuesta adaptativa que depende de las demandas de la situación así como de la interpretación de la propia persona en cuanto a los recursos y capacidades que tiene para afrontarla.

Si la persona interpreta la situación como un reto, es decir, interpreta que tiene recursos y capacidades para afrontarla y que su consecución va a tener resultados positivos y motivantes para ella, el estrés se considera positivo y se denomina con el término: “eutrés”.

Por el contrario, si la situación desborda a la persona (sobrecarga, falta de tiempo, falta o ausencia de recursos y capacidades para afrontarla) o bien ésta interpreta que va a tener consecuencias negativas para ella, se denomina: “distrés”.

Aunque los términos ansiedad y estrés tienen ciertos componentes comunes realmente se trata de procesos distintos. Por un lado, la ansiedad es una emoción que surge ante una posible amenaza, se trata de una reacción automática y que la persona vive como desagradable. Sin embargo, el estrés es una respuesta más global, se trata más bien de un proceso que nos permite adaptarnos a las demandas o desafíos de nuestro entorno.

Entre las reacciones que se dan en la respuesta de estrés puede estar la ansiedad, pero también pueden haber otras reacciones: alegría, ira, tristeza, etc.

¿Cuáles son las principales causas del estrés?

Según numerosos estudios, las principales causas de estrés puede ser: catástrofes naturales, pérdida de un ser querido, problemas económicos, sobrecarga y falta de satisfacción en el trabajo, problemas en las relaciones personales, separación o divorcio, falta de tiempo libre o mala gestión del tiempo, preparar una boda, el nacimiento de un hijo, obsesionarse con la perfección

¿Qué síntomas indican que una persona sufre estrés?

La respuesta de estrés presenta tres vías de manifestación, por lo tanto, los síntomas se pueden ser de distinta naturaleza. Síntomas a nivel fisiológico encontramos: aumento de la frecuencia respiratoria, aumento de la tensión arterial, aumento de la frecuencia cardíaca, mayor tensión y soporte energético en los músculos (glucosa y ácidos en la sangre), dilatación de las pupilas (mayor visibilidad), sistema inmunológico debilitado, disminución de la respuesta sexual, cansancio o agotamiento, entre otros.

La segunda vía de manifestación de los síntomas de estrés es a nivel cognitivo, esto se traduce en: pérdida de memoria, falta de concentración, depresión, ansiedad, insomnio, irritabilidad, nerviosismo, etc.

Por último, la tercera vía por la que puede manifestarse es a nivel comportamental y hace referencia a las consecuencias que tiene el estrés en el ámbito familiar, social y laboral. Entre los síntomas de este nivel nos podemos encontrar: evitación de situaciones que producen temor, fumar, comer o beber en exceso, aislamiento, intranquilidad, llanto, etc.

El desgaste que produce puede hacerse notar en diferentes aspectos de nuestra calidad de vida. ¿Qué efectos o consecuencias tiene el estrés sobre nuestra salud?

Como hemos dicho al principio de la entrevista, el estrés es una respuesta o un proceso mediante el cual nos adaptamos a los desafíos del medio en el que vivimos, por tanto, nuestro organismo está biológicamente preparado para vivir respuestas de estrés a lo largo de nuestra vida.

Por tanto, no hay consecuencias irreversibles para nuestra salud, a menos que este tipo de respuestas de estrés se mantengan de forma prolongada en el tiempo y sean respuestas exageradas o excesivas. En ese caso se puede diferenciar entre enfermedades por estrés agudo (erupciones cutáneas, acné, dolores de cabeza, dolores musculares, problemas digestivos, dificultad para respirar o dolor en el pecho, etc) y enfermedades por estrés crónico (ansiedad, depresión, adicciones, insomnio, colitis nerviosa, migrañas, trastornos sexuales, hipertensión arterial, infarto de miocardio, etc.).

¿Qué diferencia el estrés agudo del estrés crónico? ¿Cuál es más perjudicial?

El estrés agudo hace referencia a situaciones en las que la persona se enfrenta a desafíos de forma breve e intensa, son situaciones en las que tenemos que desarrollar una respuesta de solución de forma súbita, evidente, fácil de identificar y generalmente reversible.

Sin embargo, el estrés crónico se refiere a la exposición de la persona a los agentes estresantes durante períodos largos de tiempo (meses o incluso años), muchas de las veces son estresores que nos pasan totalmente desapercibidos por formar parte de nuestra rutina (no son tan intensos ni fáciles de identificar) y que son mucho más peligrosos para nuestra salud, provocando muchas veces enfermedades de carácter más permanente, grave y, en ocasiones, irreversibles.

En el entorno laboral se habla de “burnout” o síndrome del quemado, ¿pero qué es exactamente?

El síndrome de burnout hace referencia a una modalidad de estrés laboral crónica. Este tipo de síndrome se da especialmente en profesiones en las que se trata directamente con personas (personal sanitario, profesionales de la enseñanza, puestos de atención al público, etc).

Sus características principales son sentirse agotado física y mentalmente, desmotivación progresiva a la hora de desempeñar el trabajo y pérdida de empatía e interés por las personas. Es un síndrome peligroso que debe detectarse lo antes posible para poder poner los medios adecuados cuanto antes, constituye un grave perjuicio tanto para la persona que lo sufre y su familia, como para la empresa y personas a las que atiende en su día a día.

He podido leer en vuestra web que, en el Prado Psicólogos, habéis diseñado un programa para reducir el estrés, ¿en qué consiste?

Nuestro programa para reducir el estrés está diseñado para llevarse a cabo en aproximadamente 10 sesiones. Aunque seguimos un plan previamente elaborado, siempre nos adaptamos a las necesidades y demandas de cada persona. Comenzamos con una labor de educación en emociones, explicando a la persona qué es concretamente el estrés, ayudándole a identificar las situaciones o personas que lo desencadenan en su caso y los síntomas por los que se manifiesta.

Una vez que conocemos bien las causas y síntomas en su caso particular, elaboramos un plan de intervención para evitar su aparición y minimizar y reducir sus efectos adversos. Para ello, contamos con un tipo de tratamiento psicológico que combina técnicas innovadoras entre las que destacan, técnicas de organización y gestión del tiempo, técnicas de higiene del sueño, hipnosis y autohipnosis, visualización creativa y relajación, mindfulness, etc.

Nuestro programa está diseñado tanto para estrés laboral como para personas que sufren estrés en su vida personal.

¿También ofrecéis un programa de reducción del estrés para empresas?

Sí, así es. Somos conscientes de que actualmente el entorno laboral es una de las principales fuentes de estrés y consideramos que es muy importante ayudar tanto a las empresas como a los trabajadores a manejar y gestionar este tema de una forma profesional y rigurosa. Este tipo de programas contribuyen tanto al bienestar y la salud de los trabajadores como al aumento del rendimiento y la productividad, reduciendo a su vez el absentismo (una de las principales consecuencias del estrés laboral).

¿Qué consejos le darías a nuestros lectores para prevenir la aparición de este fenómeno?

Hay muchas cosas que podemos hacer en nuestro día a día para evitar que el estrés se convierta en algo peligroso para nuestra salud y nuestro bienestar.

En primer lugar, tenemos que leer acerca de lo que es realmente el estrés y no asustarnos, ya que, es una respuesta que nos permite sobrevivir, adaptarnos a nuestro entorno y conseguir resolver los desafíos con los que nos encontramos (tanto positivos como negativos).

Para poder prevenir o minimizar sus efectos adversos, recomiendo seguir varios consejos.

En primer lugar, es primordial la búsqueda de apoyo social, el apoyo de personas queridas y cercanas a nosotros es una de las mejores maneras para paliar los efectos negativos del estrés. La importancia del apoyo social ha sido demostrada a través de diferentes estudios sobre el tema. Del mismo modo, en nuestras relaciones sociales hay que aprender a decir que no.

También es fundamental organizar y gestionar nuestro tiempo. Muchas veces estamos sobrecargados y otras tantas no utilizamos el tiempo de manera adecuada, conviene liberar la exigencia y conocer nuestras limitaciones de tiempo y espacio a la vez que dedicar unos minutos al día para programar de manera equilibrada nuestras tareas y tiempo para el descanso.

Es importante reírnos, reír a carcajadas. La risa es salud, ayuda a generar estados de ánimo positivos, aumenta nuestra fortaleza interna. Es una medicina al alcance de todos y sin efectos secundarios.

Por otro lado, también recomiendo buscar momentos al día en los que, durante unos minutos, podamos respirar profundamente en un lugar tranquilo en el que nadie nos moleste.

Además, es bueno escuchar música relajante y disfrutar de la naturaleza, dar un paseo por algún parque o, si tienes la posibilidad, a lo largo de la orilla del mar o de un río. Busca un lugar accesible para ti en el que puedas conectarte con la naturaleza y siente todos los estímulos que encuentres a tu paso (escucha los sonidos, observa los diferentes paisajes, utiliza también el tacto y el olfato para nutrirte de forma plena de ese lugar).

Otro consejo: toma un baño caliente, no una ducha rápida, sino un baño o ducha con todos tus sentidos y sabiendo que ese momento te está proporcionando la calma y bienestar que necesitas.

Finalmente, practica tus aficiones: lee, cocina, haz deporte, canta, baila, etc. Sea cual sea tu afición hazlo con atención plena.

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