La Depresión Posparto (DPP) es una de las complicaciones médicas maternas más frecuentes del período postnatal e invalidantes tanto por sus síntomas en la madre como por las consecuencias para el bebé.
Entrevista a la Dra. Alba Roca
Según la OMS, una de cada diez madres tendrá una depresión posparto durante el primer año de vida de su recién nacido. Hablamos de ello con la Dra. Alba Roca, psiquiatra y jefa de la Unidad de Salud Mental Perinatal del Hospital Clínic de Barcelona, que resalta la necesidad de tener unidades donde las madres puedan ingresar con sus bebés para curar este trastorno.
¿Qué es la depresión postparto?
Un trastorno del ánimo más habitual de lo que creemos y que nos puede afectar a cualquiera de nosotras tras el parto. Casi me gusta más hablar de lo que NO es la depresión posparto ya que la gente se confunde. No es el cansancio que tenemos por tener un bebe, ni tampoco inseguridad o dificultades de afrontamiento; aunque evidentemente son factores que no ayudan. Las mujeres con depresión posparto sufren un episodio depresivo que interfiere su funcionamiento y, en este momento concreto de la vida, este funcionamiento está muy relacionado con cuidar a un bebe.
Muchas madres sienten tristeza después de dar a luz, incluso después de un buen embarazo. ¿Por qué ocurre? Sentir tristeza no es una patología, ni un trastorno. En muchas circunstancias de nuestra vida vamos a sentir tristeza al igual que sentimos muchas otras emociones. Específicamente en el posparto tenemos varios factores que pueden intensificar esta emoción como los cambios hormonales bruscos, la privación de sueño, las expectativas que teníamos y la adaptación al cambio de rol o de vida. La ausencia de red de apoyo es otro factor clave a tener en cuenta.
¿Y cómo diferenciamos, entonces, la tristeza o el "maternity blues" de la depresión posparto?
Tienen características distintas en cuanto a su duración, intensidad y el impacto en la vida. El "maternity blues" es un estado transitorio, de unas dos semanas, con cambios emocionales fluctuantes, con una intensidad más leve y que no interfieren de forma significativa en el funcionamiento de la persona. Lo más importante es que si la mujer siguie con síntomas depresivos tres meses despues, no sigamos pensando que se debe a el cambio hormonal brusco, ya que nos quita oportunidades de tratamiento.
¿Influye el tipo de parto?
Más que el tipo de parto lo que determina de forma muy importante es la forma en que se vive ese parto, la experiencia subjetiva de la mujer. Evidentemente cuanto más complicado sea el proceso de parto más riesgo a desarrollar determinadas alteraciones o trastornos, por ejemplo en casos de cesarea urgente con necesidad de ingreso en UCI podemos comprender que se trata de un estresor importante para la mujer. Sin embargo, no todas las mujeres que pasan por este proceso desarrollan alteraciones posteriores.
En cambio otras veces, tras un parto médicamente considerado bueno, una mujer puede desarrollar trastornos como una depresión posparto o un trastorno por estrés postraumático. Experiencias como un parto largo y doloroso, complicaciones graves, la sensación de no estar bajo control, el trato de profesionales, o el miedo por la vida del bebé o la propia pueden desencadenar problemas posteriores.
¿Cuáles suelen ser los síntomas de una depresión postparto?
Se caracteriza por una sensación persistente de tristeza, cansancio, suele haber mucha ansiedad, sobre todo por las tardes, e intensos sentimientos de culpa por la interferencia de todos estos síntomas en nuestras capacidades. A menudo, también pueden verse interferidas las emociones hacia el bebé, aunque fuera muy deseado, y en casos más severos se pueden ver comprometidos los cuidados al recién nacido.
¿Este tipo de depresión siempre empieza justo después de dar a luz?
No. Sabemos que al menos la mitad de las depresiones posparto se habían iniciado en el embarazo. Por este motivo en los últimos años ya no se hace tanta referencia a la DPP sinó a la depresión perinatal. Es importante detectar los síntomas depresivos ya en el embarazo, no solo para poder ofrecer los mejores tratamientos a la madre sinó para reducir el impacto de todo ello en el futuro bebé, ya que los estudios ya han detectado que la DPP y la ansiedad pueden tener consecuencias en el desarrollo neuronal del bebé, por ejemplo.
El vínculo entre madre y bebé no es automático, de hecho el 40 o 50% de las madres con DPP tienen problemas para sentir dicho vínculo, y si estás deprimida además es más probable que no sea bueno porque las emociones están alteradas.
¿Cuál dirías que es la señal de alarma? ¿Cuándo crees que una mujer debe pedir ayuda?
El punto clave es la pérdida de emoción durante el embarazo. Tenemos que intentar comprender que la maternidad no es igual para todas nosotras. Para algunas va a ser lo más maravilloso y para otras un cambio al que adaptarse que genera mucha ambivalencia en muchos momentos. Sin embargo, para ambas hay momentos de bienestar, de alegría , de ilusión...
En mujeres que sufren una DPP, en cambio, estos momentos son mínimos o inexistentes, no hay ambivalencia sino culpa, tristeza y muchas dificultades. Por lo tanto, el punto clave es la pérdida de emoción durante el embarazo. Si este es el escenario se debe consultar ya que tenemos las herramientas para poder mejorar síntomas.
Si las cifras son tan altas y es tan frecuente, ¿porque socialmente no se habla de la depresión perinatal?
No nos gusta que las madres estén enfermas. Socialmente, nos gusta pensar que las madres deben hacerlo todo bien y cuidar bien. En segundo lugar, puede ser porque se trata de mujeres y en tercer lugar de salud mental. Con todo, nuestras pacientes viven un triple estigma: el de la salud mental, el de la salud mental en la mujer y el de la salud mental en una madre.
¿Y qué hace falta entonces para mejorar el diagnóstico?
Fomentar los cribados desde el embarazo y proporcionar formación básica a los profesionales que intervienen en todo el proceso que recorre una embarazada. Por ejemplo, a la hora de preguntar por el estado de ánimo, la formación de los profesionales es básica porque los síntomas no son los mismos que en una depresión en otros periodos y por eso a veces no se diagnostican bien. Se suele preguntar por temas del sueño, por estar más inhibida, cansancio... y esto en una mujer en etapa de embarazo o posparto ya está alterado. En este caso te tienes que fijar más en la ansiedad, el sentimiento de culpa, la falta de ilusión...
¿Y después de nacer el bebé?
La depresión puede aparecer a lo largo de todo un año después del parto. Por ejemplo, se podría trabajar conjuntamente con Pediatría. Porque si una mujer está sana, no va excesivamente al médico y, en cambio, sí lleva al bebé regularmente al pediatra. Pero la pediatría, tradicionalmente, se centra en el bebé y no en la madre.
¿Cuál es el tratamiento para las mujeres con depresión postparto?
El tratamiento para la depresión perinatal debe incluir una evaluación de la red de apoyo social y detectar si las necesidades básicas están cubiertas. Si esto no está garantizado, será difícil superarlo solo con tratamiento. Es fundamental valorar el aspecto social.
Si los síntomas son leves o moderados, la intervención es psicológica, preferiblemente en grupos que fomenten el apoyo mutuo.Si no hay vinculación con el bebé o con síntomas graves, se pueden utilizar fármacos antidepresivos adecuados y compatibles con la lactancia. En general, las depresiones posparto tienen una duración media de un año. El tratamiento dependerá de la respuesta individual y puede extenderse entre seis meses y un año.
¿Qué ocurre en los casos más graves, cuando las madres deben ingresar?
Se necesitan unidades de psiquiatría donde las madres puedan estar con sus bebés. Y, normalmente, esto no existe. Las madres ingresan en unidades de psiquiatría generales sin el bebé, y, en algunos casos, esta separación también puede ser negativa para los recién nacidos, incluso puede tener consecuencias más allá y que esas consecuencias de desarrollo emocional se manifiesten al largo de la infancia y la adolescencia. Hay países como Inglaterra, Francia o Australia donde las madres que lo necesitan pueden ingresar con sus bebés para ir sanando y a la vez, trabajar el vínculo. En cambio en Latinoamérica o España, esas unidades todavía no son habituales.
¿Qué puede pasar a largo plazo si no se trata la depresión postparto?
Según nuestros estudios, 1 de cada 10 casos de DPP se cronifica. Los factores de riesgo son una situación económica desfavorable, depresiones no detectadas durante el embarazo y antecedentes de enfermedades mentales. La depresión no tratada o cronificada puede tener consecuencias a nivel del neurodesarrollo y en el ámbito emocional tanto de la madre como del bebé.
¿La consecuencia más grave?
El suicidio es una de las principales causas de muerte en países desarrollados entre mujeres sanas en el primer año después del parto. El embarazo y el posparto no protegen del suicidio.


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