Según la autora Shanon M. Koening, las personas tenemos 60.000 pensamientos diarios y la mayoría son negativos. Una cifra tan impactante nos hace plantear lo poco que sabemos sobre el pensamiento y la gran influencia que tiene en nuestro comportamiento y toma de decisiones.
Daniel Kahneman, un psicólogo con Premio Nobel
Un reputado psicólogo estadounidense se dio cuenta de la importancia del pensamiento y sus investigaciones le llevaron a ser galardonado con el Premio Nobel de Economía en 2001. Para explicar la teoría que le llevó a obtener el Premio Nobel, Kahneman comienza planteando a sus estudiantes el siguiente acertijo:
No intentes resolver este ejercicio y procura emplear la intuición:
Un bate y una pelota cuestan 1.10. El bate cuesta un dólar más que la pelota.¿Cuánto cuesta la pelota?
La respuesta de 10 céntimos se presenta como una intuición rápida, potente y atractiva, pero es incorrecta.
Para llegar a la solución correcta, 5 céntimos, muchos tendremos que recurrir al lápiz y al papel, transformando el acertijo en una ecuación matemática. Tendremos que recurrir a la forma más lenta y fatigosa de pensar que permite nuestro cerebro. Algunos psicólogos consideran que este tipo de test es un predictor más válido sobre la inteligencia que los test sobre cociente intelectual corrientes. En este caso, nos sirve para ilustrar que las intuiciones pueden ser erróneas, no importa lo poderosas que parezcan.
Kahneman usa este ejemplo para describir las dos formas diferentes en que la mente crea el pensamiento.
En primer lugar, se encuentra el Sistema 1 o implícito. Esta vía de pensamiento es rápida, automática, frecuente, emocional, estereotipada y subconsciente. Por otra parte, se encuentra el Sistema 2 o explícito. Es lento, perezoso, poco frecuente, lógico, calculador y va acompañado por la consciencia de estar solucionando un problema.
Estos dos sistemas de naturaleza antagónica se encuentran en el día a día de todas las decisiones de nuestra vida.
¿Cómo funcionan los 2 sistemas de pensamiento?
La solución rápida de 10 céntimos con la que diste rápido al comienzo del ejercicio se debe al funcionamiento del Sistema 1 ofreciéndote una respuesta razonable. No obstante, cuando utilizaste el bolígrafo y papel, usaste el Sistema 2 que en esta ocasión te ofrecía la solución correcta de 5 céntimos, una solución más lenta y costosa pero, después de todo, la respuesta correcta.
Esto es así porque el sistema 1, movido por intuición y los heurísticos, nos permite hacer tareas sencillas como caminar o cepillarse los dientes sin esfuerzo. Por el contrario, el sistema 2 estará en juego cuando estamos haciendo las tareas más complicadas, tales como aprender a conducir.
Tanto el sistema 1 como el sistema 2 están continuamente activos y en comunicación. El sistema 1 determina nuestros pensamientos con las percepciones externas, la memoria visual y asociativa, y desarrolla entonces una conclusión enmarcada, y que ni siquiera nos cuestionamos, evitando así cualquier otra historia alternativa. El desafío es que normalmente haga un buen trabajo, de manera que podamos confiarnos en él.
Las intuiciones guían nuestro día a día
Utilizando la teoría de la heurística, Kahneman afirma que el sistema 1 asocia la nueva información con los patrones existentes, o pensamientos, en lugar de crear nuevos patrones para cada nueva experiencia. Esto da lugar a diferentes tipos de sesgos. El sistema 1, al generar un pensamiento estrecho y enmarcado, trata de demostrar que conduce derecho a un sesgo de confirmación. El sesgo de confirmación lleva a la gente a ignorar algunas evidencias que contradicen dicho pensamiento, y es uno de los problemas individuales mayores cuando las empresas toman decisiones.
En definitiva, la gente tiende a buscar la información que valide su hipótesis inicial. Kahneman detalla una serie de experimentos que pretenden poner en relieve las diferencias entre estos dos procesos del pensamiento y cómo llegan a diferentes resultados aunque reciban la misma información.
Ahora sabes un poco más sobre esos productos que tu cerebro genera una media de 60.000 veces al día, y sobre cómo muchos de ellos son generados de forma rápida y sin tener en cuenta toda la información presente dando lugar a conclusiones erróneas.
Así que, la próxima vez que tomes una mala decisión, no te lo eches en cara. Ahora sabes que es el sistema 1 actuando de forma automática y que la mejor decisión que puedes tomar consiste en coger papel y bolígrafo para que el sistema de pensamiento 2 se active y te lleve a tomar las decisiones correctas.