Sobre el asunto de los hemisferios cerebrales es común oír algunas frases como estas: “Si eres una persona con gran creatividad, utilizas mucho más el hemisferio derecho” o bien “Si eres una persona analítica usas más el hemisferio izquierdo”... Sin embargo, todo lo relativo a estas dos partes del cerebro es bastante más complicado que estas simplificaciones.
En este artículo veremos qué son los hemisferios cerebrales, cuáles son sus características, y en qué se diferencian, teniendo en cuenta que estos componentes del sistema nervioso central permiten comprender buena parte de lo que ocurre en nuestro encéfalo, ya que determinan el funcionamiento de este.
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Hemisferios cerebrales: ¿qué son y cómo funcionan?
Al observar un cerebro humano, una de las cosas que llaman más la atención es esa especie de grieta que separa las dos mitades de este y que va de la parte delantera a la parte trasera.
Su existencia no es causal, y da pistas sobre cómo funciona el cerebro, un conjunto de órganos en el que se intenta que la corteza cerebral (la parte más externa de este, con rugosidades) ocupe la mayor extensión posible. Así, la existencia de los hemisferios cerebrales permite que entre ellos se extienda más corteza cerebral.
¿Por qué nuestro cerebro ha evolucionado para darle tanta importancia a la corteza cerebral? Esto es así porque es en la corteza cerebral donde se concentran la mayor parte de los cuerpos de las neuronas, es decir, su parte más importante, donde se encuentra el núcleo. La agrupación de cuerpos neuronales forma lo que se conoce como materia gris, asociada a la actividad cerebral compleja.
En los últimos años, han surgido en las redes sociales multitud de cursos, tests, e-books y libros que nos explican “las grandes diferencias entre usar uno u otro hemisferio del cerebro”, e incluso consejos y ejercicios para conseguir un equilibrio perfecto (sic) entre ambos hemisferios.
Sin embargo, cabe plantearse: ¿Es cierto que tendemos a usar más un hemisferio que otro? ¿Es precisa esta concepción de que cada hemisferio desempeña unas funciones diferenciadas? Para responder a estas cuestiones, hay que saber qué son los hemisferios cerebrales, aunque sea a partir de una definición básica.
Anatomía de estos hemisferios del cerebro
Los hemisferios cerebrales son las dos estructuras en las que se divide el cerebro, y están separadas entre sí por la cisura interhemisférica (o cisura intercerebral). Estos dos cuerpos pertenecientes al Sistema Nervioso Central son muy parecidos entre sí, y prácticamente son simétricos entre ellos, si bien hay algunas diferencias en sus proporciones y en sus pliegues.
Por otro lado, los hemisferios del cerebro están conectados entre sí por el cuerpo calloso y otra comisuras similares; es por esas partes del cerebro por donde cruza información de uno a otro.
La anatomía del cerebro y su forma de dividirse en dos hemisferios nos da algunas pistas sobre el funcionamiento de este conjunto de órganos.
Por un lado, se sabe que la corteza cerebral existe porque es su superficie se acumulan somas neuronales, es decir, que en estas zonas se amontonan los cuerpos de estas células nerviosas, su estructura principal y donde está su núcelo. El cerebro humano ha ido dándole prioridad a la corteza cerebral para darnos mayor capacidad para procesar información, y para ello la mejor manera es hacer que el cortex tenga pliegues, para disponer de más superficie, y la cisura interhemisférica puede ser entendida como una consecuencia de este fenómeno: no deja de ser un pliegue muy profundo.
Pero como todas las partes del encéfalo se necesitan las unas a las otras y no pueden operar enteramente en paralelo, al fondo de esta cisura hay estructuras como el cuerpo calloso, que actúan de puente entre ambos lados del cerebro.
Neurociencias de bolsillo: simplificando demasiado
Parece que ya es conocimiento general para muchas personas que el hemisferio derecho está vinculado al proceso y expresión de las emociones, tanto internas como externas (se vincula este hemisferio a la empatía) mientras que, por otra parte, el hemisferio izquierdo se encarga de procesar el lenguaje, la lógica racional y la capacidad analítica.
No obstante, este conocimiento, aunque por algún motivo ha enraizado en la cultura colectiva y todo el mundo parece darlo por sentado, no es del todo cierto. Se trata de un mito muy extendido y que guarda poca o ninguna relación con la realidad y con los datos científicos disponibles. Sin ir más lejos, el hemisferio derecho también realiza funciones asociadas al procesamiento de algunos aspectos del lenguaje, como la entonación y la intensidad.
Por otro lado, el cerebro tiene una gran capacidad a la hora de adaptarse a los retos, y cada hemisferio es capaz de "aprender" a llevar a cabo funciones realizadas por partes del hemisferio opuesto si estas regiones quedan dañadas. A esta facultad se la llama plasticidad cerebral, y nos muestra hasta qué punto el funcionamiento de nuestro cerebro no es fijo.
Ciencia e investigaciones para arrojar un poco de luz
Los datos e informaciones extraídas sobre el asunto de las diferencias funcionales de los hemisferios del cerebro proceden de estudios neurológicos de principios de la década de los ‘70 realizados a pacientes a los que se les practicó un corte en el cuerpo calloso (las fibras que conectan ambos hemisferios) como intervención de choque para tratar la epilepsia.
Algunos de los académicos e investigadores que más aportaron al estudio del cerebro en pacientes sin cuerpo calloso fueron los psicólogos Roger W. Sperry y Michael Gazzaniga, quienes descubrieron que las dos mitades del cerebro desarrollaban sus procesos de forma independiente y con dinámicas también diferenciadas.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que en las personas sanas cuyos hemisferios cerebrales están correctamente conectados mediante el cuerpo calloso, los procesos perceptivos y ejecutivos se desarrollan en el cerebro en su conjunto, de forma que las distintas regiones cerebrales y hemisferios comparten información a través del cuerpo calloso.
Si bien determinadas regiones del encéfalo se centran más en ciertas funciones, normalmente una parte muy pequeña de la corteza cerebral no es totalmente insustituible: si queda lesionada, otra se encargará de esas funciones que han quedado "huérfanas". Y lo mismo pasa con los hemisferios del cerebro en general.
Actualmente, los neurocientíficos (neurólogos, biólogos y psicólogos) tratan de comprender de qué forma se realiza esta compleja coordinación entre hemisferios. Es por ello que teorías como la de la hiper-modularidad cerebral, sostenida sobre todo desde la psicología evolucionista y según la cual el cerebro es un conjunto de partes especializadas que trabajan más o menos en paralelo, están poco aceptadas por la comunidad científica. El cerebro es lo que es porque en él, millones de neuronas se coordinan entre sí, creando patrones de activación que deben ser entendidos en su globalidad.
Creatividad, hemisferio derecho. ¿Seguro?
Hay que tener en consideración también que el tipo de tareas de la vida diaria que precisan de “un hemisferio en concreto” según la creencia popular, no se ajusta del todo a la categorización hemisferio izquierdo / hemisferio derecho.
Una de las habilidades con que es más fácil desmentir el mito es con la creatividad. Aunque resulta más fácil asumir que las tareas creativas se desarrollan en el hemisferio derecho y las tareas repetitivas y analíticas en el derecho, la realidad es que dichas tareas son más complejas e involucran el cerebro de una forma más global de lo que se podría esperar si nos creemos el mito.
Además: “ser creativo” puede adoptar muchas formas, es un concepto demasiado abierto como para enclaustrarlo en una tarea fácilmente reconocible como proceso dentro del cerebro humano.
De hecho, existe un estudio que compara el cerebro de los estudiantes "de letras" (filología, historia, arte) con los estudiantes "de ciencias" (ingeniería, física, química)... y los resultados son sorprendentes. Te lo explicamos aquí:
Estudios sobre el tema
Varias investigaciones apuntan que el hemisferio derecho tiene un mayor protagonismo en los momentos en que tenemos una gran intuición. De hecho, un estudio publicado en PLOS descubrió que la actividad del hemisferio derecho era mayor cuando los sujetos evaluados trataban de resolver una tarea de forma intuitiva, con poco tiempo de reflexión.
Otra investigación reveló que una exposición breve a una pista que daba algunas claves para resolver un rompecabezas era más útil para el hemisferio derecho que para el hemisferio izquierdo. El hemisferio derecho se activó de forma más clara, llevando a algunos de los participantes a la solución de la tarea.
De todos modos, hay que aclarar que el insight (el proceso de internalización o comprensión interno) es solo un aspecto de la creatividad. Por ejemplo, la habilidad para explicar historias sería otra vertiente creativa. Aquí encontramos ya un cisma importante: los estudios que evalúan la influencia de cada hemisferio en ciertas tareas han revelado que es el hemisferio izquierdo el mayor implicado en el proceso de inventar historias o cuentos, mientras que el hemisferio derecho se encarga de buscar una explicación al relato. Este curioso reparto de funciones fue denominado “fenómeno intérprete” por Gazzaniga.
Mitos simples que calan rápido en la mente de las personas
En una exposición general sobre los hemisferios cerebrales y sus (no tan) diferenciadas funciones, Gazzaniga describió, en un artículo publicado en Scientific American, el hemisferio izquierdo como “inventor e intérprete” y al hemisferio derecho como “la veracidad y la literalidad”. Adjetivos que contrastan con la concepción popular sobre cada hemisferio.
En cualquier caso, está claro que prácticamente ningún proceso cognitivo está basado en partes muy delimitadas del cerebro. Todo ocurre en una red orgánica de células nerviosas interconectadas, que no entienden de diferenciaciones y categorías cerradas establecidas por la cultura humana. Es por eso que debemos tener que las diferencias entre los hemisferios cerebrales son relativas, no absolutas.
Concluyendo: entre simplificaciones, exageraciones y rincones de realidad
La evidencia científica no se corresponde con el mito que nos dice que el hemisferio izquierdo está vinculado a los procesos lógicos y el derecho al ámbito creativo. Si esto es así, ¿por qué la gente e incluso profesionales de la psicología o las neurociencias siguen repitiendo este mantra?
Una de las posibilidades para entender como un mito se expande y se consolida en la cultura colectiva es su seductora simplicidad. La gente busca respuestas fáciles a preguntas que, ya de entrada, son bastante naíf: “¿Qué tipo de cerebro tengo?”.
Con una rápida búsqueda en Google o en las distintas redes sociales, una persona sin conocimientos científicos y con esta inquietud personal puede hallar aplicaciones, libros o talleres para “mejorar su hemisferio débil”. Cuando existe demanda, la oferta no tarda en aparecer, aunque el sustento científico en que se fundamenta el asunto sea más bien discutible. Como en este caso, en que la simplificación hace que esta información roce la falsedad.
Así pues, es complicado combatir contra un sistema de creencias erróneo, puesto que la complejidad que entraña el funcionamiento de nuestro cerebro no puede resumirse en un breve esquema básico. Con todo, los profesionales de la psicología y la salud mental y los estudiosos en neurociencias debemos ser los encargados de informar rigurosamente e ir desmintiendo estos mitos y simplificaciones.
Referencias bibliográficas:
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