Existen muchos tipos de textos que podemos encontrar cuando navegamos por internet, en el ámbito laboral, en un contexto de entretenimiento, etc. Cada uno de ellos tiene unas funciones y características determinadas. Uno de ellos es el texto argumentativo.
Como su propio nombre indica, este tipo de textos pretenden exponer una serie de argumentos a favor o en contra de una temática, para persuadir al lector a que comparta dicha visión. En este artículo conoceremos su definición, funciones, algunos tipos, usos, ejemplos y los apartados que contienen.
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¿Qué es un texto argumentativo?
Un texto argumentativo es aquel que tiene la finalidad de mostrar opiniones a favor de un tema en concreto, y de convencer o persuadir al lector sobre unas ideas o un posicionamiento en concreto.
Es decir, puede pretender cambiar de idea al lector (en el caso de que éste opine diferente), o bien ofrecer argumentos sólidos que ratifiquen y fortalezcan sus ideas, en el caso de que sean las mismas que el propio texto recoja.
El texto argumentativo, sin embargo, también puede incluir ideas que pretendan rebatir una tesis, para confirmar otra. Así, el objetivo fundamental de este tipo de textos es persuadir al lector sobre una determinada idea o ideas.
La argumentación
De esta forma, en el texto argumentativo aparece principalmente la argumentación, es decir, la incorporación de ejemplos e ideas que demuestren alguna idea o tesis. Cicerón definió la argumentación como «el discurso mediante el cual se aducen pruebas para dar crédito, autoridad y fundamento a nuestra proposición».
A través de ella, se expresa de forma escrita un razonamiento en torno a una temática. Por ejemplo, un texto argumentativo podría ser uno que estuviera a favor del aborto, y que contuviera argumentos a favor del mismo, y argumentos en contra de su prohibición.
Además de elementos y recursos argumentativos, el texto argumentativo también se elabora a través de la exposición; la exposición consiste en mostrar una serie de elementos en relación a un tema, y no tanto en “demostrar”, como implicaría la argumentación.
Funciones
La función principal que cumple un texto argumentativo es la función apelativa del lenguaje, sobre todo gracias a los elementos argumentativos que contiene el mismo. Esta función, también llamada función conativa, hace referencia al intento del emisor del mensaje por influir en la conducta del receptor.
A través de ella, el emisor espera que el receptor manifieste algún tipo de reacción después de escuchar o leer el texto. Esta función se centra, pues, en el receptor.
Sin embargo, no es la única función que cumple; también cumple una función referencial, a través de los elementos expositivos mencionados. Esta función alude al hecho de transmitir información objetiva sobre el mundo que nos rodea; es decir, se centra en mostrar, expresar, comunicar, transmitir ideas, etc.
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Tipos
Un texto argumentativo puede ser de diferentes tipos: científico, filosófico, político, periodístico, de opinión, judicial… dependiendo de la temática que trate y de sus características. Vamos a ver de manera resumida en qué consisten algunos de ellos.
1. Textos científicos
Un texto argumentativo científico, a su vez, puede ser de diferentes tipos, según la temática de la que hable: psicológico, teológico, lingüístico…
La característica esencial de los textos científicos es que se basan en hechos y en datos, es decir, sus argumentos se desarrollan a través de un conocimiento empírico y sólido. Es decir, se apoyan en hechos probados o demostrables, y también en datos estadísticos.
Dentro de este tipo de textos encontramos como ejemplos los artículos científicos, los informes de investigación, las tesinas, etc.
2. Textos periodísticos
En los textos periodísticos argumentativos la finalidad es la misma, persuadir al lector para que comparta una idea o la rechace. Sin embargo, aquí se adopta un punto de vista más parcial que en el texto científico, y la importancia de crear una narrativa comprensible le gana terreno a la importancia de exponer datos concretos.
Ejemplos de este tipo de textos son las reseñas críticas (por ejemplo una reseña de cine, de música, de gastronomía…) y las cartas de lectores (donde exponen su opinión respecto a alguna cuestión).
3. Textos legales
Los textos legales o judiciales pueden estar destinados, por ejemplo, a que el lector no emprenda acciones legales contra el emisor, o a que cambie algún tipo de declaración, revoque una acusación, etc. Es decir, buscan la reacción y respuesta del receptor en relación a alguna temática legal.
Por otro lado, los textos legales suelen exponer una serie de condiciones o restricciones en relación a algún tipo de acción. Los suelen elaborar los abogados, jueces o notarios.
Ejemplos de este tipo de textos, o elementos que se suelen encontrar en este tipo de documentos, son: sentencias, declaraciones, apelaciones, notificaciones judiciales, etc.
4. Debates orales
Los debates orales, cuando se desarrollan dentro de un contexto formal, tienen detrás un texto argumentativo que los sostiene. Los debates orales pueden llevarse a cabo en foros de opinión, por ejemplo, o en la televisión como parte de una campaña política, etc.
En ellos diversos ponentes exponen su visión, punto de vista o perspectiva en relación a una temática en común.
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Usos
Los textos argumentativos, además, se utilizan mucho en publicidad y propaganda, para persuadir al receptor de que compre un determinado producto o de que contrate un determinado servicio; también se utilizan para dar soporte a campañas de concienciación.
Por otro lado, en el lenguaje oral y que utilizamos cotidianamente, también aparecen muchas ideas que podrían encontrarse en un texto argumentativo (que es escrito).
Es decir, diariamente y en multitud de contextos utilizamos la argumentación para convencer o persuadir a los demás de algo que opinamos nosotros; esto lo hacemos con nuestros padres (por ejemplo para que nos dejen salir), con nuestros profesores (por ejemplo para que nos aprueben un examen), con nuestros jefes (para que nos suban el sueldo), etc.
Estos ejemplos se pueden encontrar no solo en contextos informales (familia, calle…) sino también en contextos formales (en mesas redondas, en debates políticos, en reuniones de trabajo, etc.). De esta forma, aunque no se trate estrictamente de textos argumentativos (porque no son documentos escritos, sino más bien lenguaje oral), sí utilizamos argumentos diariamente, así como otros elementos que podemos encontrar en este tipo de textos.
Apartados
Generalmente, un texto argumentativo consta de estos apartados imprescindibles: una introducción, el desarrollo (cuerpo argumentativo) y una conclusión.
1. Introducción
También se puede llamar encuadre; aquí se trata de introducir la temática sobre la que se hablará, de forma más bien breve. Se exponen las ideas principales que se van a desarrollar en el cuerpo del texto, y por ello se escribe de una manera que permita llamar la atención del lector.
Además, tiene también el objetivo de crear una actitud favorable inicial hacia la temática (o polémica) sobre la que tratará el texto argumentativo. Posteriormente a la introducción, y antes del desarrollo, se escribe la tesis del texto, es decir, la idea principal sobre la que se reflexionará. La tesis puede abarcar una idea o englobar varias.
2. Desarrollo
El desarrollo del texto, también llamado cuerpo argumentativo, y está formado por los argumentos principales que pretenden convencer o persuadir al lector. En este apartado se trata de exponer y argumentar todas las ideas, a través de ejemplos, pruebas, inferencias, etc.
El objetivo es apoyar una tesis o refutarla (dependiendo del tipo de texto), a través de una base sólida de conocimientos y aportaciones teóricas.
3. Conclusión
El último apartado de todo texto argumentativo es el apartado de la conclusión; en él, se expone la conclusión o conclusiones a las que se ha llegado a través de la argumentación previa, correspondiente al apartado del desarrollo.
Es decir, se trata de una especie de síntesis o resumen que permite acabar de persuadir al lector o de “demostrar” que lo que se ha dicho tiene una base argumental sólida. Así, recoge la tesis inicial y los argumentos principales del texto, para llegar a la consecuencia que se extrae del estudio de una serie de datos o afirmaciones (es decir, para llegar a una conclusión).
Referencias bibliográficas:
- Cáceres, O. (2016) Tipos de textos argumentativos.
- Poblete, C.A. (2005). Producción de textos argumentativos y metacognición. Letras.