Algunas áreas del cerebro crecen cuando envejecemos

Recientes hallazgos niegan la idea de que todas las partes del cerebro se atrofian con la vejez.

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Aunque en muchas culturas —y en otros momentos de la historia— la vejez era una etapa de la vida digna del máximo respeto puesto que se le atribuía sabiduría y experiencia, en las últimas décadas está visión ha cambiado drásticamente.

Tanto a nivel popular como a nivel científico, se ha asociado la vejez con una etapa en la que prácticamente lo más destacable es el deterioro que se produce tanto a nivel físico como cognitivo. De hecho, se ha puesto mucho énfasis en que el cerebro se encoge y pierde neuronas progresivamente.

Sin embargo, un nuevo estudio publicado recientemente en la revista Nature Neuroscience aporta matices realmente importantes que nos llevan a cuestionar algunas de estas creencias. A lo largo de este artículo explicamos los detalles del estudio, sus resultados y el impacto de estos.

Cómo se hizo el estudio con humanos y ratones

El equipo de investigadores liderado por P. Liu y E. Kuehn quiso poner a prueba, tal como indican los autores, cuatro hipótesis importantes sobre cómo las alteraciones estructurales y funcionales en la arquitectura de las capas corticales caracterizan la disfunción cortical.

En otras palabras, los investigadores querían comprobar cuatro ideas sobre cómo cambian las diferentes capas del cerebro con la edad y de qué forma pueden estas modificaciones afectar al funcionamiento. Con estas propuestas teóricas querían averiguar qué capas se mantienen estables y cuáles se deterioran con la edad para comprender la forma en la que estos cambios modulan nuestra forma de percibir y procesar la información sensorial.

Para poder comprobar sus hipótesis, los investigadores combinaron técnicas muy avanzadas. Por un lado, realizaron resonancias magnéticas con una resolución 5 veces superior a los escáneres de resonancia magnética estándar (7 Tesla) en personas jóvenes sanas (de unos 25 años) y en adultos mayores sanos (de unos 65 años).

Se centraron en la corteza somatosensorial primaria, que recibe y procesa la información táctil del cuerpo (especialmente de dedos y manos). Asimismo, llevaron a cabo evaluaciones conductuales.

Por otro lado, para entender con más profundidad lo que ocurre, también analizaron ratones jóvenes, adultos y de edad avanzada. En este caso, se usaron imágenes de calcio en vivo —que muestran cómo se activan las neuronas en tiempo real— y análisis histológicos (que permiten estudiar el tejido cerebral directamente bajo el microscopio).

Los principales resultados

El análisis capa por capa mostró un patrón sorprendente. Los investigadores descubrieron que, de las diferentes capas estudiadas, únicamente dos de ellas —las número 5 y 6, vinculadas a la modulación de la percepción corporal— presentaban signos de degeneración relacionada con la edad.

En cambio, la capa número 4 (necesaria para sentir el tacto en el cuerpo), era más grande en los adultos mayores sanos que habían participado en el estudio. Así pues, estos resultados contradicen, aunque sea de forma parcial, las teorías aceptadas actualmente en las que se defiende que el cerebro reduce su tamaño con la edad.

Lo que se observó en el estudio con ratones corrobora estos hallazgos: en los ratones mayores, la cuarta capa también era más grande y pronunciada que en los ratones jóvenes. Esto refuerza la evidencia de que algunas partes del cerebro aumentan su tamaño con la edad en adultos sanos. Sin embargo, también es importante tener en cuenta que, en el grupo de ratones muy viejos se observó que esta parte del cerebro puede deteriorarse en edades avanzadas.

¿Qué significa que el cerebro “crezca”?

¿De qué estamos hablando exactamente cuando decimos que una región cerebral crece? ¿Quiere decir eso que aumentan las neuronas de esas zona? En realidad, lo que incrementa es el grosor de la corteza o la cantidad de mielina y conexiones locales.

Este proceso puede ser interpretado como una muestra más de la plasticidad que caracteriza al cerebro. Esto permite que el órgano se adapte constantemente a las experiencias. En este sentido, dado que la expansión se observa en la capa de entrada sensorial que está especialmente vinculada con el tacto de las manos, esto podría interpretarse como una acumulación del aprendizaje táctil y motriz a lo largo de los años.

Lo que revela sobre el envejecimiento

Una de las principales conclusiones de este estudio es que el cerebro no envejece de forma homogénea. Es decir, no todas las áreas se deterioran de forma sistemática o por igual.

De hecho, parece ser que el cerebro de las personas mayores conserva algo mejor aquello que más utiliza. Podríamos decir que aquellas partes que más se usan son las que se mantienen en mejor estado y que las que menos se usan son las que se van deteriorando.

¿Qué implican los resultados de este estudio?

Estos resultados son realmente importantes por diversos motivos. En primer lugar, señala que el envejecimiento es un proceso único e individual en el que influyen diferentes factores como el estilo de vida, las experiencias sensoriales y los retos cognitivos a los que hacemos frente en el día a día.

Por otro lado, es interesante saber que este patrón en los cambios cerebrales que se produce en las personas mayores muestra similitudes con ciertas neurodivergencias como los trastornos del espectro autista o el trastorno por déficit de atención e hiperactividad.

No obstante, no podemos perder de vista que en el caso de las neurodivergencias las personas ya nacen con estos patrones cerebrales y que en el caso de los adultos mayores este cambio se ha ido formando a lo largo de la vida.

Aunque, tal y como indican los autores, es difícil saber de forma exhaustiva qué efectos podría tener el aumento de la masa cerebral con la edad, sí parece dar pistas sobre por qué los adultos mayores pueden tener dificultades para adaptarse a nuevos entornos sensoriales y hacer varias tareas a la vez, por ejemplo.

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  • Liu, P., Doehler, J., Henschke, J. U., Northall, A., Knaf-Serian, A., Loaiza-Carvajal, L. C., Budinger, E., Schwarzkopf, D. S., Speck, O., Pakan, J. M. P., & Kuehn, E. (2025). Layer-specific changes in sensory cortex across the lifespan in mice and humans. Nature Neuroscience, 28, 1978-1989.

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Nerea Moreno. (2025, octubre 30). Algunas áreas del cerebro crecen cuando envejecemos. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/neurociencias/algunas-areas-cerebro-crecen-cuando-envejecemos

Psicóloga

Nerea Moreno es graduada en psicología, con mención en psicología clínica, por la Universidad de Barcelona. Cursó el Máster en Psicología General Sanitaria con la Universidad Autónoma de Barcelona. Posteriormente, se formó como experta en psicología de las emergencias y catástrofes. Tanto esta formación como la experiencia laboral en el campo, supusieron para Nerea el descubrimiento de un nuevo mundo: el trauma. Desde entonces, trabaja desde un enfoque integrador y no ha parado de formarse en trauma, sistema nervioso, apego, duelo y emociones.

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