El área retroesplenial es una zona del cerebro vinculada a la memoria episódica y contextual, la navegación o la imaginación de eventos y escenas futuras. Su importancia radica en ser una parte necesaria de un conjunto de regiones que participan en la gestión de la actividad cerebral cuando la mente y el organismo están en reposo.
En este artículo te explicamos en qué consiste el área retroesplenial, dónde se ubica, cuáles son las principales funciones que lleva a cabo y qué tipo de trastornos pueden originarse si se produce un daño en esta región del cerebro.
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Área retroesplenial: definición y localización neuroanatómica
El área o corteza retroesplenial (CRE) es una región del cerebro localizada en la parte inferior del giro cingulado, extendiéndose alrededor del esplenio del cuerpo calloso, una estructura que conecta los dos hemisferios cerebrales. Comprende las áreas 29 y 30 de Brodmann y junto con el precúneo y el cingulado posterior forman un núcleo posterior que, en ocasiones, se denomina “corteza posteromedial”.
Esta región cerebral está conectada recíprocamente con la corteza cingulada posterior (CCP) y posee fuerte fuertes conexiones con la corteza cingulada anterior pregenual y subgenual. La CCP y la CRE forman parte de la red cerebral por defecto, un conjunto de áreas cerebrales que se activan (hasta un 20% por encima de otras regiones) cuando la mente divaga y está en reposo.
Los estudios realizados con animales han revelado que el área retroesplenial tendría conexiones recíprocas con estas tres regiones: el hipocampo, el giro parahipocampal y determinados núcleos del tálamo. El daño traumático y las patologías asociadas a estas áreas del cerebro estarían implicadas en muchos síndromes amnésicos.
Asimismo, se han descrito otras conexiones notables entre la CRE y distintas zonas de la corteza prefrontal (concretamente las áreas 46, 9, 10 y 11 de Brodmann), que proporcionan una ruta indirecta para que el hipocampo se conecte con la corteza prefrontal dorsolateral, y viceversa.
Funciones
Los estudios realizados han determinado que el área retroesplenial tiene un rol significativo en la memoria espacial y episódica (o contextual), la navegación, la imaginación de eventos futuros y el procesamiento de escenas. Esta región cerebral también estaría involucrada en los procesos que implican reconocer puntos de referencia ambientales permanentes y no móviles, así como en los juicios de tipo espacial.
A continuación veremos con más detalle algunas de las tareas principales en las que el área retroesplenial está implicada:
Navegación, memoria espacial y contextual
Los estudios llevados a cabo con resonancia magnética funcional han comprobado que la actividad en el área retroesplenial es modulada por una gran variedad de procesos, que van desde la producción y la comprensión básica del habla, hasta la motivación y el dolor. Sin embargo, su participación en tareas de navegación y memoria espacial parece ser muy clara, y la mayoría de estudios de imagen cerebral lo confirman.
En un metaanálisis reciente, el área retroesplenial mostró una activación significativa durante la recuperación de información autobiográfica, y más específicamente en experiencias recientes frente a las experiencias remotas, aunque parece ser que se activa cuando recordamos cualquier tipo de experiencia en la que seamos protagonistas, independientemente de que el tono sea más neutro o emotivo.
Por otro lado, también se ha observado que el área retroesplenial participa en tareas de navegación espacial. Éstas incluyen la visualización pasiva de imágenes de navegación, la navegación mental y la navegación interactiva en entornos de realidad virtual.
Además, también se ha visto actividad durante el aprendizaje de nuevos entornos y de los recién aprendidos, así como en los entornos muy familiares. De hecho, parece difícil encontrar alguna tarea de navegación o memoria topográfica en la que esta región no se active.
En relación con los entornos virtuales, en un estudio en el que se utilizó una simulación de realidad virtual del centro de Londres se pudo comprobar que la actividad del área retroesplenial aumentaba cuando las representaciones topográficas debían ser actualizadas, integradas o manipuladas para la planificación de rutas o cuando se debía adquirir nueva información topográfica. Por lo tanto, parece que la actividad de esta región cerebral variaría en función de las circunstancias y las prioridades específicas.
Por último, con respecto a la relación del área retroesplenial y el procesamiento de escenas, se ha sugerido que esta región podría procesar relaciones relevantes para la escena, como la que surge de los objetos y su contexto. En diversos estudios se ha podido determinar que esta área se activa al ver objetos fuertemente asociados con un contexto específico, y no al contrario (cuando dicha asociación es débil).
La imaginación de eventos futuros
En los últimos años han surgido nuevas investigaciones en el campo de la memoria basadas en las siguientes premisas: primera, el hecho de que los pacientes con daño bilateral del hipocampo no solo no pueden recordar experiencias pasadas, sino que también tienen dificultades para imaginar experiencias ficticias y futuras; y segunda, el descubrimiento de que recordar experiencias pasadas activa muchas regiones cerebrales que también se activan al imaginar un futuro personal plausible y experiencias ficticias.
En otro metaanálisis que incluía varios estudios sobre esta cuestión se confirmó que el área retroesplenial forma parte de una “red central” común que mantiene una variedad de funciones cognitivas. Esta red apoyaría la construcción de “escenas” (el proceso de generar y mantener mentalmente una imagen o un evento complejo y coherente), de ahí que sea esencial en la memoria autobiográfica, la navegación o el pensamiento sobre el futuro.
La vinculación entre la memoria y la navegación con la imaginación de eventos futuros coloca a esta región cerebral en una posición crucial para entender estos procesos cognitivos. En un estudio reciente con resonancia magnética funcional se examinó la activación cerebral durante la recuperación de eventos autobiográficos, episodios de una película y recortes de noticias reales, así como eventos imaginados de los tres tipos. Los resultados concluyeron que había mayor activación ante la recuperación de eventos reales.
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Trastornos relacionados
Las lesiones en el área retroesplenial pueden producir un síndrome amnésico caracterizado por la pérdida anterógrada (incapacidad para almacenar nuevos eventos) de recuerdos verbales y no verbales, acompañada por una amnesia retrógrada leve (incapacidad para recordar eventos ocurridos antes de la lesión). La extensión de la amnesia retrógrada varía de menos de 1 año a 10 años.
A su vez, un daño en la porción derecha del área retroesplenial puede generar un déficit selectivo en la orientación espacial y una amnesia de características topográficas: el sujeto puede reconocer edificios y paisajes familiares, pero pierde la relación de posición entre dos sitios conocidos. Esto ocurre porque es posible que esta área desempeñe un rol importante en la codificación de los sitios novedosos y sus relaciones.
En la mayoría de los casos los pacientes pueden reconocer los puntos de referencia de su vecindario, por ejemplo; pero no pueden navegar de manera efectiva en entornos familiares, lo que indica que no son capaces de comprender información direccional a partir de las señales de determinados puntos de referencia.
Los daños en el área retroesplenial también pueden comprometer el aprendizaje en nuevos entornos. Los sujetos con el hipocampo dañado muestran, asimismo, dificultades para navegar en entornos familiares y novedosos, pero a diferencia de lo que ocurre con las personas que presentan lesiones en el área retroesplenial, generalmente son capaces de orientarse en dichos entornos y conservan su sentido de la orientación.
Referencias bibliográficas:
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- Maddock, R. J. (1999). The retrosplenial cortex and emotion: new insights from functional neuroimaging of the human brain. Trends in neurosciences, 22(7), 310 - 316.
- Zola-Morgan, S., & Squire, L. R. (1993). Neuroanatomy of memory. Annual review of neuroscience, 16(1), 547 - 563.