Cuando pensamos en las células propias del cerebro humano y el sistema nervioso en general, nos suele venir a la mente la imagen de las neuronas. Sin embargo, estas células nerviosas por sí mismas no pueden formar un cerebro funcional: necesitan la ayuda de muchas otras "piezas" con las que nuestro organismo está construido.
La mielina, por ejemplo, forma parte de esos materiales sin los cuales nuestro cerebro no podría realizar sus operaciones de forma eficaz. Y es que las neuronas están apoyadas por otros componentes del sistema nervioso que cumplen funciones discretas pero a la vez importantes, como veremos en este artículo acerca de la mielina y sus características.
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¿Qué es la mielina?
A la hora de representar gráficamente una neurona, ya sea mediante un dibujo o un modelo en 3D, normalmente dibujamos la zona del núcleo, las ramificaciones con las que se conecta a otras células y una prolongación llamada axón y que sirve para alcanzar zonas alejadas. Sin embargo, en muchos casos esa imagen quedaría incompleta. Muchas neuronas tienen, alrededor de sus axones, un material blanquecino que lo aísla del líquido extracelular. Esta sustancia es la mielina, y su presencia es fundamental para el buen funcionamiento del sistema nervioso.
La mielina es una capa gruesa lipoproteica (formada por sustancias grasas y proteínas) que envuelve los axones de algunas neuronas formando vainas con forma de salchicha o rollito. Estas vainas de mielina tienen una función muy importante en nuestro sistema nervioso: permitir la trasmisión de impulsos nerviosos de manera rápida y eficiente entre las células nerviosas del cerebro y la médula espinal. Este material crea una especie de capa aislante alrededor de la proyección de la neurona, por la que interesa que la electricidad sea transmitida con rapidez.
La función de la mielina
La corriente eléctrica que atraviesa las neuronas es el tipo de señal con la que estas células nerviosas funcionan. La mielina permite que estas señales eléctricas se propaguen con gran rapidez a través de los axones, para que este estímulo llegue a tiempo a los espacios en los que las neuronas se comunican entre sí. Dicho de otra forma, el principal valor añadido que estas vainas le aportan a la neurona es la velocidad en la propagación de las señales eléctricas.
Si le quitáramos sus vainas de mielina a un axón, las señales eléctricas que viajan por él irían mucho más lentas o, incluso, podrían perderse por el camino. La mielina actúa como un aislante, de manera que la corriente no se disipa por fuera del recorrido y va sólo por dentro de la neurona.
Los nódulos de Ranvier
La capa mielínica que recubre el axón recibe el nombre de vaina de mielina, pero ésta no es completamente continua a lo largo del axón, sino que entre los segmentos mielinizados quedan regiones descubiertas. Estas áreas del axón que quedan en contacto con el líquido extracelular se llaman nódulos de Ranvier.
La existencia de los nódulos de Ranvier es importante, ya que sin ellos la presencia de la mielina no serviría de nada. En estos espacios, la corriente eléctrica que se propaga por la neurona gana fuerza, ya que en los nódulos de Ranvier se encuentran los canales iónicos que, al actuar como reguladores de lo que entra y sale de la neurona, permiten que la señal no pierda fuerza.
El potencial de acción (impulso nervioso) va saltando de un nódulo a otro debido a que éstos, a diferencia del resto de la neurona, están dotados de agrupaciones de canales de sodio y potasio, de manera que la transmisión de los impulsos nerviosos resulta más rápida. La interacción entre la vaina de mielina y los nódulos de Ranvier permite que el impulso nervioso se traslade con mayor velocidad, de manera saltatoria (de un nódulo de Ranvier al siguiente) y con menor posibilidad de error.
¿Dónde se encuentra la mielina?
Hay mielina en los axones de muchos tipos de neuronas, tanto en el Sistema Nervioso Central (esto es, el encéfalo y la médula espinal) como fuera de ella. Sin embargo, en algunas zonas su concentración es más alta que en otras. Donde abunda la mielina, esta puede ser vista sin ayuda de microscopio.
Cuando describimos un cerebro es habitual hablar de materia gris, pero también, y aunque este hecho sea algo menos conocido, existe la materia blanca. Las zonas en la que se encuentra la materia blanca son aquellas en los que los cuerpos neuronales mielinizados abundan tanto que cambian el color de esas zonas vistas a simple vista. Es por eso que las zonas en las que se encuentran concentrados los núcleos de las neuronas suelen tener un color grisáceo, mientras que las áreas por las que pasan esencialmente los axones son de color blanco.
Dos tipos de vainas de mielina
La mielina es esencialmente un material que sirve a una función, pero existen diferentes células que forman vainas de mielina. Las neuronas que pertenecen al Sistema Nervioso Central tienen unas capas de mielina formadas por un tipo de células llamadas oligodendrocitos, mientras que el resto de neuronas usan unos cuerpos llamados células de Schwann. Los oligodendrocitos tienen forma de salchicha atravesada de punta a punta por una cuerda (el axón), mientras que las células de Scwann envuelven los axones en espiral, adquiriendo una forma cilíndrica.
A pesar de que estas células son ligeramente diferentes, ambas son células gliales con una función prácticamente idéntica: formar vainas de mielina.
Enfermedades por alteración de la mielina
Existen dos tipos de enfermedades que están relacionadas con anomalías en la vaina de mielina: enfermedades desmielinizantes y enfermedades dismielinizantes.
Las enfermedades desmielinizantes se caracterizan por un proceso patológico dirigido contra la mielina sana, a diferencia de las dismielinizantes, en las cuales se produce una formación inadecuada de la mielina o una afectación de los mecanismos moleculares para mantenerla en sus condiciones normales. Las distintas patologías de cada tipo de enfermedad relacionada con la alteración de la mielina, son:
Enfermedades desmielinizantes
- Síndrome clínico aislado
- Encefalomielitis aguda diseminada
- Leucoencefalitis hemorrágica aguda
- Esclerosis concéntrica de Balo
- Enfermedad de Marburg
- Mielitis aguda aislada
- Enfermedades polifásicas
- Esclerosis múltiple
- Neuromielitis óptica
- Esclerosis múltiple óptico espinal
- Neuritis óptica aislada recurrente
- Neuropatía óptica inflamatoria recurrente crónica
- Mielitis aguda recurrente
- Encefalopatía postanóxica tardía
- Mielinólisis osmótica
Enfermedades dismielinizantes
- Leucodistrofia metacromática
- Adrenoleucodistrofia
- Enfermedad de Refsum
- Enfermedad de Canavan
- Enfermedad de Alexander o leucodistrofia fibrinoide
- Enfermedad de Krabbe
- Enfermedad de Tay-Sachs
- Xantomatosis cerebrotendinosa
- Enfermedad de Pelizaeus-Merzbacher
- Leucodistrofia ortocrómica
- Leucoencefalopatía con desaparición de la sustancia blanca
- Leucoencefalopatía con esferoides neuroaxonales
Para saber más sobre la mielina y sus patologías asociadas
A continuación os dejamos un interesante vídeo sobre la Esclerosis Múltiple, en el que se explica cómo se destruye la mielina en el transcurso de esta patología: