El trabajo es un ámbito de la vida que solemos asociar al concepto de “retos”; no es para menos, porque por las dinámicas de oferta y demanda, la mayoría de las personas que necesitan recurrir al trabajo remunerado para mantener su bienestar e independencia tienen que lograr unos objetivos tras otros.
De hecho, lamentablemente son muy comunes los casos de quienes están sometidos a mucha presión laboral (incluso en personas que no son de clase baja y que no se ven en una situación de precariedad económica).
Teniendo en cuenta eso, no sorprende que el estrés laboral sea uno de los motivos de consulta más comunes entre quienes van al psicólogo. Ahora bien, más allá de la psicoterapia (que es la solución más eficaz), hay margen de maniobra para intentar aprender por uno mismo a gestionar esta clase de problemas. Por eso, en este artículo veremos diferentes maneras de reducir el estrés en el trabajo, estrategias sencillas que puedes aplicar a tu día a día.
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Cómo reducir el estrés en el día a día del trabajo: 6 consejos
El estrés no es en sí un fenómeno psicológico que pueda ser controlado a voluntad, porque hunde sus raíces en mecanismos fisiológicos ancestrales y con mucha mayor implantación en el cuerpo humano que la capacidad de planificar y decidir racionalmente. Sin embargo, eso no significa que no podamos hacer nada para modular las consecuencias del estrés o incluso para prevenir el exceso de estrés interviniendo sobre nuestro entorno.
Desde luego, aprender a gestionar el estrés constituye un reto complejo, y requiere tanto de conocimientos como de práctica. Si además estamos hablando de gestionar el estrés en el contexto laboral, la cosa se complica más: el puesto de trabajo suele ser un lugar en el que no faltan las situaciones y los estímulos que nos hacen “ponernos en guardia” o estar alerta. Pero también en esta clase de entornos es posible ir ganando dominio en el manejo de las emociones y de los elementos psicológicos vinculados la ansiedad.
A continuación encontrarás varios consejos y pautas para saber reducir el estrés en el trabajo, y que te pueden ser útiles a modo de introducción.
1. Asegúrate de que estás durmiendo bien
Las personas que sufren falta de sueño son mucho más propensas a desarrollar problemas de estrés y ansiedad. No solo porque se encuentran en un peor estado físico, sino también porque la falta de capacidad de concentración en el trabajo hace que su rendimiento empeore y se les acumulen las tareas.
2. Practica meditación y Mindfulness
Estos ejercicios pueden ser incorporados a tu día a día dedicándoles unos 10 o 15 minutos, y son de gran ayuda para potenciar el equilibrio emocional y dejar de dar a los pensamientos catastróficos más importancia de la que tienen.
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3. Haz descansos regulares
No des por sentado que los minutos de descanso son tiempo perdido. Al contrario, si los administras bien, estarás potenciando tu capacidad de rendir en el trabajo sin caer presa del exceso de estrés.
Es mucho mejor para tu salud y para la productividad que descanses 5 o 10 minutos cada tres cuartos de hora que que te empeñes en terminar todo tu trabajo cuanto antes sin parar para darte un respiro. Si optas por esto último, además de sufrir desgaste psicológico y estrés, terminarás descansando igualmente aquí y allá casi sin darte cuenta y sin tener el control sobre tus tiempos de trabajo.
4. Haz ejercicios de respiración controlada
La respiración diafragmática controlada te puede ayudar a mantener a raya la ansiedad cuando ya has empezado a notar sus primeros síntomas.
Además, se trata de un ejercicio que, si trabajas en un contexto de oficina, podrás realizar sin tener que moverte y que no llama la atención. Inspira y espira usando para ello los músculos del diafragma, evitando que tu pecho se mueva más que tu vientre. Al inspirar, debería expandirse incluso la parte de tu espalda que queda justo debajo de las costillas, en la parte de los riñones.
5. Evita la cafeína más allá de la primera hora de la mañana
Si sueles sufrir problemas de estrés en el trabajo, el café debe quedar confinado al desayuno, como ayuda para terminar de despertarte.
6. Asegúrate de estar trabajando con comodidad
Si sueles trabajar en un entorno incómodo, esto se plasmará en tu malestar emocional aunque no te des cuenta de ello. Asegúrate de que tu silla es ergonómica y se ajusta a ti, comprueba que la temperatura es la adecuada, que la iluminación no te obliga a forzar la vista, etc.
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