El trabajo es un derecho fundamental, pero también puede llegar a ser una carga insufrible. Cuando esto último sucede se impone la necesidad de un cambio, bien por parte de la empresa o bien por parte del trabajador, o de ambos.
Una situación negativa en la empresa no sólo crea infelicidad en el empleado en el contexto laboral sino que además derivará en una insatisfacción que puede afectar a su vida personal y social.
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Señales que denotan los problemas de bienestar laboral
Existen una serie de síntomas que denotarían inequívocamente que nos encontramos ante una situación de infelicidad o insatisfacción laboral.
La frustración profesional por no tener la oportunidad (por falta de ofertas laborales) o posibilidad de crecer o promocionar en el trabajo sería uno de estos síntomas, pero no el único.
Tener la sensación de no pertenecer a la empresa por sentirnos aislados o por el “ninguneo” de los compañeros también da lugar a alarma, así como la falta de comunicación (el empleado no es escuchado), el estrés, las injusticias promocionales o la presión laboral.
A veces, para el trabajador la solución es sencilla: cambiar de empleo o de empresa. Pero la precariedad laboral, las responsabilidades familiares y económicas o la incertidumbre laboral en la mayoría de las ocasiones no hacen tan fácil tomar esa decisión y terminamos aceptando la insatisfacción como un mal necesario. Sin embargo, esa “aceptación” podría dejar de ser tan frustrante e insatisfactoria si el trabajador trata de buscar nuevas motivaciones que le ayuden a encontrar un empuje positivo.
Maneras de potenciar el bienestar
Muchos estudios demuestran que dormir las horas necesarias y llevar una alimentación saludable ayudan a emprender el día con más energía, estar más relajado y rendir más en el trabajo.
Practicar algún tipo de ejercicio físico es otra de las claves para estar activo, pero también apuntarse a cursos o estudios especializados para mantenerse al día. Igualmente, desechar el aburrimiento en el puesto de trabajo y ser organizado.
Un dato fundamental es desconectar del ámbito laboral tanto en las pausas de la comida como en los fines de semana y las vacaciones. Por ejemplo, relajarse simplemente cambiando de tema. El tiempo libre es necesario.
Tampoco es mala idea tener nuestro puesto de trabajo como un lugar agradable incorporando detalles personales que nos hagan sentirnos cómodos o sonreír cuando los miramos.
Ser flexible ante los nuevos retos que nos plantea la empresa es importante porque puede conllevar oportunidades laborales con las que no habíamos contado. No hay que tener miedo a los cambios.
Intentar tener una buena relación y una actitud positiva con los compañeros y los jefes es determinante para ser feliz en el trabajo, ya que son muchas horas las que pasamos con ellos en ese ámbito, pero además puede favorecer el clima de respeto y amabilidad.
La actitud positiva en el trabajo tiene necesariamente que empezar por nosotros mismos. Ser feliz es una cuestión de actitud, hay que fomentarlo.
En la otra cara de esta moneda de infelicidad laboral estaría la empresa. Para paliar esto desde su posición, el empresario debe aprender a gestionar su liderazgo e intentar introducir cambios en la gestión de la empresa orientados a facilitar la felicidad en el trabajo de sus empleados. En este sentido, el cambio es posible.
Tendencia en auge
El “wellbeing” es un concepto que se ha puesto de moda últimamente, pero que está arraigando con fuerza. El término no se refiere sólo a un estado de tranquilidad y satisfacción personal gracias a unas buenas condiciones físicas y mentales (actividad emocional y desarrollo personal), que también, sino a que en su lugar de trabajo esa persona encuentre determinadas prácticas que le hagan sentirse bien de forma global, y por tanto rendir más.
Es en el fondo, esta iniciativa es la apuesta de las empresas por motivar a sus empleados con pautas positivas que repercuten a nivel personal y colectivo del grupo. Todo ello se está tratando de fomentar en las empresas con un grado elevado de compromiso con sus empleados, porque se han dado cuenta que el bienestar, a todos los niveles, según los últimos estudios de la psicología, es beneficioso para atraer emociones y vínculos positivos, así como cierto grado de compromiso y alcance de logros.
En definitiva, que el “wellbeing”, o bienestar laboral, es la forma de atraer más felicidad para los empleados y con ello más productividad para los empresarios. O lo que es lo mismo: los empresarios deben cuidar a sus empleados pues cuanto más felices sean estos más y mejor será la marcha de la empresa.
Buenas prácticas
Desde este punto de vista, son varias las iniciativas que se apuntan como positivas y saludables para que las compañías aborden esa felicidad de los trabajadores que mejorarán su rendimiento.
En primer lugar, estaría el bienestar físico. En este sentido, no se trata de que la empresa cuide de minimizar accidentes o de la seguridad laboral de sus empleados, sino más bien de potenciar la salud de estos creándoles condiciones, planes o actividades físicas dirigidas por profesionales deportivos, organizando carreras a nivel de empresas, poniendo un gimnasio en la oficina o cosas similares en este aspecto.
En segundo lugar, estaría el bienestar emocional cuyo objetivo principal consistiría en reducir, y en último término eliminar en lo posible, el estrés y la ansiedad de los trabajadores en la empresa llevando a cabo una serie de iniciativas encaminadas a ello, como cursos, seminarios y talleres motivacionales y de relajación (Mindfulness) llevados a cabo por profesionales de este ramo tanto de forma individual como en grupo. Con ello se persigue minimizar las bajas laborales por estos motivos.
Le seguiría el campo de la nutrición. Es decir, todo lo que tenga que ver con el bienestar a través de la salud alimenticia. O lo que es lo mismo, que la empresa adopte medidas, mejor si es supervisado por un nutricionista, para que los empleados tengan a su alcance menús saludables en el comedor (si es que existe) o en las máquinas de “vending” poder surtirse de artículos más sanos y naturales.
Otra iniciativa que puede ayudar a la conquista de ese bienestar laboral sería la conciliación, es decir, tener en cuenta la flexibilidad de horarios, bajas por maternidad/paternidad, favorecer el teletrabajo o simplemente remodelar espacios para que resulten más placenteros y relajantes.
Otro aspecto importante sería la de facilitar a sus trabajadores servicios médicos y jurídicos concertados con el fin de que si en algún momento les son necesarios acudir a ellos con plenas garantías de que su empresa está detrás como garantía.
Así pues, estas prácticas llevadas a cabo por la empresa para sus empleados estarían enfocadas en mejorar la salud ocupacional de estos y con ello la transformación positiva de la empresa. Las compañías que ya han incorporado este tipo de programas de forma estratégica para fomentar hábitos saludables se muestran muy satisfechas con los resultados medibles alcanzados a corto, medio y largo plazo en términos de productividad, competitividad, innovación y rentabilidad del negocio.
Estrés laboral
Según un informe de la La Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo la mayoría de las bajas anuales de los trabajadores en su empresa se producen por temas asociados con el estrés. De hecho, este estrés estaría relacionado con las malas prácticas laborales que son las que influirían de forma determinante en producir algún tipo de enfermedad diagnosticada o incluso la muerte.
Estas malas prácticas están casi siempre asociadas con largas jornadas de trabajo, horarios irregulares, precariedad, ausencia de control laboral o conflictos entre el trabajo y la familia.
En otro informe elaborado por el Foro Económico Mundial se dice que, a nivel mundial, más o menos las tres cuartas partes de los gastos de salud están vinculados a las enfermedades crónicas y las no contagiosas, y que estas, a su vez, representan el 63% de todas las muertes.
Científicamente está demostrado que el estrés es el que provoca las enfermedades crónicas, al mismo tiempo que las formas de vida no saludables como beber, fumar, las drogas o ciertos tipos de comida. Pero también comer en exceso o de forma acelerada a causa del estrés.
En este sentido, varios estudios revelan que el lugar de trabajo es uno de los principales motivos de estrés en los individuos, y, por tanto, una causa importante del déficit en los sistemas de salud, ya que se ha estimado que paliar este problema supone un costo real de miles de millones cada año. Por otro lado, el estrés, la ansiedad o la depresión relacionadas con el trabajo se han convertido en la quinta causa de muerte en el mundo.
La necesidad por crear contextos de trabajo saludables
En definitiva, las malas prácticas en el trabajo no sólo son perjudiciales para los empleados, sino que también suponen un daño irreparable a la larga para la empresa. Así, siempre que se pueda o se tenga la oportunidad, deberíamos elegir a nuestro empleador en función de nuestra salud psicológica y física y no tanto del salario y la promoción.