Un millón de nuevos propósitos para año nuevo y pocas ganas de ponerse a ello, mucha ilusión y mucho blablablá y pasadas las fiestas, a la hora de la verdad, seguimos con el mismo chip de el pasado año.
A las empresas les pasa lo mismo, porque "año nuevo vida nueva" y con las mismas personas: si no hacemos algo diferente, si no imprimimos en nuestros colaboradores esas ganas de cambio de alcanzar nuevas metas, de cohesión, de crear cosas nuevas, nos quedamos con lo mismo que teníamos.
Decirlo parece fácil, pero… ¿Cómo podemos crear ese nuevo espíritu?
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Claves de la gestión de los equipos
Para empezar, tras meses complejos por aquello de mantener la distancia social y el aumentar la conexión virtual y crear múltiples formas de trabajar en remoto, lo primero que necesitamos es conseguir que el equipo se implique, que aumente esa sensación de equipo de estamos trabajando juntos y eso parece haberse perdido con la pandemia.
Lo más importante en cualquier organización ya sea profesional o social /familiar es la comunicación; cuando la comunicación es fluida y transparente todo es mucho más fácil, el clima social y laboral es más relajado y productivo, el personal siente la empresa como suya y pasan de ser empleados a colaboradores, son parte de la familia empresarial y trabajan juntos para un mejor desarrollo de esta.
Implicar al equipo consiste en hacer a sus miembros partícipes de la estrategia empresarial; aquello de "la información es poder" ha quedado en un viejo refrán, compartir la información con los miembros de la organización es crear equipos más fuertes.
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Un ejemplo
Imagina que tienes un equipo de remo. Si conoces cómo funcionan estos equipos en las traineras (así se llaman los barcos en el norte de España), sabrás que existe una persona para liderar el equipo, marcar el ritmo, animar y guiar hacia donde han de ir. Y debes realizar el rol de patrón, para una serie de remeros (normalmente 14).
Ahora imagina que nunca has sido patrón de estas embarcaciones, pero tienes un equipo de remeros con una gran experiencia, que se ha preocupado de conocer el recorrido que han de realizar, han estudiado a la competencia y las condiciones marítimas para el momento en el que se desarrolla la competición. Probablemente antes de salir te han comentado qué es exactamente lo que necesitan de ti: que los animes, que marques el ritmo, que les avises sobre las embarcaciones cercanas y cómo poder bloquearles el camino o cómo poder adelantar a las siguientes.
Si los escuchas y sigues las pautas que te han solicitado este equipo conseguirá buenos resultados, saben lo que quieren conseguir, conocen el terreno, la técnica, conocen tus debilidades y cómo podéis trabajar juntos para llegar realizar la travesía de forma exitosa.
Imagina ahora otra situación, en esta ocasión eres la persona experimentada, pero por el contrario tienes un equipo con apenas experiencia. No se conocen, no se escuchan unos a otros, no conocen el terreno, sólo conocen lo básico a la hora de mover los remos. ¿Cómo crees que saldrá en este caso la competición?
Tú eres la misma persona, en este caso si tienes experiencia, pero tienes el mismo tiempo para conectar con el equipo; las circunstancias y la meta son las mismas, lo que se modifica es la cohesión del equipo, el grado de conocimiento que tienen unos de otros, la experiencia de cada uno de ellos, el grado de compenetración... Estas cosas que, cuando estamos en faena en el día a día de la empresa, parece que no son importantes, pero que cada vez somos más conscientes de la necesidad de ellas.
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Pasos a seguir
En Karismatia, Laura Bueno ha creado el método CORS, que se crea para acompañar a equipos a ser los mejores equipos y conseguir desarrollar un alto rendimiento mediante 4 pasos: Cohesión, Objetivos, Resultados y Seguimiento.
1. Cohesión
Consiste en hacer partícipe a cada miembro, provocar que los diferentes participantes del equipo se conozcan y se apoyen. Para ello es fundamental la comunicación, la transparencia, la mentalidad de crecimiento en conjunto para el desarrollo personal de cada individuo.
2. Objetivos
Comunicar los objetivos de manera clara y transparente, dar una hoja de ruta al equipo, es básico, que cada una de las personas participantes sepa qué es lo que se espera de ella. Sus responsabilidades, las de sus compañeros y cómo pueden ayudarse entre ellos.
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3. Resultados
Si hemos marcado bien el objetivo inicial acorde con las capacidades del equipo, pasamos a evaluar si se consiguen las expectativas iniciales, qué podemos aprender de aquello que hemos trabajado como equipo, cómo podemos mejorar…
4. Seguimiento
Es importante aprender de los resultados obtenidos y modificar aquello que hemos detectado que podemos mejorar.
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Características de los equipos que funcionan bien
Crear un equipo cohesionado se traduce en un equipo con unas características concretas, las cuales se enumeran a continuación.
1. Confianza
Lo primero es la confianza en uno mismo y en las capacidades que se tienen, pues confiar en uno mismo es base para poder confiar en el equipo. Para que la confianza tenga lugar es base tener una comunicación fluida basada en el respeto, en la que todas las personas sientan que pueden expresarse con naturalidad y las dificultades se afronten en equipo.
2. Sentido de pertenencia
Cuando se consigue aumentar el sentido de pertenencia entre los integrantes de equipo es cuando se van a comportar de forma proactiva. Cuando cada uno de los integrantes se sienten como parte importante del equipo y comparten los valores fundamentales del mismo.
3. Objetivo común
Este es un punto clave que marca la diferencia entre equipo y grupo, tener un objetivo común crea un equipo; cuanto mejor se defina ese objetivo mayores serán las probabilidades de éxito.
Además, es clave crear una cultura laboral de éxito, que marque una guía para las acciones individuales y de equipo, que reconozca y celebre los logros, que fomente una comunicación abierta y proporciones un feedback constructivo.
4. Liderazgo
Un equipo necesita liderazgo. Si bien se fomenta cada vez más el liderazgo transversal y la proactividad de cada uno de los miembros del equipo, es necesario que exista una guía que medie cuando existen puntos de vista diversos o se pierde el rumbo.
Los equipos con un buen líder que inspira acciones y las decisiones a tomar se convierten en equipos cohesionados.
5. Compromiso
El compromiso principal es con uno mismo, querer dar lo mejor de uno, para después dar lo mejor con el proyecto, los compañeros… Estar comprometidos cohesiona, el compromiso refuerza, es una elección personal que aumenta la confianza y el sentimiento de pertenencia al equipo, facilitando resultados.
Desde Karismatia se combinan diferentes metodologías según la fase en la que se encuentre el equipo para generar equipos cada vez más fuertes antes las adversidades que puedan aparecer en el mercado. Prepárate a ti y a tu equipo para alcanzar el éxito en los siguientes meses para alcanzar los objetivos que desees.