El amor romántico puede llegar a ser un sentimiento que secuestra la atención, los sentidos y todas las opciones entre las que optamos para actuar. Si este es, además, un amor no correspondido, las consecuencias son aún más negativas; a estas limitaciones de la propia libertad se le suman una serie de fenómenos psicológicos que empeoran la calidad de vida en general; la bajada de la autoestima, la frustración y la ansiedad que las acompaña, entre otros.
Sin embargo, saber lo que hay que hacer cuando aparece el amor no correspondido y gestionar la situación con inteligencia emocional nos ayudará a salir de la experiencia no alegres, pero sí reforzados. Siguiendo estrategias que potencien la resiliencia, es posible aprender de estas vivencias para volvernos emocionalmente más fuertes.
Veamos en qué consiste este proceso de cambio mediante el cual se llega a superar un amor no correspondido.
¿Cómo superar el amor no correspondido?
El primer paso antes de empezar a trabajar en estrategias para salir del círculo vicioso de los pensamientos que producen ansiedad y tristeza es tener claro que en los casos de amor no correspondido no hay culpables.
Esto es importante, ya que es extremadamente sencillo que, aunque no nos demos cuenta, busquemos una excusa para expresar nuestro enfado hacia un objetivo concreto. El hecho de estar traduciendo ese malestar en una actividad que se exterioriza hacia una diana puede hacer que se descarguen tensiones durante un rato, pero desde luego perjudica a los demás, y solo por ese hecho ya merece la pena que se ponga cuidado en no caer en esta trampa.
En concreto, la persona que no nos corresponde con su amor es una víctima habitual de esta proyección de enfado y frustración, ya que aparecen creencias y pensamientos relacionados con la idea de que tenemos derecho a ser amados por esa persona en concreto y que, por tanto, esa persona está rompiendo una especie de pacto que realmente nunca se selló. Por supuesto, esta idea es absurda, pero en las situaciones más emocionales las premisas más descabelladas pueden parecer totalmente razonables.
Para prevenir estos casos una buena idea es imaginar, al principio, posibles contextos o escenarios en los que culpabilizamos (ficticiamente) a esta persona, para así reflexionar sobre qué es lo más probable que pase. De este modo, si aparecen las primeras señales de culpabilización gratuita, las sabremos identificar a la primera y, así, será más fácil que no se repitan.
1. Rompiendo con la rumiación
Una buena parte de la misión de poner en jaque aquellas sensaciones negativas producidas por el amor no correspondido y el rechazo es hacer que bajen los niveles de ansiedad general.
A la práctica, esto consiste en acabar con la rumiación, que es el círculo vicioso que siguen nuestros pensamientos cuando hay algo que nos produce preocupación, angustia, estrés y/o miedo. De este modo, ganaremos la capacidad de manejar nuestro foco de atención sin hacer que vuelva constantemente a esas ideas o recuerdos que nos producen malestar.
Para hacer esto, lo recomendable es emprender hábitos que antes no realizamos y, especialmente, desconectar paseando y descansando por espacios físicos sin ruido; y cuanto más naturales sean, mejor.
En realidad, la idea es bien simple. Mantenerse lejos de esa persona hace que nuestro cerebro esté menos expuesto a los estímulos que nos hacen pensar en ella. De este modo, la dinámica de activación de las neuronas del cerebro se adapta a cómo es vivir sin dedicar mucho tiempo a tener a esa persona en mente. Como resultado, a su vez, a medida que este órgano se va "ajustando" a esta nueva realidad, cada vez son más escasos los episodios en los que no sorprendemos pensando espontáneamente en ella, hasta que al final forma parte de nuestro pasado casi totalmente.
Para saber más detalladamente cómo puedes acabar con la rumiación que produce el amor no correspondido o así cualquier tipo de pensamiento estresante en general, puedes acceder a este artículo.
2. Aléjate de esa persona
Lidiar con el sentimiento de malestar que genera el amor no correspondido y a la vez saber cómo actuar en presencia de la persona que no nos ama tal y como queríamos puede llegar a ser demasiado complejo para poder afrontarlo al mismo tiempo, al menos durante las primeras etapas de la superación.
Por eso, si se quiere superar el amor no correspondido lo ideal es mantenerse lejos de esta persona (si es necesario, explicándoselo), para así poder centrarnos solo en lo que nos ocurre a nosotros.
Puede que esta idea pueda generar sentimiento de culpabilidad, pero es importante tener en cuenta que la persona que experimenta el amor no correspondido suele estar más dolida que la otra, así que un tiempo para preocuparse por los propios problemas está plenamente justificado.
3. Reestructuración cognitiva
Esta parte de la gestión de la frustración amorosa se realiza típicamente en terapia y con la ayuda de una persona especializada en el área de la psicología y con los certificados adecuados.
La idea es que paciente y terapeuta trabajen juntos descubriendo los esquemas cognitivos por los que se reparten las creencias, interpretaciones de recuerdos y las ideas abstractas que hacen que la experiencia del amor no correspondido resulte tan dolorosa.
Modificando el ordenamiento y la organización de estos esquemas cognitivos, el malestar se reduce, especialmente en lo que se refiere a la mejora de la autoestima y en la gestión de las expectativas. Nos acostumbramos a utilizar, de este modo, unos esquemas cognitivos en los que la otra persona no tiene un papel importante y no forma parte de la estructura de nuestra propia identidad.
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