El fin de una relación amorosa no solo es doloroso emocionalmente; además, hacen que tengamos una sensación de pérdida de control sobre nuestras vidas. Por eso, es normal que quien está pasando por estas experiencias se haga una pregunta que prácticamente todos los que sufren por desamor se hacen: ¿cuánto tiempo se necesita para superar la ruptura de pareja?
En las siguientes líneas veremos lo que se sabe acerca de la duración de este proceso de recuperación psicológica.
¿Cuánto tiempo se necesita para superar la ruptura?
Ningún cambio psicológico se da de la noche a la mañana, ni en la teoría ni en la práctica. El simple hecho de intentar obligarse a uno mismo a dejar de sentirse mal inmediatamente es en el mejor de los casos poco eficaz, y en el peor, dañino.
En el caso de la ruptura de pareja esto es muy claro. La historia de amor que se ha vivido junto a otra persona deja una huella emocional muy potente que no tiene por qué desaparecer justo cuando nos conviene, como si se tratase de un archivo de ordenador. Nuestros cerebros no funcionan obedeciendo a nuestros deseos, porque están ahí desde mucho antes de que empezásemos a pensar acerca de las emociones que sentimos.
Así pues, el tiempo es un elemento clave a la hora de superar una ruptura amorosa; lo queramos o no, necesitamos este ingrediente para sentirnos mejor cuando nos damos cuenta que uno de estos capítulos de nuestras vidas se cierran. ¿Y cuánto dura ese periodo?
Según una investigación llevada a cabo por la University College London y la Binghamton University y cuyos resultados han sido publicados en la revista Evolutionary Behavioural Sciences , en la mayoría de los casos pasan entre seis meses y dos años para que las personas consideren haber superado una ruptura. Sin embargo, hay muchos factores que parecen influir en el tiempo necesario, y el sexo de la persona es uno de ellos.
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Las mujeres se recuperan antes tras el desamor
Por lo que reflejan los datos recopilados a partir de esta investigación, basada en cuestionarios administrados a más de 5.000 personas de 96 países, las mujeres sufren más intensamente que los hombres cuando hace poco que se ha producido la ruptura, pero también se recuperan antes que estos últimos. De hecho, por lo que se ha visto, es relativamente frecuente que los hombres empiecen otra relación de pareja sin haber superado del todo una ruptura anterior.
Una posible explicación a esta diferencia entre mujeres y varones es la siguiente: ellas tienden a invertir más en cada relación, dado que su bienestar queda más comprometido a causa de la posibilidad de ser madres y por la presión cultural asociada al rol de género femenino, mientras que los hombres tienden a asumir que deben adoptar una mentalidad competitiva en el amor. Esto haría que muchas mujeres sufriesen la ruptura de un modo más puntual, mientras que los hombres siempre llevasen a cuestas la presión de tener que llamar la atención de una potencial pareja.
La importancia de la resiliencia
Es cierto que el tiempo es un factor importante a la hora de superar una ruptura de pareja, pero también es verdad que cada persona tiene una manera diferente de afrontar las adversidades. Esta capacidad para encajar los golpes (metafóricamente hablando) que nos da la vida es lo que se conoce como resiliencia.
Aunque parezca extraño, hay quienes carecen casi totalmente de resiliencia. No es que sean personas que no quieran esforzarse para salir de esa clase de baches; justamente, cuando peor nos va es muy fácil que perdamos el control de nuestras actitudes y nuestros hábitos, y como consecuencia hay quien al pasar por un mal momento se siento totalmente incapaz de hacer otra cosa que no sea intentar resignarse, o incluso fantasear con sus propias miserias.
Es muy posible que la resiliencia tenga en parte un componente genético, de manera que diferentes personas tengan distintos grados de facilidad o dificultad para sobreponerse, pero no cabe duda de que el aspecto ambiental y aprendido es básico. Por eso, interiorizar una serie de habilidades puede hacer que el tiempo necesario para superar una ruptura se acorte, mejorando nuestra resiliencia, pero también puede ser que conductas aprendidas voluntaria o involuntariamente alarguen innecesariamente este periodo de sufrimiento.
Por eso, algunas personas necesitarán acudir a terapia psicológica para disponer de una especie de “entreno emocional”; otras, tan solo necesitarán del apoyo de familiares y amigos, etc. Lo importante es tener claro que la resiliencia, ya sea aplicada al desamor o a cualquier otro aspecto de la vida, es algo individual, y que las investigaciones centradas en el tiempo que se necesita para recuperarse psicológicamente tras una ruptura es una tendencia generalizada, un fruto de la estadística y no del funcionamiento del cerebro de uno mismo. En las emociones no existen unas reglas claras que nadie puede sobrepasar; cada uno debe explorar esa jungla siempre misteriosa que es su propia mente.
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