Las vacaciones son una temporada que pone a prueba un montón de relaciones. No, no es que sea una maldición, es que es una etapa en la que muchas expectativas, molestias, incomodidades y rencores salen a la superficie, ya sea por la cantidad de tiempo juntos, por los planes en común, por los encuentros familiares, o incluso por los gastos.
Hay ciertas situaciones que pueden dar la sensación de que la relación se tambalea, y de hecho, muchas parejas terminan su historia en este periodo. Pero, cuando existe suficiente conexión, ganas de entenderse y el deseo real de seguir construyendo juntos, es posible reparar lo que se resquebrajó en esas semanas y reforzar así el vínculo emocional.
Los retos que suelen aparecer en vacaciones
Lo que se espera de las vacaciones es descanso, diversión y conexión. Pero la realidad es que, para muchas parejas, ese tiempo termina siendo un escenario de tensiones. Y no porque la relación no tenga futuro, sino porque se rompe la rutina y aparece un nivel de convivencia al que no estamos acostumbrados.
De pronto uno quiere recorrer y descubrir cosas nuevas mientras la otra persona solo piensa en descansar. O alguien se preocupa por el presupuesto y la organización mientras la otra parte prefiere improvisar. Cuando estas diferencias no se hablan con calma, los choques son inevitables.
Las estadísticas también lo muestran: septiembre y enero suelen registrar más separaciones que otros meses del año. Y es lógico, porque al regresar a la rutina, el cansancio y el famoso “síndrome postvacacional” hacen que cualquier detalle se sienta más pesado. Lo que antes se disimulaba con el trabajo o los horarios, en vacaciones queda al descubierto, y después cuesta volver a la normalidad sin traer esas tensiones a cuestas.
Por eso, en lugar de ver las vacaciones como la prueba definitiva de la relación, conviene tomarlas como una oportunidad para mirar de frente lo que necesita atención.
Cómo revisar la relación después de las vacaciones
El regreso a casa después del verano trae cansancio, emociones revueltas y la rutina que se impone de golpe. Justo ahí es buen momento para revisar cómo está la relación. La finalidad de todo esto no es buscar culpables, sino entender qué funcionó, qué no y qué se puede mejorar.
Cuando se hace con calma, este ejercicio evita que las molestias se acumulen y abre espacio para renovar la forma de estar juntos.
Algunas ideas que ayudan a hacer esta revisión son:
- Hablar de las expectativas previas: qué imaginaba cada uno y qué sucedió realmente.
- Reconocer los momentos de tensión: ubicar cuándo aparecieron más discusiones o incomodidades.
- Valorar lo positivo: no quedarse solo en los problemas, también destacar lo que sí salió bien.
- Pensar en mejoras concretas: por ejemplo, qué acuerdos o cambios ayudarían la próxima vez.
- Escuchar de verdad: dejar que la otra persona exprese cómo se sintió, sin interrumpir ni ponerse a la defensiva.
- Tomar nota de acuerdos prácticos: esto puede ser sobre gastos, actividades o tiempos personales.
- Crear rituales sencillos: pequeños gestos diarios que mantengan la cercanía.
Ten en cuenta que lo que te proponemos no es un examen de la relación, es más bien un chequeo que ayuda a ajustar lo necesario y a mantener la conexión.
Claves para reforzar el vínculo después de las vacaciones
Después de revisar lo vivido, lo más importante es pasar a la acción. Porque los conflictos pueden aparecer, pero lo que realmente cuenta es cómo se manejan. Aquí tienes varias recomendaciones para fortalecer el vínculo al volver de las vacaciones:
1. Recuperar los rituales de todos los días
Compartir un café, una cena sin pantallas o una caminata corta pueden parecer detalles mínimos, pero son los que mantienen el contacto en lo cotidiano. La constancia muchas veces es una gran aliada.
2. Reservar tiempo solo para la pareja
No importa si son 20 minutos o un par de horas. Lo importante es apartar un espacio para estar juntos sin distracciones. Puede ser ver una serie, cocinar o simplemente charlar en la cama antes de dormir.
3. Mantener espacios individuales
Cada persona necesita su tiempo, y respetarlo suma a la relación. Cuando alguien tiene la libertad de disfrutar sus hobbies o de descansar a solas, regresa con más energía y cosas para compartir.
4. Decir lo que uno necesita
Las suposiciones suelen ser el origen de muchos problemas, por eso hablar con claridad de lo que se espera o se necesita ayuda a evitar frustraciones.
5. Buscar planes diferentes
La rutina agota, y la novedad despierta. Puede ser una salida improvisada, una actividad distinta o aprender algo juntos. Lo importante es salir de lo de siempre.
6. Cuidar el tono en las discusiones
Las diferencias no se van a borrar, pero sí se puede elegir cómo discutirlas. Escuchar con calma, bajar la voz y evitar reproches personales hace que los conflictos sean más fáciles de resolver.
7. Reír juntos
El humor tiene un poder enorme. Compartir una broma, ver una comedia o simplemente reírse de algo cotidiano ayuda a aliviar tensiones y mantener la complicidad, especialmente después de un tiempo en el que probablemente se ha sentido un poco de distancia.
8. Apreciar los gestos pequeños
Dar las gracias por detalles diarios, reconocer un esfuerzo o valorar algo simple como preparar una comida son formas de mantener viva la admiración mutua, que es tan importante en las relaciones.
9. Plantear metas en común
Tener proyectos compartidos, grandes o pequeños, une mucho. Desde ahorrar para un plan futuro hasta remodelar una parte de la casa o empezar un hobby juntos hace que la relación se sienta viva y comprometida.
10. Buscar apoyo si hace falta
Si los conflictos se repiten y desgastan demasiado, ir a terapia de pareja puede ser una herramienta valiosa. Y esto no es solo para intentar salvar una relación que ya está mal, sino como un espacio para mejorar la comunicación y replantear dinámicas que solos resultan difíciles de cambiar.
Ver la relación como algo que se construye todo el tiempo
El regreso de las vacaciones puede sentirse pesado, pero también es una oportunidad para observar la relación con otros ojos. Puede que hayan aparecido conflictos, pero estos se pueden superar si se toman como pistas de lo que necesita atención.

Bárbara Zapico Salomón
Bárbara Zapico Salomón
Psicóloga De Pareja, Familia, Niños Y Adultos
El vínculo amoroso se sostiene con afecto, pero también con cuidado diario, con escucha y con flexibilidad. Revisar cómo están, ajustar lo que haga falta y sumar detalles que mantengan la cercanía es lo que mantiene la relación viva más allá de las tensiones del verano.


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