Como se sabe, las personas que están dentro de una relación, especialmente en momentos de crisis, actúan como "perseguidores/as", intentan solucionar el conflicto en el momento. Quieren hablar, insisten y demandan.
En este artículo miramos un poco más de cerca a aquellas otras que, en las mismas situaciones conflictivas, suelen reaccionar evitando: no hablan mucho (o nada), no quieren seguir la discusión y prefieren retirarse, aislarse y "dejar que pase la tormenta". Las reacciones de cada una de ellas disparan las reacciones en la otra, creándose así un ciclo negativo en la forma de relacionarse.
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La importancia de los estilos de apego
Todos somos humanos y tenemos diferentes formas de expresar y de reaccionar ante los problemas de la vida. Así mismo ocurre con nuestra pareja, que es la persona más significativa con la que decidimos compartir nuestra vida. Todas estas formas de reaccionar ante situaciones emocionales se llaman estilos de apego y se modelan desde las primeras experiencias de vida, no solo con nuestros padres, sino posteriormente con nuestros hermanos, otros familiares cercanos, amigos, compañeros de trabajo, etc.
Estos estilos de apego siguen influyendo en cada uno, en cómo entendemos, sentimos y nos comportamos en las relaciones en la edad adulta.
Las personas que suelen retraerse emocional o incluso físicamente para evitar el mal momento de un conflicto con su pareja, son personas que parecen emocionalmente inaccesibles: evitan la cercanía o la intimidad con las personas que más les importan, sobre todo en momentos de tensión. Pueden ser personas de cualquier género, aunque tradicionalmente se solía describir como un comportamiento asociado a un rol masculino: lógico, práctico y racional.
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Las dinámicas de evitación en las relaciones de pareja
Las personas que evitan normalmente adormecen o reprimen las emociones; esto es especialmente importante en los momentos de conflicto, porque pueden considerar que no pueden hacer nada para ‘resolver’ la situación.
Habitualmente evitan las peleas y discusiones porque pueden sentirlas tan abrumadoras que prefieren retirarse físicamente de la habitación o emocionalmente ‘hacia adentro’. Esta es la manera en la que han aprendido a protegerse de lo que les duele; a lo largo de sus experiencias en la vida han desarrollado una forma de hacer frente a situaciones emocionales incómodas, esto es, mantener distancia de lo que puede hacerles daño, ser abrumador o amenazante.
Así, las personas evitadoras con la pareja tienen una lucha interna muy dolorosa entre acercarse y alejarse emocionalmente porque se sienten inadecuadas, tristes, rechazadas. Piensan que no son dignas de amor porque no son suficiente para su pareja y en cualquier momento las van a abandonar.
Este "no sentirse digna" les hace encontrarse aún más inseguras e inadecuadas en sus relaciones, por lo que es más seguro para ellas evitar cualquier situación o conflicto que suponga un riesgo emocional o deje al descubierto su vulnerabilidad.
En su forma de actuar, lo que se ve en el exterior es que normalmente minimizan, buscan una perspectiva positiva; hacen silencios o se encierran en sí mismas sin encontrar palabras que expresen todo ese mundo que tienen dentro.
Hay personas evitadoras que también pueden "explotar", pero con la diferencia de que lo hacen para proteger la necesidad profunda de tener su propio espacio y calmar la situación (mientras que las personas perseguidoras lo hacen habitualmente para poder seguir hablando y solucionar el conflicto en ese momento).
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La importancia de afrontar los problemas de comunicación en la pareja
La gran mayoría de personas protestamos ante la desconexión con nuestra pareja. Esta protesta puede ser más externa (en forma de gritos) o más interna (silencio o irse de la habitación). Por ejemplo, cuando aparece un conflicto en la pareja A-B, la forma de actuar de A activa una interpretación personal y emociones dentro de B que, a su vez, para proteger lo que siente, reacciona.
Esta reacción de B activa igualmente una interpretación personal y emociones en A, que responde nuevamente. Este ciclo negativo que se repite una y otra vez en diferentes situaciones es el responsable de que la relación se deteriore.
Cabe destacar que dentro del mundo de la TFE, no se encuentran culpables. Tanto las personas que se llaman ´evitadoras’ como las llamadas ‘perseguidoras’ lo que quieren es reconectar con la persona que han elegido para vivir sus vidas, pero también necesitan protegerse, cuidar lo que sienten por dentro. Siempre se parte de la base de que cada una lo hace de la mejor manera que sabe.
Alia Pérez
Alia Pérez
Psicóloga y Psicoterapeuta de Pareja e individual.
Las emociones son las mensajeras del amor, las acciones, su escudo, los pensamientos, la espada que interpreta.