El perfeccionismo es algo característico de nuestra sociedad occidental, que pregona la excelencia en todo lo que hacemos. Y esto, aunque parezca algo positivo, no siempre lo es.
La persona perfeccionista puede tener muchos problemas, tanto de autoestima como de socialización, puesto que posee unos estándares muy altos que, por supuesto, no siempre son alcanzables. En psicología, el rasgo perfeccionista está incluido en el eneatipo 1; entre sus características están la baja tolerancia a la “imperfección” y una voz interna que siempre subraya sus equivocaciones.
7 celebridades que tienen fama de perfeccionistas
En el artículo de hoy te presentamos a varios famosos conocidos por su perfeccionismo. En algunos casos, puede que sean rumores extendidos; en otros, incluso ellos mismos lo han reconocido en sus entrevistas. En todo caso, las 7 celebridades que citamos son famosas por su personalidad perfeccionista.
1. Stanley Kubrick (1928-1999)
Entre los grandes personajes de la historia, los artistas tienen fama de ser especialmente perfeccionistas. En el ámbito del cine, encontramos a Stanley Kubrick, director de obras maestras como Spartacus (1960) o la mítica 2001: A Space Odyssey (1968).
Los anales del cine están repletos de anécdotas acerca de su carácter perfeccionista y obsesivo; por ejemplo, su récord (digno de entrar en el Libro Guinness) de repetir una toma nada menos que… ¡148 veces!
En realidad, y de acuerdo con los que le conocieron y trabajaron para él, Kubrick llevaba su perfeccionismo hasta niveles bastante crueles.
La actriz Shelley Duvall (1949-2024), protagonista de la fabulosa The Shining (El resplandor) sufrió un verdadero desgaste mental tras trabajar con el director.
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2. Steve Jobs (1955-2011)
Si hay un famoso que concuerde con las características del eneatipo 1 ese es Steve Jobs, el tristemente desaparecido empresario de la informática y cofundador de la marca Apple. Al menos, eso es lo que cuentan sus colaboradores, que lo retratan como una persona increíblemente exigente y perfeccionista.
Parece ser que, cuando era pequeño, Jobs se encontraba ayudando a su padre adoptivo a levantar una valla en su casa de California cuando este le dijo que tenía que poner el mismo empeño tanto en la parte delantera como en la que no se veía, aunque nadie llegara a ver esa parte de la valla. Se forjó de esta forma una personalidad perfeccionista que el empresario volcaba en cada uno de sus productos.
Pero Jobs no solo era exigente consigo mismo. Sus trabajadores también sufrían su perfeccionismo extremo; en una ocasión, uno de ellos recibió una llamada del empresario (era domingo por la mañana) porque no le cuadraba el color amarillo del icono de Google que aparecía en el iPhone de Apple. Inmediatamente, y sin esperar al lunes, Steve Jobs puso a todos sus trabajadores a cambiar esa “imperfección”.
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3. Clint Eastwood (1930)
Entre los cineastas existen grandes perfeccionistas. Además de Kubrick (un ejemplo muy notable) tenemos a Clint Eastwood, que tiene fama de ejecutar sus películas con una precisión milimétrica y con un gran cuidado por los detalles.
Su carrera despegó relativamente tarde, en la década de 1960, cuando el actor contaba ya con más de treinta años. Con anterioridad, había participado en algunos westerns de bajo presupuesto (aunque algunos, como Harry el Sucio, son iconos de la historia del cine). Sin embargo, Eastwood pronto demostraría al mundo su tenacidad y pulcritud a la hora de realizar sus propias películas, y hoy en día es un cineasta de referencia.
4. Margaret Thatcher (1925-2013)
La figura de la política Margaret Thatcher es sin duda de lo más polémica. Admirada por unos y denostada por otros, la ex primera ministra británica hizo gala durante su mandato de un liderazgo de tipo autocrático, caracterizado por una personalidad fuerte y decidida.
Conocida popularmente como “La Dama de Hierro”, Thatcher manifestó una personalidad de eneatipo 1 al poner el peso de su política en la exigencia y la tenacidad, así como al amor por el trabajo “bien hecho”. Otra de las características de este tipo de personalidad es la escasa inclinación a la flexibilidad, cualidad de la que, en efecto, La Dama de Hierro carecía.
5. Jane Fonda (1937)
Y volvemos al ámbito del cine para hablar de Jane Fonda, la mítica estrella que reconoció que durante toda su vida había creído que “nadie la querría a no ser que fuera perfecta”. Terrible sentencia que, por desgracia, muchas personalidades de tipo perfeccionista llevan muy adentro, en forma de herida no sanada.
Según sus propias memorias, de pequeña sentía que su padre (el también actor Henry Fonda) la despreciaría por no ser “físicamente perfecta”. Esta ansia de perfeccionismo se exacerbó ya de adulta, cuando, ya dentro del competitivo ambiente del cine, se presionaba a sí misma para alcanzar la perfección en todos los sentidos.
Jane Fonda ha declarado haber estado luchando contra “la necesidad de perfección” toda su vida. Hoy en día manifiesta sentirse mucho mejor, puesto que ha abandonado la necesidad de complacer a todo el mundo y ha descubierto el poder de ser uno mismo. Una auténtica lección de vida, sin duda.
6. Freddie Mercury (1946-1991)
En el terreno musical también existen celebridades que son o han sido extremadamente perfeccionistas. Es el caso del archiconocido líder de Queen, Freddie Mercury, famoso por pasarse horas trabajando en su música para conseguir un acabado perfecto. Por otro lado, se mostraba especialmente cuidadoso con los detalles, algo que también es muy característico de las personas perfeccionistas.
Este amor por el detalle es especialmente evidente en uno de sus primeros éxitos, Bohemian Rhapsody, en el que el cantante incorpora todo un abanico de registros musicales, desde la opereta hasta el rock más puro. Por otro lado, sus compañeros de grupo, Brian May, Roger Taylor y Roger Deacon confesaron que, para dar luz al sencillo, se enfrascaron en unas jornadas maratonianas de hasta 12 horas de trabajo. Todo para que Bohemian Rhapsody fuera, simplemente, perfecta.
7. Serena Williams (1981)
En el ámbito deportivo también hay lugar para el perfeccionismo. Y es que, no en vano, se trata de una actividad altamente competitiva. La tenista profesional Serena Williams ya reconoció hace años que era extremadamente perfeccionista y que todo “lo que podía mejorar”, intentaba mejorarlo.
En el documental de 2012 Venus y Serena, Williams admitía que el perfeccionismo puede llegar a ser autodestructivo. En el caso del tenis, un jugador perfeccionista puede ofuscarse tras fallar algunos tiros y “destruirse” a sí mismo. Serena Williams es, como Jane Fonda, otra de las celebridades que han renunciado a su perfeccionismo en pro de una mejor calidad de vida.