El talento: un concepto un tanto desconocido. A lo largo de este artículo intentaremos describir qué es el talento y mostrar varias estrategias, técnicas y hábitos para desarrollarlo.
Casos de talento malgastado
- Juan, es joven y bastante inteligente, pero cuando pretende llevar a cabo ser su propio jefe, acaba arruinado.
- Manuel, tiene dos carreras y múltiples planes en la vida, sin embargo no ha conseguido concretar ninguno.
- Anna, una mujer con un talento extraordinario para las matemáticas, pero no es consciente de ello, si supera con éxito los exámenes ella entiende que eran muy fáciles, y no obtener la máxima cualificación le produce una grave frustración.
- Patricia, es una mujer muy diligente y profesional diseñando muebles y como fotografiando, pero es el blanco de críticas por parte de sus familiares, ello le da la sensación de que todo es en vano y que pierde el tiempo.
- Roberto, invierte mucho tiempo en su actividades, tiene muchos reconocimientos, pero no destaca ya que siente temor a dejar entre ver las habilidades que posee a lo demás. En su fuero interior no siente merecer ningún éxito y saboteándose a sí mismo siente que ha fracasado.
- Jessica, cuando se da a conocer constantemente pone de manifiesto sus aspectos negativos: “lo malo de mí misma es…”. No es capaz de darse cuenta de las cosas buenas que repletan su vida, y siempre proclamando sin fin lo negativo.
Son personas que poseen algún talento, habilidad o destreza, y sin embargo son incapaces de sentirse plenamente realizados.
Talentos personales: ¿cómo mostrarlos al mundo?
Contadas personalidades han existido o existen que se hayan atrevido a dejar ver su talento innato y que hayan dejado su marca en la historia: en la música Joannes Chrysostomus Wolfgangus Theophilus Mozart, conocido como Wolfgang Amadeus Mozart, quien en su trayectoria nos dejó más de 600 obras.
A la inmensa mayoría nos agradaría poseer un talento magistral. A pesar de todo, muy pocas personas han tenido dones como estos en el transcurso de toda la historia del ser humano. Es muy importante tener en cuenta que una persona que ha nacido con dicho talento, muere con él. La prueba es que en diciembre de 1791, incluso el último día de su existencia Mozart falleció, pluma en mano, componiendo lo que sería su última obra de música, un Réquiem (para la misa funeral), la que no llegó a finalizarse.
Pero, ¿todo el mundo tiene talentos?
El lenguaje es polisémico, lo cual quiere decir que la misma palabra palabra alberga múltiples significados. El término talento no es una excepción, puesto que se relaciona con la capacidad intelectual o inteligencia de una persona, a la capacidad para efectuar alguna cosa útil o bella. Igualmente, el talento se define como la habilidad innata o capacidad para destacar en uno o varios ámbitos o actividades temáticas específicas. También es descrita como la capacidad para ejercer cierta ocupación en desempeñar una actividad.
Hay que subrayar que todos tenemos alguna capacidad o habilidad que podemos fortalecer, lo importante es descubrirlas, ser constante y trabajarla con empeño, para obtener provecho.
Algunos talentos son naturales; otros deben adquirirse mediante el aprendizaje. Hay cosas, que simplemente, somos incapaces de hacer. Pero todos somos capaces de mejorar en muchas capacidades a base de entrenamiento e ilusión.
No obstante, el talento en este sentido polisémico del lenguaje tiene acepciones, tales como: una capacidad intelectual, algo innato, una aptitud, hasta una fortaleza. Utilizaré la palabra de manera genérica para hacer referencia a una forma de comportamiento que nos haga mejorar nuestra vida o situación.
Hay múltiples vías para sacar provecho al talento personal. Esta propuesta solo es una opción de tantas para descubrirlo, potenciar y mantener, contiene los siguientes pasos:
Las inteligencias múltiples como referente para conocer nuestros talentos
Vincularlo con algunas de las inteligencias múltiples, saber manejar nuestra inteligencia emocional y orientar nuestros talentos a metas específicas.
La teoría de las inteligencias múltiples que propuso Howard Gardner nos enseña que la inteligencia no es unitaria, sino que cada persona tiene más o menos desarrollados algunos tipos de inteligencia. Así, todos somos potencialmente talentosos en algún aspecto de la vida, todos tenemos algo que aportar al mundo si logramos canalizar nuestro talento a través de una actividad en la que destaquemos especialmente.
¿Cómo nos relacionamos con nuestro entorno?
Tomamos contacto con el mundo mediante los cinco sentidos, damos “sentido” a la información y actuamos según ello. Después, hay procesos claramente identificados, uno es la utilización de los órganos encargados de los sentidos y otro como los sentidos perciben y determinan que quiere decir la realidad.
Usamos los sentidos externamente para percibir el mundo, interiormente para representar la experiencia a nosotros mismos.
Percepción, neuronas… el talento desde la lupa de la neurociencia
Las neuronas que constituyen la tormenta química del cerebro están interconectadas e intercambian información entre ellas, el ambiente nos influye para aprender y el pensamiento nos influye en la manera como se conectan las neuronas. En esta asombrosa influencia que actualmente conocemos gracias a la neurociencia, precisamos usar nuestro conectoma para adquirir nuevas habilidades o para desarrollar aún más aquellas de las cuales ya disponemos.
Actualmente está comprobado que los pensamientos positivos o negativos no solo cambian la realidad que percibimos de manera interna o externamente sino también parte del entrelazado de cables dentro de nuestro cerebro. Conectoma es como lo describe el neurocientífico Sebastian Seung, esto es, la forma como se comunican e influyen en el cerebro, las 100 mil millones de neuronas que lo constituyen y pueden conseguir la apabullante cantidad de mil millones de conexiones diferentes. Entonces nuestras experiencias pueden cambiar el conectoma. La incontable cantidad de conexiones nos hace personas materialmente únicas. Por eso Seung afirma: “tú eres tu conectoma”.
Si albergamos comportamientos muy arraigados, incluso negativos que creemos que no podemos cambiar, es cierto, porque repetimos el mismo conectoma con nuestro pensamiento, con las conductas positivas positivas hacemos lo mismo pero dirigimos nuestro aprendizaje a alcanzar más opciones, soluciones y metas.
¿Todos somos inteligentes?
La historia de la inteligencia se remonta a comienzos del pasado siglo, en el que como psicólogos nos orientábamos a tomar medida de toda conducta, Se derivó de esos estudios el cociente intelectual (CI) y los test de inteligencia que lo medían comprendían distintas áreas para averiguar cuál era nuestra inteligencia mediante un seguido de puntuales estadísticos. Dividían las personas en inteligentes promedio o por arriba o por debajo de la media. A menudo eso daba ocasión a que alguien evaluado así adquiría una etiqueta que podía acarrear toda su vida, lo cual es falso pues todos podemos desarrollar habilidades o capacidades al margen del contexto de esta evaluación.
No tenemos únicamente una sola computadora en la cabeza como demuestra el conectoma humano, esto es, no hay un tipo único de inteligencia sino varias, unas bien identificadas en apariencia y otras por desarrollar. Howard Gardner, expone que la inteligencia es la capacidad de poner orden en los pensamientos y coordinarlos con las accione****s. Hay tipos diferentes de inteligencias que marcan las potencialidades con acentos característicos de cada individuo, en fortalezas y debilidades.
Cada persona tiene distintas inteligencias (visual-espacial, verbal o lingüística, lógico-matemática, kinestésica-corporal, musical, interpersonal, intrapersonal, interpersonal, naturalista) y habilidades cognoscitivas. Estas inteligencias trabajan juntas, pero como entidades semiautónomas. Cada persona desarrolla unas más que las demás. La cultura y segmentos de la sociedad ponen diferentes énfasis en ellas.
Posiblemente tenemos más de una habilidad o capacidad, el reto es conocernos más, puesto que hay personas que son excelentes artistas sin embargo requieren de alguien que les ayude a vender sus talentos, es decir no tienen desarrollada la inteligencia interpersonal. Es más, cuando pretendemos aprovechar nuestros talentos incurrimos en contradicciones para que no salgan, se llama modularidad cerebral.
Otra parte nos influye es como manejamos nuestras emociones o Inteligencia Emocional (IE).
¿Basta con conocer nuestra inteligencia oculta o también necesitamos la inteligencia emocional?
Tener talentos y habilidades no basta para lograr el éxito, y si lo alcanzamos, emocionalmente el coste es altísimo. Hoy en día, de igual forma que ejercitamos los músculos, podemos hacer lo mismo con las emociones. Estar airado y actuar sin pensar puede llevar a la persona más preparada o al intelectual más capaz a convertirse en una bestia, en una dinámica que se llama secuestro emocional.
Las emociones negativas bloquean el aprendizaje y te impiden desarrollar los talentos. Si persisten más de lo aconsejable incluso disminuyen tu estado de salud, este principio está comprobado por la neuroendocrinoinmunología.
La inteligencia puede no tener la más mínima importancia cuando eres dominado por las emociones. Realmente tenemos dos mentes, una que piensa y otra que siente. El objetivo de la inteligencia emocional es el equilibrio, no la supresión.
Si las emociones son demasiado apagadas crean apatía y distancia; cuando están descontroladas, son extremas y persistentes, se vuelven patológicas. Los mecanismos para equilibrar las emociones; controlar la impulsividad, el entusiasmo, la empatia, la perseverancia a pesar de la frustración, diferir las gratificaciones y la capacidad de auto-motivación, puesto que no siempre alguien está detrás de nosotros.
Lo más importante es hacernos conscientes y la práctica; el entreno diario de nuestras habilidades. No es fácil, pero nuestro conectoma puede rehacerse y ese cambio de rutas neuronales una vez que se constituye se hace hábito de vida. Hay quienes no lo conseguirán y solo únicamente se aquejarán, se han quedado atascados en el conflicto (Marco de reprobación). A estas personas les vendría bien el dicho que dice: “genio y figura hasta la sepultura”, a manera de sarcasmo, está claro.
Renunciar a lo que somos nos deja sin identidad, no desarrollar las habilidades o talentos, nos deja sin la posibilidad de sentirnos auto-realizados, no los descubriremos si no somos audaces. Dada esta perspectiva no llegaremos a ningún sitio si no nos fijamos metas en la vida.
¿Qué nos hace falta para conseguir nuestras metas?
Para ayudaros a promover buenos hábitos y actitudes para desarrollar vuestros talentos, hemos plasmado más de 30 pequeños consejos para este fin a lo largo de los siguientes párrafos. Esperemos que os sirva.
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Compromiso: sin comprometerse no hay destino ni realización. Intentarlo no sirve, requiere planificación y flexibilidad, y dar más de lo que se te exige.
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Dividir las metas en metas pequeñas: no se llega a la cima de una vez, hay que ir escalando poco a poco.
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Haz de las desventajas, ventajas: “si eres tímido busca un trabajo en donde que requiera hablar”.
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Responder a la desilusión: lo importante no es lo que te sucede, sino de que manera reaccionas ante ello.
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Consigue todo el apoyo que puedas, no se llega solo a la la meta.
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Rodearte de personas que tengan ideas semejantes.
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Pregúntate e imagina cómo te gustaría verte al desarrollar tus talentos. Proyectar es empezar a recorrer el camino.
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Tus pensamientos son los que determinan tu vida.
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Ten objetivos: a corto, mediano y largo plazo.
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Eres el arquitecto de tu porvenir, construye aquello que anhelas.
En conclusión...
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El auto-conocimiento es la base para descubrir y desarrollar tus talentos. La estrategia propuesta es simple pero requiere esfuerzo.
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Determina tu sistema representativo: visual, olfativo auditivo, sensorial o sentimental. O una combinación de alguno y de otro.
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Tu profesión puede estar relacionada con alguna de las inteligencias múltiples (visual – espacial, verbal o lingüística, lógico-matemática, kinestésica-corporal, musical, interpersonal, intrapersonal. Lo mejor es aprovechar tu sistema representativo para acelerar el aprendizaje de nuevas capacidades. O aprovecha para conocer más los temas que te apasionan relacionándolos con tus inteligencias múltiples y tu sistema representativo.
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Aprende a manejar tus emociones, ningún talento te servirá si padeces un secuestro emocional, te domina la apatía y la pereza.
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Frente cualquier dificultad, para desarrollar tus talentos, pon como meta pensar menos tres soluciones de cómo alcanzarlo, poner tu talento a prueba.
Desarrollar tus talentos no es cosa de un día, necesitas ser constante con tal de lograr las metas que te has propuesto. Si quieres llegar donde única has estado haz lo que nunca has hecho. Importa mucho reunirse con personas con quien compartas intereses. ¡Socialízate y haz acopio de todo el apoyo que puedas!
Algunos consejos más para potenciar nuestros talentos
“Sólo hay una pequeña parte del universo de la que sabrás con certeza que puede ser mejorada, y esa parte eres tú”.
—Aldous Huxley
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No podemos elegir las circunstancias que nos han tocado, pero podemos escoger la manera como reaccionamos ante estas y ajustar las emociones que sentimos para amortiguar su impacto negativo.
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No puedes cambiar un problema en el mismo ambiente en el que se ha generado. A veces hay que dar un cambio de 180 grados para cambiar.
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Las conductas sino son conscientes no pueden cambiarse.
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Si no somos capaces de enfrentarnos a nuestras emociones no podremos desarrollar nuestros talentos.
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Si controlamos nuestras emociones, esto nos hace más eficiente nuestras inteligencias múltiples y nos ayuda a desarrollar al máximo nuestro talento.
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El astronauta José Hernández dice: “ser perseverante no basta, se necesita ser efectivo”. La perseverancia es efectiva cuando va acompasada de auto-conocimiento, enfoque, y actitud positiva”, dice Marianne Blancas, consultora de recursos humanos y coach ejecutiva.
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Aprende a ser optimista: “el optimista ve el lado positivo y el negativo, pero decide quedarse con el positivo”.