Tradicionalmente se ha asociado la psicopatía con personas frías, emocionalmente distantes, manipuladoras y calculadoras. La falta de empatía que se atribuye a la psicopatía en ocasiones va acompañada de violencia.
Este tipo de personalidad es uno de los que más interés ha suscitado a lo largo del tiempo y se han realizado muchos estudios diversos con el fin de poder comprender mejor cuáles son los mecanismos que hay detrás.
Un nuevo estudio abre una puerta sorprendente y realmente interesante: ¿es posible que algunas de estas personas entiendan mejor que la mayoría lo que los demás piensan y sienten? A lo largo de este artículo hablamos sobre psicopatía, mentalización y te explicamos cómo se hizo el estudio y los resultados obtenidos.
¿Qué entendemos realmente por psicopatía?
Aunque muchas personas hablan de la psicopatía como un trastorno mental, es importante matizar que en los manuales de diagnóstico más utilizados por los profesionales clínicos no se encuentra como tal. Este concepto se engloba dentro del trastorno de personalidad antisocial.
Podríamos definir la psicopatía como un constructo psicológico que combina rasgos de impulsividad, insensibilidad y frialdad emocional con ausencia de culpa y tendencias antisociales.
Las diferentes dimensiones que caracterizan la psicopatía no se expresan de la misma forma ni con la misma intensidad en todas las personas. Por ejemplo, algunos individuos que puntúan alto en aspectos como la falta de empatía, la crueldad o la insensibilidad pueden desenvolverse socialmente con grandes habilidades.
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La importancia de la teoría de la mente
La teoría de la mente –también conocida como ToM– es la capacidad de atribuir estados mentales tanto a los demás como a uno mismo. Este proceso se conoce como mentalización. El hecho de poder inferir los deseos, creencias y/o emociones propios y ajenos es fundamental para aspectos como la empatía, la comunicación y los comportamientos relacionados con la moral social.
Es importante comprender que no todas las personas tienen la misma capacidad para mentalizar ni todo el mundo lo hace de la misma forma. Se ha observado que algunas personas tienden a “sobrementalizar”, es decir, suelen atribuir emociones o intenciones cuando, en realidad, no las hay.
Por otro lado, también hay casos en los que las personas tienden a “submentalizar”. En este caso, fallan al detectar las emociones de las otras personas o sus intenciones reales. Tanto el “exceso” como el “defecto” pueden llevar a las personas a malinterpretar situaciones sociales.
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Un nuevo estudio sobre psicopatía y emociones
Muchos estudios científicos han sugerido que las personas con rasgos de psicopatía más pronunciados tienen más dificultades para identificar las emociones e intenciones de otras personas. Sin embargo, también existe evidencia científica que señala lo opuesto.
Se considera que esta contradicción en los resultados podría estar relacionada con el hecho de que en muchas de esas investigaciones antiguas no se hacía distinción entre los diferentes errores que se cometen a la hora de mentalizar. Es decir, no se diferencia entre submentalización y sobrementalización.
Como consecuencia, es más difícil explicar la forma en que la psicopatía interfiere en la comprensión social. Con el objetivo de aportar luz a estas incógnitas, un equipo de investigadores reclutó a 92 participantes. Todos ellos eran adultos jóvenes, de entre 18 y 37 años, sin antecedentes psiquiátricos o neurológicos.
Todos ellos completaron diversos cuestionarios en los que se evaluaban diferentes rasgos de personalidad que se asocian a la psicopatía. En este autoinforme se medían aspectos como la osadía (dominación social y valentía), la mezquindad (crueldad y falta de empatía) y la desinhibición (impulsividad y falta de control emocional).
Además, participaron en la tarea, traducida como “Película para la evaluación de la cognición social", en la que veían un cortometraje con interacciones sociales cotidianas. En determinados momentos del corto debían responder a preguntas relacionadas con los estados emocionales y/o los pensamientos de los personajes. Esta prueba se utilizó para medir la capacidad de los participantes para inferir las emociones y los estados mentales de los demás y analizar qué tipo de errores (exceso o defecto) tienden a cometer.
Por último, los investigadores también evaluaron la inteligencia estimada de los participantes, así como rasgos relacionados con el autismo puesto que se sabe que estos aspectos, igual que el género, influyen en el desempeño de las personas en las tareas de cognición social.
Los resultados principales
Los resultados mostraron que las personas que tenían puntuaciones más elevadas en mezquindad (meanness) cometieron menos errores en general, pero específicamente menos errores relacionados con la mala interpretación de pensamientos e intenciones.
De igual forma, se observó que estas personas también cometían menos errores de sobrementalización (atribuir intenciones donde no las hay). Esto sugiere que fueron menos propensos a malinterpretar las motivaciones e intenciones de las otras personas.
Un dato curioso es que esto no se observó con los otros dos rasgos evaluados (osadía —boldness— y desinhibición). Estos resultados se mantuvieron a pesar de controlar variables que pudieran influir como la inteligencia, el género y otros rasgos relacionados con el autismo.
Si bien es cierto que los hombres de la muestra presentaban una mayor tendencia a cometer más errores cognitivos que las mujeres, estas diferencias de género no explican la relación entre la mezquindad —meannnes— y el rendimiento en la tarea para la evaluación de la cognición social.
Por último, es interesante destacar que no se observó lo que sugerían estudios anteriores. Es decir, este estudio no encontró evidencia de que las personas con puntuaciones más altas en los rasgos asociados a la psicopatía tengan una mayor tendencia a submentalizar. Por el contrario, parecieron ser más precisas al interpretar los estados mentales y emocionales ajenos.
Sin embargo, los propios autores señalan que la muestra del estudio fue pequeña y los rasgos psicopáticos medidos en autoinformes. Por tanto, los resultados deben interpretarse siempre con cautela.

Centro De Bienestar Emocional Esencia
Centro De Bienestar Emocional Esencia
Equipo de psicologos/as altamente capacitados con postgrado internacional
¿Qué implicaciones tienen estos hallazgos?
Las aportaciones de estos investigadores nos recuerdan que la empatía no es una habilidad que se tiene o no se tiene, sino que se trata de un conglomerado que engloba diferentes habilidades y procesos.
Tal y como hemos visto en los resultados, las personas con rasgos psicopáticos pueden entender las emociones y los pensamientos ajenos de una forma muy ajustada a nivel mental, pero desconectada a nivel emocional.
A nivel social, estos hallazgos desafían la idea tan extendida de que las personas con este tipo de rasgos de personalidad tienen dificultades en la comprensión de las emociones ajenas. A su vez, esto tiene un impacto en áreas como la psicología forense, por ejemplo.


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