Criar sin prisa: respetando el tiempo de desarrollo de nuestros hijos

La prisa en la crianza moderna impacta enormemente en cómo maduran los pequeños.

Criar sin prisa

El día a día en nuestra sociedad nos arrolla a la mayoría. Es común escuchar y decir que las 24 horas del día no son suficientes para todo lo que tenemos que hacer y que sería genial poder alargar los días unas horas más. Las prisas y las obligaciones se apoderan de lo cotidiano y sentimos que nos sobrepasan. Lamentablemente, esto también afecta al desarrollo de nuestros hijos.

A lo largo de este artículo veremos cómo afecta la prisa en la crianza en el desarrollo de los niños y las niñas. Hablaremos sobre la importancia de tener tiempo para jugar y dar espacio a la curiosidad, así como de lo necesario que es el descanso para la maduración de nuestros hijos. Por último, recordamos la importancia que tiene la naturaleza en el desarrollo integral de las criaturas.

La prisa en la crianza moderna y sus efectos en el cerebro infantil

Desde el momento en que una mujer se queda embarazada empieza a recibir información sobre formas en las que puede estimular a su bebé para que empiece a aprender incluso antes de nacer. Las propuestas son infinitas: desde ponerle música hasta hacer cursos de idiomas y un sinfín de opciones más.

Lo mismo sucede en cuanto nacen. Se nos propone que les estimulemos con todo tipo de tarjetas visuales, sonidos, posturas… Todas estas propuestas nacen con la mejor de las intenciones: potenciar el adecuado desarrollo de nuestro bebé. Sin embargo, en muchas ocasiones parece que en realidad lo que queremos es acelerarlo.

Es maravilloso que intentemos fomentar el aprendizaje y acompañarlo. Sin embargo, no podemos olvidar que el desarrollo cerebral es en sí mismo un proceso que se da por etapas. Precisamente por eso es tan importante que lo respetemos y garanticemos los tiempos necesarios para que pueda darse de forma óptima y adecuada.

La sobreestimulación junto con la presión por tener que alcanzar determinados hitos en momentos concretos puede generar un elevado estrés y malestar tanto a los padres como a las criaturas. Sin duda, si esto sucede, su desarrollo cognitivo y emocional puede verse afectado.

Para los niños y las niñas es elemental criarse en un ambiente tranquilo en el cual se respeten sus ritmos naturales de crecimiento. Cada criatura tiene su ritmo y no todas alcanzan los hitos establecidos en el mismo momento y no hay nada de malo en ello. Por supuesto, si en cualquier momento hay dudas o sospechas de que algo no va bien es importante consultar a profesionales.

La importancia del juego y la curiosidad en el desarrollo infantil

Es esencial que, como cuidadores, nos aseguremos de garantizar que las criaturas tengan oportunidades suficientes para explorar su entorno. Si queremos fomentar que su desarrollo sea integral, saludable y óptimo podemos potenciar la curiosidad puesto que les sirve como motor para conocer el mundo.

En este sentido, muchos autores defienden en la actualidad la imperiosa necesidad de jugar que tienen los niños. Mediante el juego, las criaturas exploran y aprenden, por un lado, sobre todo lo que les rodea y, por otro lado, sobre su propio mundo interno. Además, fortalece el vínculo cuando los adultos juegan sin imponer sus criterios.

Las investigaciones han demostrado que el juego es una actividad necesaria para el óptimo desarrollo cerebral, emocional y motor de los niños. No es una simple actividad lúdica sino que es un pilar fundamental que permite asentar las bases para que las criaturas maduren. Por ello, debemos procurar que el juego no se vea desplazado constantemente por la tecnología y las actividades estructuradas.

El juego libre, no estructurado ni dirigido, permite que las criaturas expresen sus emociones, desarrollen la creatividad, resuelvan sus conflictos, aprendan a tomar decisiones y desarrollen su capacidad de resiliencia. Se considera que cuanta menos presión reciben a la hora de jugar, más se permite y respeta el ritmo de su propia evolución.

Descanso y respeto como claves para la maduración y el desarrollo de nuestros hijos

Como adultos somos cada vez más conscientes de que, para el bien de nuestra salud física y mental, debemos dormir unas 8 horas diarias. Además, no basta únicamente con garantizar las horas sino que debemos procurar que nuestro sueño sea de la mejor calidad posible. Con los infantes sucede lo mismo.

Es necesario que, como padres y/o cuidadores, nos informemos sobre las peculiaridades del sueño infantil. No es necesario que apliquemos entrenamientos ni métodos concretos puesto que los niños saben dormir desde que están en el vientre materno. El sueño infantil es evolutivo y va cambiando a medida que ellos van evolucionando.

El descanso adecuado es crucial para el desarrollo óptimo tanto a nivel cerebral como físico. Por si esto fuera poco, también está relacionado con la regulación emocional y el aprendizaje. La información del día se procesa mientras dormimos.

Por desgracia, en nuestra sociedad es relativamente habitual que el descanso infantil esté comprometido debido a la sobreestimulación, las rutinas hiperexigentes y aceleradas y la falta de conocimiento y respeto por los ritmos naturales del sueño y las necesidades de cada niño.

Es igual de importante conocer los ritmos biológicos de cada niño cómo promover los espacios de descanso (que no necesariamente implican dormir) o “momentos de pausa” durante el día. Las rutinas deben ser predecibles y que se adapten a las necesidades de cada niño. Reducir la estimulación y propiciar un ambiente tranquilo también ayudan a un mejor descanso.

La conexión con la naturaleza es clave para un desarrollo integral

Para muchas familias es cada vez más complejo encontrar o crear espacios en familia que sean alejados de la tecnología y las actividades estructuradas. Precisamente porque los niños pasan mucho tiempo siguiendo horarios estrictos y cumpliendo con obligaciones que dejan poco lugar a la creatividad es cada vez más necesario potenciar el contacto con la naturaleza.

Diversos estudios han demostrado que pasar tiempo en la naturaleza es esencial para el desarrollo infantil porque favorece su bienestar emocional, mental y físico. Además, estimula sus sentidos, fomenta su creatividad y les permite explorar. Otros beneficios observados son la reducción del estrés y la ansiedad, el fomento de la autonomía y una mayor capacidad de concentración así como de aprendizaje.

  • Bilbao, Á. (2015). El cerebro del niño explicado a los padres. Plataforma Editorial.
  • L'Ecuyer, C. (2013). Educar en el asombro. Plataforma Editorial.
  • MacNamara, D. (2019). Jugar, descansar, madurar: Lo que todo niño pequeño quisiera que supiéramos acerca de él. Hara Press.

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Nerea Moreno. (2025, abril 1). Criar sin prisa: respetando el tiempo de desarrollo de nuestros hijos. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/psicologia/criar-sin-prisa-respetando-tiempo-desarrollo-nuestros-hijos

Psicóloga

Nerea Moreno es graduada en psicología, con mención en psicología clínica, por la Universidad de Barcelona. Cursó el Máster en Psicología General Sanitaria con la Universidad Autónoma de Barcelona. Posteriormente, se formó como experta en psicología de las emergencias y catástrofes. Tanto esta formación como la experiencia laboral en el campo, supusieron para Nerea el descubrimiento de un nuevo mundo: el trauma. Desde entonces, trabaja desde un enfoque integrador y no ha parado de formarse en trauma, sistema nervioso, apego, duelo y emociones.

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