El término “estímulo” se suele utilizar dentro del campo de la psicología para designar a cualquier acontecimiento del mundo físico que tenga la potencial capacidad de excitar alguno de los aparatos receptores del organismo, de manera que estaría dicho estímulo en el origen de una respuesta concreta.
En este artículo veremos en qué consiste el estímulo neutro y cuál es su papel dentro de la psicología conductual, viendo además cómo se puede convertir un estímulo neutro en uno condicionado.
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¿Qué es un estímulo neutro?
El uso que hace la psicología de la palabra estímulo está estrechamente relacionado con el de la fisiología, y más concretamente con el experimento realizado por el fisiólogo ruso Iván Pávlov para poder demostrar la existencia de los reflejos condicionados, de forma que un estímulo clásicamente sirve para designar a todos aquellos acontecimientos que son capaces de desencadenar un reflejo, y es que con un estímulo neutro o natural se puede llegar a provocar una determinada respuesta o reacción involuntaria. La teoría desarrollada por Pávlov es conocida como condicionamiento clásico o pavloviano.
Por otro lado, el estímulo neutro es aquel que no tiene la capacidad o propiedad por sí mismo de provocar una reacción incondicional definida, ni tampoco propia como para volverse un estímulo condicionado a través de la asociación condicionada. En otras palabras, un estímulo neutro es un tipo de estímulo que de manera inicial no produce una respuesta concreta en el organismo, más allá de centrar la atención.
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¿De qué forma se convierte un estímulo neutro en un estímulo condicionado?
Como dijimos, un estímulo neutral inicialmente no produce una respuesta concreta que no sea centrar la atención; sin embargo, en el condicionamiento clásico o pavloviano, cuando un estímulo neutro se utiliza junto a un estímulo no condicionado, ese estímulo neutro se convierte en un estímulo condicionado.
Cuando se producen repetidas presentaciones tanto del estímulo neutro como del estímulo no condicionado, ese estímulo neutro también será capaz de generar una respuesta, siendo esta comúnmente conocida como una respuesta condicionada.
Esta teoría del condicionamiento clásico fue desarrollada a raíz de los múltiples experimentos que realizó Pávlov cuando investigaba acerca de la digestión en perros con los que utilizaba el estímulo neutro, el condicionado y el no condicionado también. En dichos experimentos, el estímulo neutro era el sonido de una campana al ser agitada, siendo presentado este sonido a los perros a la vez que su comida que estaba como un estímulo incondicionado.
Lo que descubrió Pávlov con estos experimentos, que llegaron a convertirse en una de las bases de las ciencias del comportamiento, es que tras dar alimentos al perro, éste comenzaba a segregar saliva a través de unas glándulas determinadas, llegando a ser denominado este fenómeno por el investigador como un “reflejo de salivación”.
Tras repetidos ensayos, Pávlov pudo observar que estando él presente junto al perro, causaba que el perro comience a salivar sin que hubiera comida presente, y esto se debía a que había aprendido que iba a recibir comida cuando Pávlov apareciera frente a él.
En una tercera etapa de investigaciones, Pávlov comenzó a utilizar un estímulo neutro en diversas ocasiones y variando la fuente de estímulo (visual o auditivo), aunque en todos los casos era neutro, justo en el momento antes de servir la comida al perro. Como resultado, pudo detectar que, tras varios ensayos, el perro asocia el estímulo neutro con la comida, lo que convertía entonces al estímulo neutro en estímulo condicionado. Entonces Pávlov denominó a la salivación que se producía frente al estímulo previamente neutro (que se había convertido en condicionado), como “reflejo condicionado”.
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Ejemplos que explican el funcionamiento del estímulo neutro
Con el fin de poder explicar con mayor detalle en qué consiste el estímulo neutro, consideramos conveniente exponer algunos ejemplos que podemos encontrarnos en la vida cotidiana, y también algún experimento de laboratorio realizado al respecto, donde este tipo de estímulo juega un papel importante.
1. Caso del pequeño Albert
Un experimento que causó bastante controversia fue el que llevaron a cabo John Watson y Rosalie Rayner con un bebé de 11 meses (Albert) cuando pretendían investigar acerca de si se podría condicionar la presencia de un animal cuando se asociaba con un ruido fuerte que podría provocar una respuesta de miedo.
En dicho experimento pudieron observar que al asociar el ruido del golpe de un martillo sobre una tabla de metal (estímulo incondicionado) junto con la presencia de una rata blanca (que previamente era un estímulo neutro y tras la asociación el sonido aversivo se convirtió en un estímulo condicionado), llegó a provocar en el bebé una respuesta de miedo (respuesta condicionada) en ocasiones posteriores ante la única presencia del ratón, por lo que pudieron observar que el miedo podía llegar a ser aprendido mediante el condicionamiento clásico. Este tipo de mecanismo es uno de los más habituales en la adquisición de diferentes fobias en el ser humano.
Cabe destacar que este experimento fue llevado a cabo hace más de 100 años, ya que en nuestros días, como es lógico, sería ilegal y también sobrepasaría los límites de la ética científica.
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2. Ataques de ansiedad
Según algunas teorías de la psicología conductual, los síntomas de ansiedad presentes en las fobias, las obsesiones o los ataques de pánico, entre otros, son un claro ejemplo de reacciones anormales a nivel comportamental, ya que son consideradas desde esta perspectiva como respuestas aprendidas en las primeras fases de la infancia y la adolescencia de las personas mediante procesos de condicionamiento pavloviano o clásico.
En estos casos podemos ver alguno de los ejemplos de estímulo neutro dentro del campo de la psicología, y es que la reacción que llega a aparecer de manera combinada con un estímulo neutro (p. ej., sufrir un ataque de ansiedad en un transporte público), pueda haber dado lugar a un fenómeno de condicionamiento en el que esa clase de reacción tenderá a repetirse frente a una serie de estímulos similares a ese estímulo neutro, por lo que en futuras ocasiones, el sujeto procurará evitar dicho estímulo neutro por un mecanismo de condicionamiento que le resulte útil.
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3. Publicidad
En el campo del marketing o el neuromarketing y la publicidad, los expertos saben que el condicionamiento clásico puede ser una fuerte herramienta a la hora de intentar influir con sus anuncios publicitarios en las emociones de los potenciales consumidores. Esto puede llevarse a cabo, por ejemplo, creando una asociación entre un producto que quieren vender (estímulo neutro) y un acontecimiento que pueda evocar en los potenciales consumidores una serie de emociones agradables.
En este sentido, la teoría del condicionamiento pavloviano o clásico ha llegado a tener unos efectos notables en el ámbito de la publicidad (p. ej., unos deportistas famosos anunciando un producto, que sería un estímulo neutro previamente a ser anunciado, y representando una escena donde demuestran sus virtudes atléticas representan un estímulo condicionado; mientras que las emociones positivas o la actitud positiva hacia el mensaje que se pretende transmitir en dicho anuncio serían la respuesta incondicionada).
En estos casos lo fundamental sería hacer una fusión de la marca que se pretende publicitar con el uso de dicha marca (que sería un estímulo neutro previamente y después condicionado), con el contenido del anuncio publicitario (estímulo incondicionado) con el fin de que la respuesta incondicionada llegue a convertirse en una respuesta condicionada positiva hacia dicha marca.
Si el anuncio cumple con su cometido, los publicistas de la marca lograrán que la marca y su uso se fusionen de manera que lleguen a evocar las mismas emociones positivas que se pretendía al idear el anuncio y también sugerirá la misma actitud.
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4. Miedo a las inyecciones
El miedo a las inyecciones es un tipo de fobia específica bastante común entre la población, habiéndose visto un incremento del número de casos a nivel epidemiológico de esta fobia a raíz de la vacunación masiva frente al COVID-19.
En este tipo de casos se ha encontrado una confirmación en muchos casos de la teoría del condicionamiento clásico, ya que un estímulo neutro (p. ej., la bata blanca del personal sanitario) se asoció a otro que había provocado una reacción específica.
Entonces, si el personal sanitario, que es el que suele llevar una bata blanca, es el que se encarga de poner una inyección que ha generado “dolor” o una serie de efectos secundarios momentáneos en algunos casos (p. ej., una leve fiebre al día siguiente), después la visión de una bata blanca podría llegar a evocar en el paciente estímulos adversos incluso aunque no vaya a recibir otra inyección.