Cuando migramos podemos llegar a enfrentarnos a distintos desafíos, dependiendo de las características de la personalidad, del sistema de creencias, de las habilidades de afrontamiento, la formación profesional y gestión emocional, todas estas pueden hacer que una situación de migración se perciba con diferentes sensaciones frente a los mismos hechos.
- Te recomendamos leer: "La migración de retorno y el choque cultural inverso"
¿Qué ocurre cuando migramos?
Uno de los primeros desafíos que afrontamos y es igual para todos, es el estrés y la ansiedad, debido a la incertidumbre ante lo desconocido. Los desafíos más comunes son: adaptación a la cultura a la que vamos, el idioma y la búsqueda de casa, ya que pueden pasar muchos meses e incluso años como lo es en la mayoría de los casos encontrar sentirse en un hogar.
Pueden aparecer distintos miedos que antes no se tenían, miedo a la enfermedad, miedo social, agravamiento de trastornos preexistentes. Se sufre el duelo migratorio con sus respectivas fases, la primera es la pérdida del hogar, ese lugar que sentíamos como seguro y que refleja quienes somos.
La pérdida de la identidad, ya que nuestra persona se forma de acuerdo al entorno y nuestra cultura, determinando muchos de nuestros gustos y formas de comportarnos. El alejamiento de la familia, aunque no sea una estructura de familia con las mejores bases, se resiente mucho la pérdida de esa red de confianza que nos sostiene y que sabemos que nos apoya y recoge cuando sentimos que caemos.
El círculo social, nuestros amigos de toda la vida, cómplices y confidentes, con quienes sentimos que podemos ser nosotros mismos y compartir nuestras alegrías y nuestras penas. La pérdida de comodidades, aunque son muchos los motivos que nos mueven, muy probablemente en el lugar del que huímos teníamos muchas comodidades, casa, coche, negocio propio. Una contradicción inexplicable, porque teníamos mucho pero imperdurable en el tiempo.
Pérdida de nuestro valor profesional, si se tienen logros académicos, podemos sufrir la pérdida total de nuestro logro, ya que son profesiones que se diferencian en gran manera entre países como los títulos en leyes o arquitectura, donde debemos hacer estudios extras para poder obtener nuevamente nuestra posición académica. O en otros casos, pasar largo tiempo esperando en procesos de obtención de homologaciones para poder ejercer. En otros casos hay una transformación total del perfil profesional.
Para muchos suele ser una experiencia traumática, ya que probablemente el proceso migratorio no fue algo planeado con ilusión, como una decisión propia porque se quería experimentar otras tierras y culturas. Sino que fue una decisión arbitraria que les llevó a una acción migratoria por encontrarse en una situación incontrolable e irremediable, como falta de recursos económicos, guerra, dictadura, violencia, persecución política o grados de corrupción en el país de origen que no les permitían tener estabilidad en el futuro.
Un común denominador para los migrantes que se mueven incluso dentro del propio país es la soledad, el sentirse triste estando solo es mucho más doloroso que sentirse triste y verse acompañado, la resolución del problema financiero y de vivienda, la obtención de papeles regulatorios en el país de acogida. En muchos de los casos encontraremos discriminación, debido a los prejuicios que también depende de la ¨fama¨ que se haya creado entorno a nuestra nacionalidad. Sobre todo a la hora de poder alquilar una vivienda.
Son cuestiones que nos desafían y a su vez duelen, una combinación de muchas incomodidades importantes que no nos permite concentrarnos, y en función de nuestra personalidad, tendremos o no ganas de hacer cosas, nos sentiremos motivados o no. Lo que sí que es cierto es que aunque logremos desatar dentro de nosotros una idea de que este movimiento migratorio es una nueva oportunidad y una salida a los otros antiguos problemas, no quiere decir que no vayamos a sentir ese dolor.
Las barreras que nos podemos encontrar como migrantes podrían ser las del acceso a la salud, a la salud mental, por falta de recursos del país de acogida para atender con programas a las personas migrantes, por desconocimiento, por no dominar el idioma, por no tener seguro médico, por falta de recursos económicos y en muchos casos es el estigma asociado a la búsqueda de ayuda psicológica.
Consejos para afrontar estas experiencias
Ante el aumento del estrés y la ansiedad que se atraviesa en estos procesos, para los cuales no hay suficiente tiempo para planificarse y llenarse de información así como desarrollar habilidades de afrontamiento, se recomienda:
-
Una vez llegado al país de acogida informarse, ya que en la desinformación hay vacío y carencia, que no nos permiten actuar. Informarse sobre los servicios disponibles para migrantes, centros de ayuda, programas de integración, grupos de apoyo psicológico, participación en actividades de la comunidad del país de acogida, así como también buscar los grupos de apoyo y actividades del país natal (si los hubiera).
-
Autocompasión, cariño y paciencia con uno mismo, un contexto injusto hace víctima a cualquier persona, entendernos como humanos vulnerables y como víctimas pasajeras de una situación nos ayuda a ser más condescendientes con nosotros mismos, normalizando nuestros estados emocionales y psicológicos así como dejar a un lado las expectativas y las autoexigencias, esto mejora nuestro diálogo interior, tratarnos como si fuéramos nuestro mejor amigo que nos quiere es un buen antídoto diario ante la incertidumbre, la desesperanza y quizás la desesperación.
Norma Conde
Norma Conde
Psicoterapeuta, Tratamiento del Estrés, Ansiedad, Depresión, Duelo, Autoestima, Gestión emocional, Terapia de pareja.
-
Esforzarse a conectar con otras personas aún sin ganas, nos permite socializar y empezar a crear esa red de confianza tan necesaria marcada en nuestro propio ADN, no dejamos de ser una especie de animal social que necesita de una manada.
-
Crear un proyecto de vida realista en el mediano - largo plazo, nos da la sensación de tener un camino, nos incentiva la motivación y la ilusión. Creando listas de las acciones a realizar aunque sean pequeñas, cuando vamos tachando de esa lista cosas como: -Tomar la foto para la solicitud de residencia o -Inscribirme en el curso de idiomas (del país de acogida), psicológicamente nos hace sentir que estamos moviéndonos y la satisfacción de ir cumpliendo con nosotros, aumentando la autoconfianza.
-
Cuidar nuestra autoestima, además del diálogo interior, lo que nos refuerza el amor hacia nuestra propia persona es tomar decisiones y accionar procurando nuestro bienestar, evitando en la medida de lo posible nuestro sufrimiento, defendernos cuando lo necesitamos. Del mismo modo que lo hacemos con quienes amamos.