A todo el mundo le pasa que, en el proceso de elaborar un proyecto o un trabajo importante, nos quedamos bloqueados. Las ideas no fluyen, no encontramos soluciones, no sabemos qué hacer y la frustración nos invade.
Afortunadamente, existe un montón de herramientas para hacer que la creatividad brote y podamos ofrecer todo tipo de ideas innovadoras a los problemas que tengamos que enfrentarnos.
A continuación veremos varias técnicas de generación de ideas, aplicables tanto estando solo como trabajando en equipo, aplicables en cualquier contexto y sin necesidad de disponer de demasiados recursos.
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Técnicas de generación de ideas que deberías probar
Son muchas las técnicas para hacer que las ideas broten. Antes de usarlas, no se debe creer que la creatividad y la imaginación es un don, que se tiene o no se tiene. Eso es un mito.
Realmente, todo el mundo es creativo, en mayor o menor medida y a su manera y, como cualquier habilidad, ésta se puede poner en práctica. Solo es una cuestión de entrenamiento, como quien estudia álgebra para aprobar el examen de matemáticas o quien corre para ganar la maratón. Sea el nivel del que se parta siempre hay la opción de mejorar.
Sin embargo, sí que se debe tener en cuenta que la imaginación, lo que se dice venir sola, no viene. Las musas sienten predilección por quienes se estrujan el cerebro, recitándoles a sus oídos sus bellos cánticos en forma de ideas innovadoras. Es muy importante que para que la creatividad venga uno se esfuerce, dedicándole tiempo a la generación de ideas. Parafraseando a Pablo Picasso, si tiene que venirnos la imaginación, que nos pille trabajando.
A continuación veremos 10 técnicas de generación de ideas muy útiles, aplicables a un sinfín de contextos y situaciones, que se pueden poner en práctica tanto en grupo como de forma individual.
1. La lluvia de ideas
La lluvia de ideas, también conocida como brainstorming” es la técnica de generación de ideas más conocida. Suele utilizarse cuando se quiere tener muchas ideas en poco tiempo, llegándose a superar las 100 ideas la hora en una buena sesión.
Cuando se usa esta técnica se trata de motivar a todos los integrantes del grupo para que den sus ideas, por muy absurdas que puedan parecer y aunque lo hagan de una forma poco sistematizada.
Una vez tenidas varias ideas, éstas son analizadas, luego filtradas y, en caso de que hayan algunas que sean adecuadas o realmente útiles, se aceptan y se empieza a darle forma al proyecto o trabajo en cuestión.
Aunque es especialmente adecuada para trabajos grupales, también se puede llevar a cabo de forma individual. Su uso en grupo es especialmente ventajoso, dado que ayuda a reforzar la colaboración entre los miembros, invita a ser tolerantes con diferentes puntos de vista y contribuye a una mayor visión de apertura hacia cosas nuevas.
2. Los mapas mentales
Los mapas mentales son técnicas de generación de ideas que se muestran de forma gráfica. Consisten en utilizar una palabra o concepto clave como punto de partida para, posteriormente, ir añadiéndole ideas en forma de ramas de árbol o estructura radial.
Estas herramientas no precisan seguir un diseño preestablecido o una pauta marcada, aunque sí que es recomendable poner la palabra o idea clave en el centro e irle añadiendo, de forma radial, el resto de ramas y subramas. De esta forma se evitará tener un entramado caótico de líneas que hará que sea difícil de interpretar.
Un consejo a la hora de hacer mapas mentales es que, aunque se pueden hacer de forma escrita con papel y bolígrafo, es buena idea plantearse elaborarlos con herramientas más grandes, como pizarras o, directamente, apoyarse de un soporte digital. Además, si se puede recurrir a colores, símbolos y dibujos, mucho mejor.
Esta técnica es realmente útil cuando se pretende resolver problemas complejos, en los que son necesaria la elaboración de varias ideas, tratar de describirlas con mayor profundidad y presentarlas de forma visual para su mejor comprensión.
Para llevarla a cabo de la forma más eficiente, lo recomendado es seguir los siguientes pasos:
Primero, escogemos el lugar en el que vamos a trabajar, sea un lienzo grande de papel, una gran pizarra o un soporte digital especial para este tipo de técnicas (p. ej., GoConqr, MindMeister, Litpen...)
Una vez superado este paso, empezamos por el centro, poniendo la palabra clave, la idea o el problema a solucionar. A partir de este punto vamos añadiendo todas las ideas que se nos ocurran, pero que estén mínimamente relacionadas con la temática tratada.
Una vez elegidas varias ideas, se pueden asociar, en la media que se pueda y en función de si tienen algo que ver. Se ramifican y se conectan, se trazan líneas y asocian las ideas con imágenes o palabras.
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3. Método SCAMPER
El método SCAMPER es una técnica creativa que favorece la generación de ideas por medio de contestar a un listado preestablecido de varias preguntas a contestar y llevar a cabo. Estas preguntas están relacionadas con los siguientes siete aspectos:
- Sustituir: ¿Qué podemos sustituir? ¿qué pasa si sustituimos el proceso...?
- Combinar: ¿Qué pasaría si combinamos esto con lo otro?
- Adaptar: ¿Cómo podemos adaptar el producto/servicio para...?
- Modificar: ¿Qué se puede modificar para organizar mejor...?
- Poner otros usos: ¿Cómo se puede usar el producto? ¿otros contextos?
- Eliminar: ¿Qué se puede eliminar para simplificar el producto/servicio/proyecto?
- Reordenar: ¿Qué pasa si cambiamos la estructura del servicio/proyecto...?
Con esta técnica se plantea algo que ya se conoce, un producto ya existente o una forma de actuar que, pese a que ha funcionado otras veces,esta vez no da todos los resultados que quisiéramos. Con esta técnica se pretende darle la vuelta a la idea, mejorarla, abordando el problema desde varias perspectivas nuevas, obligando a las mentes del equipo a trabajar desde un amplio abanico de posibilidades diferentes.
4. Memoria futura
Una muy buena forma para hacer que una idea se materialice, o saber si es buena o no, es visualizándola tal y como si ya la hubiéramos llevado a cabo. Estas ideas, en un principio, puede pasar que parezcan absurdas, pero nunca llegaremos a saber si son una buena idea o no si ni siquiera nos atrevemos a imaginarnos qué pasaría si ya las hubiéramos llevado a la práctica.
La técnica de la memoria futura ayuda a visualizar la misión principal, el propósito que da sentido a la existencia del proyecto o la realización del trabajo. Además, permite priorizar los valores fundamentales por la que ese proyecto, sea uno grupal en una empresa o un trabajo del instituto, siga su curso.
El tener claro hacia dónde se quiere estar y plantear, de forma visual, cómo llegar, es una forma de acelerar el proceso de obtención de la meta propuesta, dado que se visualiza algo que aún no se ha cumplido como algo plausible, motivando al grupo para ponerse a ello, además de fomentar su creatividad.
5. El brainwriting
El “brainwriting” (“escritura cerebral”) es una variante del brainstorming, pero en la que se implican todavía más los miembros del grupo. Consiste en que los compañeros vayan escribiendo cada uno en una hoja sus ideas. Después, pasado un rato, se van pasando las hojas y, a partir de lo que los compañeros han ido poniendo, poner impresiones sobre esas ideas, añadiendo nuevas o haciendo algún apunte.
Esta técnica de generación de ideas, además de bastante dinámica, permite esquivar la barrera de la vergüenza y timidez, sin que la creatividad se vea dañada. Al pasarse las hojas lo unos con los otros, los compañeros simplemente tienen que leer los demás han dicho y poner lo que se les ocurra.
Así no hay nadie que tenga “miedo” de decir una “burrada”, dado que, en la medida que no se reconozcan por la letra, cada idea mantiene su anonimato.
6. Guión gráfico
El guión gráfico o “storyboard” es una técnica muy utilizada en las profesiones gráficas, como la creación de series animadas, cine y cómics, aunque también se pueden usar a la hora de elaborar el plan de intervención o cómo se va a proceder con un determinado proyecto.
Consiste en elaborar, en una hoja de papel, un póster, una pizarra o el medio del que se disponga, una historieta en las que cada viñeta es una determinada acción o un punto importante del proyecto. Las ideas se exponen de manera esquemática y secuencial, permitiendo tener una idea general de cómo va a desarrollarse el tema a tratar.
7. Los 6 sombreros
La técnica de los 6 sombreros es ampliamente conocida en el campo de la psicología del pensamiento. Los seis sombreros simbolizan diferentes puntos de vista, desde los cuales se puede analizar un problema o una situación concreta. Cuando nos ponemos un sombrero de un determinado color, nuestra perspectiva debe cambiar de acuerdo a lo siguiente:
- Blanco: centrarse en los datos disponibles, ver la información que se tiene.
- Rojo: observar los problemas utilizando la intuición y las emociones.
- Negro: usar el juicio y la cautela, poner de manifiesto lo negativo del problema.
- Amarillo: pensar de forma positiva.
- Verde: ser creativo, aplicando varias técnicas de generación de ideas.
- Azul: controlar y gestionar el proceso del pensamiento. Se resume lo dicho y se llega a las conclusiones.
Esta técnica se debe desarrollar en grupo, haciendo que cada participante aporte ideas y colabore en el proceso desde un punto de vista diferente, de forma muy similar a como se hace en la lluvia de ideas.
Observar el mismo problema desde diferentes perspectivas hace que se tenga un resultado más rico durante el debate, permitiendo aprovechar capacidades de todos los miembros del grupo. Esta técnica es ideal para guiar debates, además de evitar que los participantes desvíen su atención centrándose en su propia discusión.
8. Mundos relacionados
La técnica de los mundos relacionados es una herramienta que permite crear a partir de combinar dos ideas (dos mundos) radicalmente distintos. Es decir, implica aplicar diferentes enfoques a un mismo problema para dar una solución novedosa.
La filosofía detrás de la aplicación de esta técnica es la de que, a veces, cosas que nos parece que no tienen nada en común, juntas, acaban siendo la fuente de algo verdaderamente rompedor y exitoso.
Esta técnica se puede aplicar tanto individualmente como en grupo, aunque lo ideal es juntar a personas con conocimientos muy distintos. A mayor diversidad de conocimientos expertos, mayores posibilidades hay para cruzar ideas de ámbitos bien diferentes.
Un ejemplo de ello es la propia historia de los desodorantes “roll-on”. Quien lo inventó se inspiró en el mecanismo de funcionamiento de los bolígrafos, cuyo inventor se basó, a su vez, en la forma en cómo las pelotas de fútbol trazan su trayectoria en la arena húmeda. ¿Quien iba a decir que un balón sería lo que estaría detrás de la creación de tan usado producto de higiene?
9. ¿Y si…?
Imaginarse mundos hipotéticos por medio de algo tan simple como lo es una frase en condicional ha sido lo que ha permitido la creación de grandes éxitos a nivel comercial. Cuestionando la situación actual de un determinado producto o servicio y planteándose qué pasaría si se cambiara o se le añadiera algo es una potente forma de crear todo tipo de nuevas invenciones.
La técnica del “¿Y si...?” ayuda a ver, desde una perspectiva diferente, el problema que se quiere resolver o a crearlo. Planteándose los más originales cambios en algo que ya existe puede ser el inicio de una gran innovación tecnológica, un cambio en la gastronomía o en el mundo de la moda. No son pocas las cosas que en un principio parecían absurdas que, gracias a un valiente, hoy en día son el pan nuestro de cada día.
Un ejemplo de ello es todo producto que lleva un palo. En algún momento de la historia alguien se preguntó “¿Y si le pongo un palo a los caramelos?” y oualà: tenemos el Chupachups. Otro, con similar idea se dijo “¿Y si le meto un palo a un trapo?” Y gracias a ello tenemos la fregona. Y alguien, quien verdaderamente se convirtió en un visionario para su época, se dijo “¿Y si le pongo cámara al teléfono móvil?” y el resto es historia.
10. Posible vs. Imposible
Es una técnica de generación de ideas muy clásica, pero efectiva, dado que permite tener una visión general del problema, ser consciente de lo bueno y de lo malo y, así, dirigir la forma en cómo tratar la temática o encaminar el proyecto.
Se dibujan dos columnas, poniendo en una lo que es posible que se pueda hacer y lo que es imposible. Tras ir viendo todos los posibles escenarios y lo que no se cree que se pueda llevar a cabo de ninguna forma se puede ver si, realmente, si lo que creemos que es imposible es, en realidad, algo inviable o no. Así es posible elegir ideas que, si bien en un momento podrían haberse descartado de forma tajante ahora se las puede ver como algo que, por probarlo, no se pierde nada.
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