Ignorancia racional: qué es y cómo nos puede ayudar

La ignorancia racional es una paradoja: a veces, quedarnos sin saber algo nos ayuda a progresar.

Ignorancia racional

La toma de decisiones podría decirse que es una capacidad psicológica que permite a las personas elegir la opción más adecuada entre las que estén disponibles, haciendo mentalmente una anticipación de las posibles consecuencias a largo plazo de cada una de ellas y previendo las posibles ventajas de cada una.

Sin embargo, no siempre tomamos la opción más beneficiosa a largo plazo y a veces nos guiamos por heurísticos mentales como es en el caso de la ignorancia racional, que se define como un término que permite designar aquellas situaciones en las que un individuo deduce que los costes de adquirir un conocimiento nuevo superan a las ventajas que podría aportar el hecho de haber afianzado ese nuevo aprendizaje.

En este artículo veremos en qué consiste el concepto de ignorancia racional y para ello expondremos algunos ejemplos cotidianos que puedan ilustrarlo, así como también algunos contextos en los que dicho concepto puede tener influencia.

¿Qué es la ignorancia racional?

La ignorancia racional es un concepto que se utiliza para referirse a aquellas situaciones en las que el coste de aprender algo nuevo sobrepasa las ventajas que aportaría el hecho de haber consolidado ese nuevo aprendizaje. En otras palabras, de acuerdo con este concepto las personas optarán por no esforzarse en recabar más información sobre un tema determinado si el hecho de hacerlo supondría más costos que los beneficios obtenidos; por lo tanto, se optaría por actuar sin llegar a tener toda la información que podría llegar a recabar en relación a alguna decisión que debería tomar.

El término de ignorancia racional podría parecer paradójico o contradictoria a simple vista; sin embargo, no tiene por qué serlo, puesto que no podemos saberlos todo ni tampoco disponemos del tiempo suficiente para recabar toda la información detallado con respecto a las múltiples opciones que se nos presentan a la hora de tomar una decisión. Por ello, solemos optar por la decisión que nos parece más beneficiosa teniendo en cuenta el coste-beneficio en base a la información que tenemos a nuestra disposición en ese momento.

Este concepto de ignorancia racional fue acuñado por el economista norteamericano, especializado en economía institucional y política, Anthony Downs en el año 1957, en su tratado conocido con el nombre de “An Economic Theory of Democracy”; siendo además el precursor de la teoría de elección racional, un marco teórico desarrollado dentro de los campos de las ciencias políticas y la economía que suele emplearse con el fin de comprender y también modelar de manera formal el comportamiento económico y social de las personas.

Desde la perspectiva de la teoría de elección racional se entiende que las personas tienden a reducir los riesgos o los costos en tiempo, esfuerzo y/o dinero, además de maximizar su utilidad-beneficio; en otras palabras, las personas tienden por decantarse por lo que consideran que les va a aportar más beneficios y menos por lo que podría causar unos resultados poco favorecedores en relación a su coste. En la línea de esta teoría también se encuentra enmarcado el concepto de la ignorancia racional.

El término de ignorancia racional fue utilizado por Anthony Downs principalmente en el campo de la economía; sin embargo, dicho término también ha sido utilizado en otras disciplinas relacionadas con el estudio de la racionalidad y la elección humana, como puede ser la psicología, la sociología o la filosofía, entre otras.

Ejemplos cotidianos

La ignorancia racional podría decirse que es un modo heurístico de tomar decisiones en nuestro día a día y en torno a diversas cuestiones a pesar de que muchas veces la elección tomada no sea la más óptima o la más beneficiosa a largo plazo. Por ello, es conveniente que veamos algunos ejemplos cotidianos para entender mejor este concepto.

1. A la hora de decidir el futuro académico/laboral

Un ejemplo de ignorancia racional sería el de un estudiante que acaba de terminar sus estudios en el instituto y decide dejar de estudiar para encontrar un trabajo lo antes posible y poder emanciparse porque considera que el hecho estudiar como mínimo otros 4 años para poder aspirar a un trabajo que pudiera estar mejor remunerado, estudiar para trabajar en lo que considera que sería su vacación, o simplemente por adquirir nuevos conocimientos que le pudieran resultar valiosos e interesantes, no compensa todo el dinero que debe invertir y las horas de estudio que debe emplear para sacar la carrera.

Ejemplos de ignorancia racional

2. A la hora de comprar un producto

Otro ejemplo de ignorancia racional sería cuando una persona se encuentra haciendo la compra en el supermercado y debe decidir qué tipo de cereales elegir para el desayuno y se decanta, sencillamente, por los que tienen menos azúcares, en lugar hacer un análisis más exhaustivo informándose sobre otros ingredientes y nutrientes que pudieran tener, ya que por tener menos azúcar no quiere decir que sean más saludables, que los azúcares de otros cereales que tienen un mayor contenido podrían provenir de fuentes naturales y a su vez contener otros componentes más beneficiosos como la fibra.

3. A la hora de votar a un partido político

También sería un buen ejemplo, aplicando la ignorancia racional en el terreno de la política, el caso de aquel votante que considera que recabar toda la información posible acerca de todas las propuestas y planes de gobierno de todos los partidos políticos que se presentan a las elecciones suponen un alto coste en cuanto a tiempo y esfuerzo, por lo que decide tomar su decisión de voto en base a la información que ya tuviera previamente con respecto a los distintos partidos políticos, aunque pudiera ser mínima.

La ignorancia racional en el caso de la elección a la hora de votar a un partido político también podría influir en el hecho de que el votante considera que su voto no va a ser determinante; por lo que considera no compensa invertir su tiempo y esfuerzo en analizar detalladamente a cada partido político para tomar la decisión de votar al partido que más encaje con sus ideas e intereses o quien considera que puede hacer una mayor bien a su país.

Como podemos ver en los ejemplos que acabamos de explicar en referencia al concepto de la ignorancia racional, aunque parezca paradójico, todos ellos han sido unas decisiones racionales, puesto que la persona a sopesado los costes-beneficios y ha optado por la decisión que considera más óptima y beneficiosa en el momento de tomarla; a pesar de que a largo plazo, si hubiera invertido un mayor esfuerzo, quizás podría haber optado por otra decisión que le proporcionará más beneficios.

Aquí también jugaría un papel importante la intolerancia a la incertidumbre, ya que en todos estos casos se ha preferido optar por elegir con base en los recursos o conocimientos que ya se tienen con respecto a la decisión que se debe tomar, en lugar de recabar más información con el objetivo de sopesar cuál sería la mejor decisión que se podría tomar.

Aspectos positivos y negativos de la ignorancia racional para tomar decisiones

Utilizar la ignorancia racional es un punto de referencia a la hora de tomar decisiones que tiene sus beneficios en ciertas situaciones, mientras que en otras pudiera ser más bien perjudicial o, al menos, no tan beneficioso como haber invertido un esfuerzo en optar por el camino más costoso.

Por ejemplo, en el caso de elegir qué zapatillas deportivas comprar en una tienda de deportes, quizás sea un buen punto de referencia elegir las zapatillas de una marca que ya conoce porque ha tenido otros pares de la misma que le han resultado cómodos y duraderos; en lugar de analizar diversos factores de varias marcas, empleando un tiempo que considera muy valioso que podría emplear en hacer otras actividades que considera más importantes estar analizando diversas marcas deportivas.

Por otro lado, en el caso de optar por su futuro académico y, por consiguiente, laboral, quizás no sea la mejor opción optar por un camino con la información que se tiene en ese momento sin recargar toda la información necesaria para analizar todas las opciones disponibles detenidamente y así elegir la que podría ser más beneficiosa a largo plazo en base a sus propios intereses (por ejemplo vocación, remuneración, etc.).

Lo mismo que en el caso anterior ocurre a la hora de elegir los alimentos que se van a comprar. Y es que tomando una decisión desde la ignorancia racional, aunque a corto plazo pueda parecer ventajoso en cuanto al ahorro de tiempo y/o dinero, a largo plazo podría ser perjudicial en el sentido de que sería más beneficioso para su salud optar por los alimentos más saludables, y para ello, debería analizar otros factores, como pueden ser los ingredientes que contienen los diferentes productos, en lugar de basarse solamente en un ingrediente como el azúcar o simplemente en el precio.

  • Campbell, A., Converse, P., Miller, W. & Stokes. D. (1960), The American Voter. New York: John Wiley.
  • Downs, A. (1957), An Economic Theory of Democracy. New York: Harper & Brothers.
  • Martinelli, C. (2006). Would rational voters acquire costly information? Journal of Economic Theory, 129(1), pp. 225-251.
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  • Nie, N. H., Verba, S. & Petrocik, J. R. (1976), The Changing American Voter. Cambridge: Harvard University Press.
  • Pérez, A. R., & Comeig, I. R. (1998). Efecto de la información asimétrica sobre el riesgo y el comportamiento de las sociedades de garantía recíproca: un análisis empírico. Revista Española de Financiación y Contabilidad, pp. 469-497.
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Psicólogo

Mario Arrimada es Graduado en Psicología en la Universidad Pontificia de Salamanca y dispone de un Máster de Actualización en Intervención Psicológica y Salud Mental en la Universidad a Distancia de Madrid. Varios cursos de formación, entre ellos el de Experto en Trastornos de la Personalidad con la Asociación Española para el Fomento y Desarrollo de la Psicoterapia, de Experto en Mindfulness y de Experto en DSM5 y CIE11, ambos en la UDIMA.

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