Las adicciones se han clasificado comúnmente como uno de los problemas psicológicos más complicados de tratar en las consultas clínicas. La dificultad que tiene una persona que se encuentra inmersa en el ciclo de la adicción para darse cuenta de su problemática hace que sea muy difícil afrontar sus problemas. Y es que una característica clave de la adicción es el autoengaño; buscar justificaciones para todas las acciones relacionadas con esta problemática y reducir así su impacto negativo.
En muchas ocasiones, estas actitudes de autoengaño no hacen referencia únicamente a conductas de la persona adicta, sino que buscan normalizar al máximo sus conductas de cara a su ambiente y a su círculo más cercano, buscando imposibilitar que estas personas descubran su problemática y busquen ofrecerla ayuda o apoyo. Una persona adicta evitará la confrontación con su problema adictivos para encerrarse al máximo en una burbuja en la que la adicción se vea justificada.
El autoengaño en las adicciones
En este artículo, vamos a comentar algunos ejemplos típicos de autoengaños entre personas con adicciones. Es importante dejar claro desde el principio la importancia de buscar apoyo psicoterapéutico si estás experimentando un problema adictivo o crees que alguien de tu entorno puede estar pasando por ello. La información y la búsqueda de ayuda son pasos importantes para la superación de este trastorno tan invisibilizado en nuestra cotidianidad.
1. Minimización del problema – “no es para tanto”
La minimización del problema hace referencia a cuando las personas que padecen adicciones restan importancia a la gravedad de su dependencia o su abuso de sustancias. Así, se convencen a sí mismos/as y en algunos casos a su entorno de que su adicción no es tan seria como realmente lo es, afirmando que no consumen tanto y que son capaces de dejar de hacerlo cuando quieran. Este autoengaño les permite seguir consumiendo sustancias o manteniendo comportamientos adictivos sin afrontar el problema de ninguna forma.
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2. Excusas y racionalizaciones – “es que necesito relajarme”
Mediante las excusas y las racionalizaciones, las personas con adicciones generan explicaciones lógicas o emocionales para dar validez a su consumo de sustancias o conductas adictivas. Por ejemplo, podrían argumentar que es la presión o estrés que experimentan lo que les hace buscar las sustancias o la adicción como una forma de aliviarlo. Esta táctica les permite mantener su adicción sin permitirse sentir culpa o responsabilidad.
3. Comparación con otros – “no tomo tanto como él/ella”
Otro ejemplo de autoengaño en personas con adicciones implica la comparación con otras personas también adictas o consumidoras de sustancias. Las personas adictas a menudo se comparan con esas personas que parecen tener adicciones o problemas más graves o visibles. De esta forma, justifican sus propios comportamientos adictivos convenciéndose de que “no están tan mal” en comparación con otras personas. Esto permite evitar el confrontamiento con la realidad y la propia adicción y posponer la toma de medidas para superarla.
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4. Negación de consecuencias – “nunca he acabado tan mal”
La negación de consecuencias hace referencia a la forma en la que algunas personas con problemática adictiva niegan o minimizan los efectos negativos que su adicción tiene en sus vidas y en las de los demás. Pueden culpar a otras circunstancias o atribuir las consecuencias a factores externos en lugar de reconocer la influencia de su adicción. Este autoengaño les permite mantener su comportamiento adictivo sin sentirse responsables de sus acciones, a pesar de que estas consecuencias negativas pueden ser evidentes para las personas de su alrededor. La negación de consecuencias puede ser una barrera importante para buscar ayuda y tratamiento, ya que evita el reconocimiento de la necesidad de cambio.
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5. Pensamiento mágico – “un poco no hace daño”
En este caso, las personas adictas se convencen a sí mismas de que "esta vez será diferente" o que "un poco no hará daño". Este tipo de autoengaño implica creer en la posibilidad de controlar su adicción de manera selectiva o pensar que pueden evitar las consecuencias negativas de su comportamiento adictivo en el futuro. El pensamiento mágico es una estrategia psicológica que les permite a las personas adictas justificar la continuación de su adicción al mantener la esperanza de que pueden consumir la sustancia o realizar la conducta adictiva sin caer en una espiral destructiva.
Sin embargo, esta ilusión de control es peligrosa porque, en la mayoría de los casos, la adicción no funciona de manera predecible y a menudo conduce a consecuencias negativas graves y recurrentes. Este autoengaño les impide enfrentar la realidad de su adicción y tomar las medidas necesarias para la recuperación, como buscar tratamiento y apoyo. Superar el pensamiento mágico es esencial para una recuperación efectiva.
6. Autoengaño emocional – “es mi forma de enfrentar mi dolor”
Mediante el autoengaño emocional, las personas que enfrentan un problema de tipo adictivo utilizan el consumo de sustancias o el establecimiento de conductas adictivas como vías de escape para no enfrentar sus emociones difíciles, dolorosas o abrumadoras. Así, estas personas se convencen a sí mismas de que la adicción es la única forma de lidiar con sus sentimientos y que les ayuda a sentirse mejor, aunque a corto plazo.
Centro De Adicción Sevilla
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Licenciados PsicologÍa, Medicina, PsiquiatrÍa
Este autoengaño puede ser especialmente perjudicial porque las personas adictas acaban dependiendo de la adicción como una forma de autoprotección contra sus propias emociones. Sin embargo, a largo plazo, la adicción solo hace que los problemas emocionales se agraven y aumente el sufrimiento. Este autoengaño también puede dificultar todavía más la búsqueda de ayuda o tratamiento, ya que temen tener que enfrentar sus emociones sin la ayuda de la adicción. Superar este tipo de autoengaño implica aprender formas más saludables de gestionar las emociones y reconocer que la adicción no es una solución efectiva ni sostenible.