A nadie le gusta que le mientan, pero siendo realistas, todos, en algún momento de nuestra vida, hemos mentido. Esto es lo que afirma un libro llamado “Liespotting: Proven Techniques to Detect Deception”, que fue escrito por Pamela Meyer. En sus páginas aparece una investigación que concluyó que las personas mentimos entre 10 y 200 veces al día, ya que muchas veces decimos solamente parte de la verdad. Somos seres sociales, y solemos adaptar muchas frases a lo que se considera socialmente aceptable.
En otro libro, además, el profesor de Psicología de la Universidad de Massachusetts, Robert Feldman, explica que “decimos entre dos y tres mentiras en los 10 primeros minutos de una conversación con alguien que conocemos desde hace poco”. Según Feldman, la mentira ocurre muchas veces para proteger nuestra propia autoestima.
Varias mentiras peligrosas que nos decimos a diario
Teniendo en cuenta la afirmación de Friedman, las personas solemos autoengañarnos muchas veces para mantener nuestra autoestima intacta. Pero, ¿cuáles son las mentiras que decimos con más frecuencia en nuestro día a día?
1. Mañana lo dejo
Esta frase suele aplicarse muchas veces, por ejemplo, cuando una persona es fumadora y sabe cuáles son las consecuencias negativas para su salud. Los fumadores, pese a saber que fumar les perjudica, siguen haciéndolo. El caso de los fumadores es un ejemplo clásico de disonancia cognitiva, una teoría muy estudiada que se define como la ansiedad, tensión o incomodidad que una persona experimenta cuando sus creencias y actitudes entran en conflicto con sus comportamientos. Esta ansiedad provoca que la persona se autoengañe para reducir el malestar.
El “mañana lo dejo” es una manera de no tener que tomar una decisión en ese momento a pesar de que vemos las consecuencias negativas de nuestra acción. En el caso del fumador, puede observar en los anuncios de televisión que fumar provoca cáncer, problemas respiratorios, fatiga crónica e, incluso, la muerte. Además, en la cajetilla de tabaco aparecen imágenes y un mensaje claro.
A pesar de estos mensajes, el fumador sigue fumando pese a saber que deberia estar sano y que esta droga perjudica su salud. Los estudios de disonancia cognitiva muestran que las persona evitan ese tipo de mensajes antitabaco e incluso se justifican con pensamientos como: “de algo tendré que morir”.
- Si quieres saber más sobre la teoría de la disonancia cognitiva que propuso Leon Festinger, puedes leer nuestro artículo: “Disonancia cognitiva: la teoría que explica el autoengaño”
2. Mañana empiezo
El “empiezo mañana” es todo un clásico de aquellas personas que tienen el hábito de postergar sin ninguna justificación válida sus tareas o actividades. Es lo que se conoce como procrastinación, y es más común de lo que parece. De hecho, una encuesta llevada a cabo a 1347 sujetos demostró que uno de cada cuatro tenía una fuerte tendencia a procrastinar. El estudio, además, concluyó que no existen diferencias significativas entre hombres y mujeres.
Otra investigación que intentó averiguar cuánto procrastina una persona, encontró que los empleados, de media, aplazan su tarea principal una hora y veinte minutos cada día. En el caso de los estudiantes, un 32% son susceptibles de llevar a cabo este hábito, según un estudio de Patterns of Academic Procrastination.
En función de la situación, el “mañana empiezo” puede causar problemas serios, por ejemplo, estrés cuando las tareas se acumulan. Por otro lado, esta frase también es típica cuando una persona tiene serias dificultades para comenzar a realizar actividad física, por lo que su salud también se verá afectada.
- Puedes saber más sobre este fenómeno en nuestro artículo: “Procrastinación o el síndrome del “ya lo haré mañana”: qué es y cómo prevenirlo”
3. La vida es de color de rosa (falso optimismo)
El optimismo puede ser una gran virtud a la hora de vivir una vida feliz y plena, porque los individuos optimistas ven el lado bueno de la vida y lo positivo, en vez de recrearse en lo negativo. Las personas optimistas suelen no compararse con los demás, son realistas, saben automotivarse, disfrutan del presente, saben lo que quieren, tienen una autoconfianza alta, pasan de las críticas, tienen el control de su vida y son sinceras consigo mismas.
Pero esto nada tiene que ver con el falso optimismo, que es aparentar ser una persona optimista y creer que la vida es de color de rosa. El falso optimismo es una máscara que hace que no tengamos que reflexionar sobre la vida y evitemos tomar decisiones comprometidas. Los falsos optimistas no son sinceros consigo mismos, no tienen el control de su vida y tampoco son realistas.
- Artículo relacionado: “11 características de las personas optimistas”
4. Querer es poder
“Querer es poder” es una excelente frase motivadora, que puede ayudar a muchas personas a lograr sus objetivos. Pero esta frase no debe ser empleada al pie de la letra, porque no siempre es cierto que se pueda tener todo lo que se quiera ni llegar a donde uno quiere. Cuando nos ponemos metas y objetivos, deben ser realistas, de lo contrario, pueden llevarnos a la frustración y el malestar.
Imagina a alguien que tiene un problema con la voz y quiere ser cantante. Esta frase está bien cuando una persona tiene un potencial y talento que puede desarrollar. En otros casos, en los que es imposible alcanzar el objetivo, la alternativa es la aceptación. Eso sí, la clave es detectar en qué somos buenos y entonces sí que tiene sentido aplicar esta frase motivadora.
- Artículo relacionado: “101 frases motivadoras para enfocarse hacia el éxito”
Cómo es el cerebro de un mentiroso
Estas mentiras o autoengaños son bastante frecuentes entre la población, ahora bien, algunas personas son mentirosas compulsivas. Los estudios científicos han demostrado que el cerebro de un mentiroso presenta algunas características.
- Puedes saber más en nuestro artículo: “El cerebro mentiroso: ¿sabemos realmente por qué hacemos lo que hacemos?”