Nadie puede dudar que el optimismo es una actitud que puede llevarnos muy lejos en la vida y puede ayudarnos a ser felices. El optimismo es una virtud, siempre y cuando la persona optimista posea una confianza alta en sí misma y sea realista respecto al entorno que le envuelve.
En caso contrario, estaríamos hablando falso optimismo. Y como dijo Abraham Maslow, uno de los máximos exponentes de la corriente humanista, “El falso optimismo, tarde o temprano, significa desilusión, enfado y desesperación”.
En este artículo hablaremos del falso optimismo y profundizaremos en este concepto y sus características.
¿Qué es el falso optimismo?
Cuando adoptamos una mentalidad positiva y optimista el mundo parece girar en la dirección que queremos. Pero para que el optimismo sea auténtico debe ir en sintonía con nuestra autoestima, porque con una autoestima baja, el optimismo simplemente enmascara nuestra debilidad.
Sentirse bien con uno mismo es fundamental para nosotros y para relacionarnos con el entorno que nos rodea. Una autoestima alta nos convierte en personas mucho más positivas, conscientes de nuestras virtudes y debilidades y que, tras aceptarnos tal y como somos, podemos mirar hacia adelante sin miedo. La autoestima alta nos permite adaptándonos al entorno que nos rodea con una sonrisa, a pesar de que no todo nos salga bien. El optimista auténtico aprende de los errores, porque su visión del mundo le permite aceptar las derrotas y entender que no somos perfectos.
Sin embargo, el optimismo se ha puesto de moda y algunas personas desean aparentar que son optimistas cuando su mundo interior se encuentra resquebrajado. No poseen una buena conexión consigo mismas, pero se cubren con la coraza del optimismo. El falso optimismo alimenta el no querer afrontar la realidad para evadirse de los problemas, y se convierte en un arma de doble filo que tarde o temprano termina por dañar. En definitiva, esconde una negación del dolor y el sufrimiento.
Características del falso optimista
Las personas con falso optimismo dependen en exceso de la aprobación externa y emplean el optimismo para no tener que reflexionar ni hacer frente a sus miedos. Pero, ¿qué caracteriza a este tipo de individuos? Las personas con falso optimismo presentan los siguientes rasgos y actitudes:
1. No son realistas
Este tipo de individuos no son realistas y emplean el optimismo para huir de la frustración y del hecho de tener que afrontar una realidad desagradable. Para crecer como seres humanos debemos de hacer frente a nuestros miedos y ser tolerantes a la frustración, de lo contrario, no nos beneficiamos de las experiencias vitales que nos hacen sufrir, que a la larga son las que nos permiten desarrollar una personalidad fuerte y preparada para las situaciones que menos nos gustan.
Vivir feliz las 24 horas del día es imposible, por lo que debemos aceptarlo. Además, los falsos optimistas no suelen conseguir las metas que se proponen, pues no son realistas y el falso optimismo acaba por frustrarles.
2. No son sinceras consigo mismas
Este tipo de individuos no son sinceros consigo mismos, y por eso este fenómeno recibe el nombre de falso optimismo. Este autoengaño suele ser frecuente cuando alguien no quiere aceptar la realidad que le envuelve, es un intento de reducir la ansiedad y el malestar que siente.
- Esto se denomina disonancia cognitiva. Te lo explicamos en nuestro artículo: “Disonancia cognitiva: la teoría que explica el autoengaño”
3. Se valoran negativamente
Como he comentado en líneas anteriores, este tipo de personas no se valoran positivamente, es decir, que tienen una autoestima baja. En este contexto, el falso optimismo actúa como forma de protección, pues la persona no dispone de la suficiente fortaleza mental para resolver conflictos tanto internos como externos.
4. No viven el presente
Son muchas las investigaciones que han demostrado que las personas que practican Mindfulness gozan de un mayor bienestar. Esto ocurre porque que viven en el momento presente y tienen una actitud no enjuiciadora. Las personas con falso optimismo viven con expectativas irracionales, lejos de una mentalidad “mindful”.
- Puedes saber más sobre los beneficios de vivir el presente en nuestro artículo: “Cómo vivir en el momento presente, en 7 claves psicológicas”
5. No se automotivan
El falso optimismo puede parecer una buena herramienta de motivación, pero no lo es porque las expectativas y los objetivos son irracionales. Aplicar el falso optimismo para lograr lo objetivos puede traer consigo consecuencias negativas. Por eso, siempre es importante que las metas que nos proponemos sean alcanzables, realistas, claros y medibles, como explicamos en nuestro artículo: “La importancia de fijar objetivos en la Psicología Deportiva”.
6. No han encontrado la paz interior
Cuando una persona no ha encontrado la paz interior es fácil que sea influenciado por el mundo exterior y que su felicidad dependa de esto. Son personas que se comparan con los demás y que están continuamente preocupadas por lo que los demás piensen de ellos. El falso optimismo es característico de aquellos sujetos que no son realmente conscientes de sus emociones, virtudes y limitaciones. Personas que no se aceptan tal y como son.
La trampa del falso optimismo
Creer que uno es optimista cuando no lo es, es un grave error, porque esto hace que las personas no se adentren en su mundo interior y esto “impide que conecten con su mundo interior”, tal y como afirma el psicólogo Juan Cruz en una entrevista al diario El Mundo. El optimismo es una trampa que no permite la autorreflexión, que tiene muchos beneficios para el desarrollo personal como comentamos en nuestro artículo: “Desarrollo Personal: 5 razones para la autorreflexión”.
La trampa del falso optimismo es igual de mala que el pesimismo, porque impide que las personas aprenden de sus experiencias, algo que, sin duda, es clave para crecer y desarrollarnos.
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