La crisis de los 30: ¿qué es y cómo afrontarla?

La presión social por tener hijos o una vida establecida puede afectarnos psicológicamente.

Crisis de los 30

Cuando entramos en la treintena, algunas personas no son capaces de lidiar con los cambios que supone esta entrada en la tercera década de la vida. Más responsabilidades, horarios más extensos y complicados, trabajos más exigentes…

Desde luego, concluir la veintena es un cambio sustancial. Mientras que durante la segunda década de la vida se nos exige poco más que estudiar y empezar a adentrarnos en el mercado laboral, cuando cumplimos 30 años se nos pide que nos asentemos en un trabajo estable, e incluso la llegada de bebés e hipotecas a nuestra rutina.

Crisis de los 30: ¿cómo afrontarla?

Al ser una problemática muy extendida, lo cierto es que muchas personas se encuentran confundidas y con un exceso de responsabilidad y estrés al cumplir treinta años. ¿Qué consejos y estrategias podemos recomendar desde la Psicología para que puedan salir adelante rápidamente?

En el artículo de hoy vamos a explicar qué es la crisis de los 30 y varios tips con los que aliviar esta carga emocional.

1. Desmitifica la presión por cumplir años

La crisis de los treinta tiene un componente cultural muy arraigado. Ciertamente, la edad es solo un número, pero la sociedad se empeña en hacernos cargar con ciertas mochilas (responsabilidades, quehaceres, exigencias) y, en el caso de las mujeres, incluso con el temido reloj biológico. Esto implica que culturalmente sienten una presión cada vez mayor por tener descendencia.

Los efectos de esta forma de concebir la edad como una forma de acumular presiones sociales de todo tipo es altamente disfuncional. Debemos relativizar el hecho de cumplir años y tener en cuenta que aquello que la sociedad entiende mayoritariamente como positivo o “acorde” a cierto rango de edad no tiene por qué ser positivo ni beneficioso para nuestras vidas.

2. Asume responsabilidades

Cuantos más años cumplimos,más tendencia tenemos a querer poseer más bienes, a tener un mejor empleo, una casa más grande y mejor amueblada… Cuidado con todo esto. Hacerse mayor tiene que implicar asumir ciertas responsabilidades, pero no debemos caer en la trampa de ponernos ansiosos y estresarnos.

Vivimos en una sociedad que valora por encima de todo los bienes materiales y la posición social de cada uno. Que tengas 30 años o más y no hayas sido capaz de encontrar todavía tu lugar en el mundo no implica absolutamente nada. De hecho, muchas personas que han triunfado en la vida han tenido decepciones y momentos de angustia, hasta que finalmente han sabido hallar aquello que les hacía felices (que no siempre está vinculado a lo material…). Así pues, tenemos que asumir responsabilidades, pero siendo conscientes de que el reloj juega a nuestro favor; nunca tiene que suponer un motivo de estrés o frustración.

3. Vivir solo no es un drama

En la crisis de los 30 entra en juego un cliché cultural: es el que reza que las mujeres deben tener hijos (antes de que “se les pase el arroz”). Este mito puede perturbar a muchas mujeres que se ven entre la espada y la pared. Tal vez no desean tener hijos, pero la sociedad les está constantemente recordando que ya tienen una edad en la que no pueden demorarse mucho más.

En este caso también es necesario promover que comprendamos que existen modos de vida alternativos que pueden encajar a la perfección con la personalidad de algunos individuos. ¿O es que no podemos ser felices si no vivimos en pareja o si no tenemos descendencia?

4. Agradece todo lo que te ha dado la vida hasta el momento

Volvemos a un factor social y cultural que nos intenta perjudicar una vez entramos en la treintena. Esta sociedad mercantilista nos hace sentir una fuerte autoestima únicamente si hemos logrado un bienestar económico por encima de la media. Y, en realidad, la mayoría de personas que viven felices gastan su (poco) dinero viajando, teniendo experiencias únicas, conociendo nuevos lugares, disfrutando de las pequeñas cosas de cada día, etc.

Debemos, cada día, felicitarnos y estar agradecidos por cómo somos, por nuestros logros pasados y por todo lo que hemos podido vivir hasta la fecha. Los beneficios materiales ya vendrán, tenemos toda la vida por delante y no debemos sentirnos mal si en este aspecto no hemos conseguido grandes hitos.

5. Asume los procesos de duelo

La treintena es una edad en que, generalmente, tendremos alguna pérdida importante dentro de nuestro círculo familiar o de amistades. Nuestros padres ya tienen una edad próxima a la vejez, y es probable que ya hayamos salido de la burbuja del bienestar adolescente y postadolescente para sumergirnos en una vida con momentos realmente duros.

Este proceso de adaptación a una rutina con altos y bajos puede conllevar algunos problemas psicológicos. Es importante aquí destacar la valiosa cualidad de la resiliencia, que es esa fuerza que nos hace recuperarnos aún cuando las cosas no salen como queríamos. Asumir el duelo cuando perdemos a un ser querido o tenemos una ruptura sentimental es otro de esos aspectos que nos harán salir reforzado durante la crisis de los 30.

Referencias bibliográficas:

  • Lachman, M. (2004). Development in Midlife. Annual Review of Psychology 55. p. 305-331.
  • Lachman, M. (2001). Manual de desarrollo de la mediana edad.

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Xavier Molina. (2018, septiembre 6). La crisis de los 30: ¿qué es y cómo afrontarla?. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/social/crisis-de-los-30

Psicólogo social

Graduado en Psicología por la Universitat de Barcelona. Máster en terapia cognitivo-conductual. Posgrado en Nutrición y Alimentación Sanitaria y Social por la UOC. Posgrado en Intervención psicosocial. Máster en Actividad Física y Salud por la UB.

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