Si alguna vez has sentido que alguien que estaba frente a un público sonaba poco creíble, honesto o auténtico, es muy probable que hayas acabado desconectado del discurso. Cuando el mensaje no nos llega porque parece falso, tendemos a desconfiar y cerrarnos
Por eso es tan importante poder transmitir nuestro mensaje al público de una forma que llegue. En este artículo veremos los puntos más importantes a tener en cuenta para poder comunicarnos de forma óptima cuando estamos hablando frente al público. Acabaremos el artículo viendo algunas técnicas que pueden resultar útiles.
Autenticidad
Cuando sentimos que la/s persona/s que están comunicando lo hacen de forma honesta, clara y auténtica aumenta la probabilidad de que nos mantengamos en una postura receptiva ante el mensaje. Precisamente por esto es tan importante que el público sienta que el/la orador/a está comunicando lo que verdaderamente piensa, siente y cree.
Al comunicarnos de forma abierta y sincera es más fácil establecer un vínculo genuino con aquellas personas que nos están escuchando. En muchas ocasiones, esto permite que la persona pueda llegar a sentirse identificada con el discurso y, de esta forma, mantenga su interés.
El término «autenticidad» hace referencia al hecho de aceptarnos, abrazarnos, por quienes somos y poder comunicarnos de forma genuina desde este lugar. Implica un elevado autoconocimiento y ser conscientes de nuestras fortalezas y nuestras heridas. También es importante tener esto presente a la hora de ponernos frente al público.
Coherencia
Siguiendo la línea de la autenticidad, debemos tener presente que el mensaje debe ser percibido como coherente. Y no únicamente a nivel lógico o mental, sino que la persona debe percibir coherencia entre la comunicación verbal —lo que decimos— y la comunicación no verbal —lo que transmitimos con nuestro tono, gestos, cuerpo, etc.—.
A lo largo de la historia la mayor parte de la comunicación se ha dado de forma presencial y, por tanto, nuestro organismo está preparado para analizar e integrar el mensaje de forma multimodal. La coherencia comunicativa influye en que percibamos la información recibida como veraz o falsa.
Cuando una persona percibe incoherencia en el mensaje entre los aspectos verbales y no verbales es más probable que haya una peor comprensión del mensaje. En este sentido, la integración tampoco sería la óptima y esto podría afectar directamente a la evaluación que se hace sobre el mensaje.
Dicha incongruencia se percibe cuando nuestro mensaje verbal es uno, pero lo que transmitimos con nuestro rostro, nuestra postura o nuestro cuerpo parecen indicar lo contrario. Por ejemplo: si alguien está hablando sobre la importancia de la transparencia, pero luego se niega a responder preguntas concretas.
Emoción
La autenticidad y la congruencia no son los únicos factores que pueden ayudarnos a transmitir confianza. Es cierto que teniendo ambos factores en cuenta, podemos captar la atención de nuestro público e incluso llegar a la posible persuasión —si es lo que se busca—. Sin embargo, no podemos olvidar el gran papel que juegan las emociones en los discursos.
Tal y como podemos observar en la mayoría de anuncios publicitarios y discursos políticos, se busca enviar mensajes cargados de emoción. Con esto, se pretende despertar sentimientos en los/as oyentes y, de este modo, modificar sus acciones o decisiones. Nuestras creencias pueden influir en nuestra conducta, pero también nuestras emociones.
En el momento en que un/a orador/a siente de verdad aquello que está transmitiendo, es mucho más fácil que llegue de forma genuina a las personas que le están viendo y escuchando. La emoción que la persona transmite puede llegar a influir en la forma en que la audiencia percibe, integra y responde al mensaje.
Las emociones transmitidas pueden afectar a la forma en la que se responde a ciertos argumentos y se evalúan ciertos mensajes. Es importante tener en cuenta que la emoción debe ir ajustada al contexto y, sobre todo, a la audiencia. Un exceso de emotividad o la percepción de manipulación pueden tener un grave impacto en el mensaje.
Comunicación
Con todo lo visto hasta el momento, ya solo queda ahondar en la importancia de cómo se transmite el mensaje de forma verbal. Cuanto más sentimos el mensaje como algo «nuestro», más fácil es comunicarlo de forma efectiva.
Sin duda, para que la comunicación sea óptima, los mensajes deben ser claros, concisos y convincentes. Además, el discurso debe ser ameno y con un buen hilo conductor que permita el fácil seguimiento del mismo.
En este sentido, uno de los puntos más importantes es poder adaptar el mensaje a la audiencia que tengamos delante. Esta habilidad es fundamental en el desarrollo de nuestra vida profesional en la actualidad. Es realmente importante sentir el mensaje, pero es igual de importante saber leer a los/as oyentes y adaptarnos a ellos/as.
Técnicas
A continuación se proponen algunas herramientas que pueden ser útiles a la hora de hacer frente a la audiencia. Algunas se centran más en la propia persona y otras en el mensaje. Las propuestas son las siguientes:
- Practicar técnicas de respiración o relajación.
- Tener claro el mensaje a comunicar y el objetivo.
- Comunicar desde la autenticidad, con estilo propio.
- Mantener contacto visual con la audiencia.
- Cuidar aspectos como: velocidad, tono de voz, postura, vocalización, etc.
- Personalizar y adaptar contenidos.
- Mostrar, compartir, emociones y sentimientos.
- Practicar la atención plena y la presencia.
- Mantener la coherencia entre la comunicación verbal y no verbal.
- Interactuar con la audiencia.
- Preparar el discurso y ofrecerlo de forma original.
- Utilizar ejemplos concretos.
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