El pensamiento europeo sobre la realidad está muy influenciado por autores de los siglos XVI y XVII. Muy particularmente, la figura de René Descartes (que postularía el dualismo entre la mente y el cuerpo) ha contribuido a casi todas las ciencias y las artes, gracias a un legado de enorme trascendencia filosófica e histórica.
Muchos han reflexionado largamente respecto a cómo el cuerpo y la mente podrían coexistir dentro de dos planos ontológicos diferentes, y de cuáles serían sus respectivas interacciones (en caso de haberlas). De ello han surgido a lo largo del tiempo posiciones tanto afines como disidentes, que han estimulado muchos de los avances de la Filosofía en los siglos pasados.
En este artículo detallaremos la vida y la obra de uno de los más prolíficos autores franceses del siglo XX, que "revivió" la tesis cartesiana y trató de conciliarla con ideas de la metafísica y la Fenomenología. Su propuesta (influenciada por George Wilhelm Friedrich Hegel y Edmund Husserl) tuvo notables connotaciones sociales y políticas.
Aquí veremos cuáles fueron las aportaciones más representativas de Maurice Merleau-Ponty; que vivió durante el ominoso período de las dos grandes guerras mundiales y mantuvo una posición ante la existencia que resonaría ampliamente en la cultura, las artes y las ciencias modernas.
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Biografía de Maurice Merleau-Ponty
Maurice Merleau-Ponty fue un filósofo francés que vivió en la primera mitad del siglo pasado. Nació en la localidad de Rochefort-sur-Mer un 14 de marzo de 1908, y falleció en 1961 por un infarto agudo de miocardio. Actualmente es considerado como uno de los más relevantes pensadores existencialistas europeos, pues su obra sirvió para tender puentes entre visiones filosóficas (muy especialmente el idealismo y el empirismo) que se estaban distanciando por el hondo horror de las guerras que atenazaron la tierra en los años que le correspondió vivir. A este esfuerzo se le conoce como la "tercera vía" ontológica.
Fue muy importante también su labor docente, tanto en la Facultad de Letras de París (donde además obtuvo el título de Doctor) como en la Sorbona y en el Collège de France, en el cual ocuparía una de las más notables cátedras de Filosofía Teórica hasta el día de su muerte (su cuerpo aparecería sin vida sobre una obra de Descartes, uno de los autores más relevantes para entender su forma de pensar y vivir). Fue conocido por su preocupación en el terreno de la política y la sociedad, mostrando una fuerte perspectiva marxista de la que llegó a renegar algún tiempo después.
Pese a fallecer a corta edad, legó muchísimos libros/reflexiones. Fue uno de los más grandes amigos de Jean Paul Sartre, con el que formó un grupo de resistencia intelectual (durante la primera de las guerras mundiales) y fundó una de las publicaciones más icónicas de Europa y el mundo: la revista política/literaria Les Temps Modernes. En este proyecto también participó otra autora de enorme importancia en el sentir y el pensar de aquel momento gris: Simone de Beauvoir. Su formato de entregas mensuales, que más adelante pasaría a ser cuatrimestral, incluía algunas de las ideas filosóficas de más valor de la posguerra, lo que le permitió seguir existiendo hasta años recientes (desde 1945 hasta 2018).
Además de los numerosos escritos que llegó a compartir en la citada revista (recopilados en "Sentido y No Sentido"), Merleau-Ponty dedicó mucho tiempo en su vida a la creación literaria sobre Filosofía. La fenomenología fue la rama del saber que más atrajo su atención, mecido por la inspiración de Edmund Husserl y otros grandes pensadores de orientación similar.
De sus obras, destacan la Fenomenología de la Percepción (quizá la más conocida del autor), las Aventuras de la Dialética, lo Visible y lo Invisible (murió mientras estaba escribiéndolo y se publicó de forma póstuma), la Prosa del Mundo, el Ojo y el Espíritu y la Estructura del Comportamiento (la que fuera su primera obra completa). La mayoría de sus trabajos se han traducido a múltiples idiomas, incluyendo el español.
El distanciamiento del comunismo supuso una importante transformación en la vida y obra de Maurice Merleau-Ponty: por un lado abandonó la redacción cotidiana sobre asuntos políticos, y por el otro acabó rompiendo la amistad que le unía a Jean Paul Sartre. De hecho, durante los últimos años se "enzarazon" en polémicas muy agrias, y criticaron sus respectivas ideas con una particular vehemencia. Pese a ello, la muerte de Merleau-Ponty supuso un poderoso impacto emocional para Sartre, que le dedicó una carta de más de 70 folios (en la revista de la que ambos participaron) ensalzando toda la virtud de su obra y reconociendo su gran valor como pensador y ser humano.
En lo sucesivo profundizaremos en el pensar y el sentir del autor francés, siempre "atribulado" por las consecuencias del dualismo cartesiano en la experiencia subjetiva. Su orientación fue claramente fenomenológica, y abordó asuntos tan importantes como la libertad y el monismo integrador. También pensó en la potencialidad del cuerpo sentido, como el vehículo ineludible para la experiencia. Veamos cuáles fueron sus principales contribuciones.
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Pensamiento de Maurice Merleau-Ponty
Una de las principales metas de este autor fue hallar un punto de encuentro que conciliara las discrepancias entre el idealismo (la conciencia como fuente única de conocimiento potencial) y el materialismo (la realidad reposa en lo que dispone de una materia tangible).
También era un profundo conocedor de la tesis cartesiana, pero no concebía que el cuerpo (res extensa) y el pensamiento (res cogitans) debieran tener una naturaleza independiente, optando por la integración coherente de ambas como hechos comunes y de esencia equivalente. Si no fuera así, todo individuo experimentaría una potente disociación al observarse a sí mismo, como si estuviera compuesto por dos dimensiones que nunca llegan a coexistir en un mismo plano de realidad.
Una de las formas a través de las cuales logró este propósito teórico fue con su postulado del cuerpo como sujeto sintiente (o leib), diferente del organismo fisiológico que era objeto de las ciencias naturales (körper). Mediante tal visión se dotaría a la corporalidad de un componente ajeno a la res extensa, el cual se hunde dentro del cogito y de la subjetividad, pudiendo aunar la "actividad" física con la del pensamiento (ya que pasarían a habitar juntos y a reconocerse mutuamente).
A través de la idea señalada se resolvería parcialmente el dilema clásico de la libertad, pues el autor planteaba que todos los pensamientos son libres en esencia, pero que se ven constreñidos por los límites del cuerpo en su cualidad de materia. Así, solo se podría solventar subjetivizando la carne, de un modo idéntico al de su propuesta.
Esta división del cuerpo implica que este pasa a convertirse en un canal de comunicación en el espacio social, y una forma fundamental de conciencia sobre uno mismo (self) frente a las cosas del mundo. Tal cuerpo no sería el límite, sino que sería el vehículo que haría posible la experiencia de interacción entre el plano de lo sintiente y el mundo sensible. Esto sucedería así por su naturaleza a medio camino entre lo físico y lo mental. El encuentro de un cuerpo y de otro cuerpo sería el eje a través del cual las vidas subjetivas de dos seres se desplegarían o se distinguirían como únicas, en las bases y el cimiento de todo conocimiento social.
El individuo pensante subjetivizaría el entorno a través de su participación en él como cuerpo y carne, postulando el concepto "encarnación" como la confluencia o cogitans tácito. En este sentido, la realidad no sería más que la simple proyección del individuo en unas coordenadas de espacio y tiempo que no existen allende su propia experiencia, rozando por tanto algunos de los fundamentos elementales del idealismo subjetivo e integrando el epojé (que rescatara y adaptara Edmund Husserl desde la Filosofía griega) con el materialismo.
Merleau-Ponty no negaría la existencia de una dimensión física, pero la equipararía con la del propio cuerpo, y concluiría que esta es accesible en calidad de escenario donde los seres conscientes hacen uso de su libertad para existir (cuerpo ubicado en la coyuntura entre la conciencia y el mundo de la naturaleza). Más allá de ello, el tiempo y el espacio carecerían de existencia propia, ya que solo serían una propiedad de los objetos (para que puedan ser sentidos).
Desde el prisma que presentó, ningún filósofo (persona abierta al conocimiento de las cosas) sería solo un espectador pasivo de la realidad, sino que ejercería sobre esta un efecto directo como agente activo y transformador. Tras este fenómeno residiría la relación entre el ser y la otredad (que es el mecanismo elemental para la creación fenomenólogica) y se construiría el conocimiento subjetivo que todos atesoramos en nuestro interior, que es único y difícilmente reproducible o generalizable a través de algún procedimiento de la ciencia convencional.
Como se aprecia, el interés de Merleau-Ponty era el estudio de la conciencia partiendo de la percepción individual de la realidad, por lo que se considera uno de los principales autores de la fenomenología perceptiva. Pese a que en el último capítulo de su vida reformuló conceptos propios de su filosofía, mantuvo con firmeza la creencia de que la relación entre todo hombre y la historia pasa necesariamente por el modo en que percibe los hechos que se despliegan durante su ciclo vital, definiendo una dialéctica entre los cuerpos pensantes como ecosistema para la memoria de la humanidad.
Referencias bibliográficas:
- Botelho, F. (2008). La fenomenología de Maurice Merleau-Ponty y la investigación en comunicación. Signo y Pensamiento, 27(52), 68-83.
- González, R.A. y Giménez, G. (2010). Fenomenología del entrecruce entre el cuerpo y el mundo en Merleau-Ponty. Ideas y Valores, 145, 113-130.
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