La práctica de la autolesión es uno de los patrones de comportamiento más difíciles de comprender: desde la visión del ser humano como un ser que busca el placer y evita el dolor, este patrón de comportamiento no tiene sentido.
Sin embargo, el hecho de autolesionarse no es un rareza extrema en el repertorio de las conductas que las personas pueden realizar. De hecho, se estima que alrededor del 4% de los habitantes de los Estados Unidos se autolesionan con menor o mayor grado de severidad, y alrededor del 1% se infligen heridas graves con cierta regularidad.
Además, se sabe que el grupo de edad que cae en estas conductas con mayor frecuencia está compuesto por adolescentes y adultos jóvenes. En este artículo haremos un repaso a las posibles causas de la autolesión en los adolescentes.
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¿Qué entendemos por autolesiones?
Cuando en Psicología hablamos de autolesiones, nos estamos refiriendo a una práctica (es decir, un patrón de conducta) que consiste en infligirse daño a uno mismo y que está vinculada a la experiencia del dolor físico. Se trata de una predisposición a realizar acciones deliberadas contra uno mismo, físicamente. De hecho, a veces se utiliza el término “autoagresión” para hablar de este fenómeno.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que tras la costumbre de autolesionarse no suele existir la emoción de la ira ni ningún sentimiento ligado a la agresividad. No es necesario que la persona considere que se está “castigando” por algo ni que está realizando un acto de compensación moral, tal y como veremos. Lo fundamental es que la autolesión es una acción que produce dolor, independientemente de si se busca terminar con la propia vida o no.
5 causas de las autolesiones en la adolescencia
La adolescencia es una etapa psicológicamente compleja: implica pasar por una transición que va de la infancia y la adultez, pasando de unos roles de indefensión y dependencia de los padres y madres, a otro de emancipación y asunción de responsabilidades.
Además, hay que lograr adaptarse a este nuevo estatus a la vez que el cuerpo sufre transformaciones físicas con gran rapidez, lo cual puede llevar a experimentar complejos por la propia apariencia.
A esto hay que añadirle el interés que los adolescentes tienen en encontrar aceptación y validación por parte de sus iguales: ya no intentan parecerse a sus padres y madres, ahora quieren “independizarse” de esos referentes y ser uno/a más de la pandilla, con todo lo que ello conlleva.
Forjar la propia identidad a la vez que se busca agradar a los demás resulta muy complejo, y hace que los jóvenes sean vulnerables a dinámicas tóxicas: competiciones de popularidad, marginación y situaciones de bullying, gestión del miedo al rechazo ante los primeros intentos de tener pareja, etc.
Teniendo en cuenta esto, empieza a intuirse por qué este grupo de edad puede tener una mayor predisposición a desarrollar determinados problemas psicológicos, al tener un perfil algo diferenciado del resto de la población.
Técnicamente, la cantidad de desencadenantes de un problema psicológico que lleve a un joven a autolesionarse es prácticamente infinita; existen tantos mecanismos psicológicos problemáticos como individuos. En estas causas de la autolesión pueden estar incluidos factores como situaciones traumáticas vividas en la infancia, una enfermedad física que produzca malestar constante, inseguridades con el propio cuerpo, sentimientos de culpa, y en definitiva, un listado interminable de experiencias humanas ligadas al malestar.
Sin embargo, a la práctica es posible identificar algunas causas muy comunes de la autolesión en adolescentes. Aquí veremos las principales.
1. Gestión de la ansiedad
Como hemos visto, los adolescentes se enfrentan a muchos posibles focos de ansiedad. La autolesión es utilizada por algunos para “desconectar” de esas preocupaciones y esos pensamientos ansiógenos, al verse obligados a centrarse en el aquí y ahora del dolor físico.
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2. Gestión del sentimiento de culpa
En algunos casos, la autolesión sí es un mecanismo con el que la persona intenta castigarse con tal de dejar de sentirse mal por algo injusto que cree que ha hecho.
La falta de criterio para saber qué se puede esperar de las persona puede llevar a algunos jóvenes a desarrollar unas expectativas demasiado irreales acerca de lo que se espera de ellos y acerca de cómo deberían comportarse.
3. Establecimiento de rutinas semi-inconscientes de autolesión
En algunos casos, la autolesión es un acción realizada casi inconsciente, sobre todo si no hace falta usar un objeto para realizarla (por ejemplo mordiéndose cierta parte de las manos o de los brazos). En este sentido, se asemeja a trastornos como la tricotilomanía, en el que se ritualiza una conducta al vincularla al estrés. De este modo, la persona no sabe ni cuándo realiza esas acciones, ni por qué.
4. Psicopatologías asociadas
A veces, la autolesión es el resultado de un trastorno psicológico con sus propias causas y desencadenantes.
El Trastorno Límite de la Personalidad es una psicopatología en la que es muy común caer en las autolesiones frecuentes. También ocurre con la depresión mayor y algunos trastornos de tipo disociativo.
Psicóloga Desirée Infante
Psicóloga Desirée Infante
Psicologia y neuropsicologia
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