Los trastornos alimenticios como la anorexia nerviosa o la bulimia no solo son peligrosos por los severos efectos que producen tanto en el cuerpo como en la salud mental general; además, uno de los factores que los vuelven muy dañinos es que, en la mayoría de los casos, estas psicopatologías aparecen durante la adolescencia o en adultos muy jóvenes, en una etapa de la vida en la que el ser humano tiene menos recursos para velar por su propio bienestar y para reconocer patrones de conducta problemáticos.
Es por eso que es muy importante que como padres y madres seamos capaces de detectar las señales de alerta asociadas a los Trastornos de la Conducta Alimentaria, de modo que el o la joven pueda contar con el apoyo que necesita en las primeras fases de desarrollo de la enfermedad, cuando aún no ha hecho casi todo el daño que podría hacer. Así pues, en este artículo te explicaré las ideas clave a tener en cuenta para saber si tus hijos sufren un TCA, empezando por comprender en qué consiste este grupo de trastornos.
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¿Qué es lo que caracteriza a los trastornos alimenticios?
La principal pista para comprender lo que son los trastornos alimenticios, también llamados Trastornos de la Conducta Alimentaria, está en su nombre. En él ya se intuye que el núcleo del problema que sufren las personas con un TCA está en la alimentación, es decir, un conjunto de patrones de comportamiento. No está ni en el modo en el que el cuerpo digiere la comida y metaboliza sus componentes (ya que la alimentación no es lo mismo que la nutrición), ni en la manera en la que el sujeto percibe su cuerpo al mirarse a un espejo, aunque en muchos casos presenta alteraciones también en estos aspectos.
Así pues, el primer paso para saber detectar un TCA consiste en tener una visión amplia acerca de la diversidad de los síntomas que quedan englobados dentro de este concepto. Aunque la bulimia y la anorexia sean los trastornos alimenticios más “famosos” y conocidos a nivel popular, no todos se asocian a esa obsesión por no ingerir calorías, y no en todos está presente esa obsesión por no engordar. Lo que sí tienen todos en común es que la persona interioriza una serie de patrones de conducta que la llevan a mantener una relación patológica con los alimentos.
Por ello, dentro de los TCA encontramos alteraciones como:
- La bulimia nerviosa
- La anorexia nerviosa
- El trastorno por atracón
- El trastorno de alimentación selectiva
- La pica
¿Por qué hay que detectar rápidamente los TCA en el proceso de crianza?
La alimentación es uno de los procesos biológicos fundamentales en los que deben involucrarse la práctica totalidad de los animales, y cualquier alteración psicológica con la capacidad para dar lugar a comportamientos problemáticos en este ámbito puede desgastar mucho la salud de la persona, o incluso causarle la muerte a medio y largo plazo.
Aunque hay trastornos alimenticios más peligrosos que otros, es crucial reaccionar cuanto antes al detectar los primeros síntomas, especialmente en una etapa de la vida en la que el sujeto tiene menos capacidad para lidiar con experiencias potencialmente traumáticas o desencadenantes de un estilo de vida dañino en otros aspectos. Por ejemplo, se sabe que los jóvenes que han desarrollado un TCA son más propensos a empezar a autolesionarse o a desarrollar adicción a las drogas.
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Las 8 claves para detectar un trastorno alimenticio en tu hijo o hija
El diagnóstico de un TCA es siempre realizado por un profesional de la salud, pero suelen ser los padres y madres quienes tienen un acceso más fácil a esas primeras señales de alerta que sugieren la presencia de un trastorno de la alimentación en su hijo o hija. Teniendo esto en cuenta, veamos algunas de las ideas clave para reaccionar con rapidez, tan pronto como empiezan a expresarse los primeros síntomas de un TCA en un adolescente. Recuerda que son ideas orientativas y que no tienen por qué cumplirse todos estos factores.
1. Mantiene una relación de amor-odio con el espejo
Aunque tal y como he adelantado, no todos los TCA van de la mano de uan preocupación excesiva con la imagen corporal, en varios de los más comunes sí se da este fenómeno. Es importante fijarse en si el o la joven tiene una cierta ambivalencia ante la idea de mirarse en el espejo: hay jóvenes que evitan a toda costa ver su imagen reflejada y, en otras ocasiones, empiezan a mirarse una y otra vez en él, yendo y viniendo de él a lo largo del día sin razón aparente.
2. Se interesa de antemano por la comida que se le ofrecerá o a la que tendrá acceso
Es muy habitual en las personas con un TCA que traten de tener controlado su acceso a la comida, o cuántos momentos del día se les ofrecerá comida en un plato. En el caso de personas con anorexia, esto ocurre porque dichas experiencias les generan mucha ansiedad, al sentirse presionadas para comer cuando en realidad quieren hacer todo lo contrario.
3. Se aísla emocionalmente
A medida que se está centrando más en la comida y en su imagen, sientes que tu hija o hijo cada vez se comunica menos emocionalmente con la familia, no expresa sus emociones o bien estas aparecen de golpe forma muy intensa. Esto sucede porque aunque los cambios en la alimentación son los síntomas más evidentes, en realidad el origen del malestar es emocional. Por este motivo, pedir ayuda puede ser muy difícil para las personas que lo sufren.
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4. Visitas periódicas al baño después de cada comida
Si el o la adolescente va al baño justo después de sentarse a comer, o durante las comidas, y esto se repite e manera casis sistemática, puede ser una señal de que se está induciendo el vómito.
5. Cambios rápidos en su peso
Muchas personas con TCA engordan o adelgazan significativamente en cuestión de pocas semanas. Esto puede deberse tanto a sus esfuerzos por adelgazar como por el “efecto rebote” que les produce la frustración de no adelgazar todo lo que querrían.
6. La comida de la nevera o la despensa desaparece sin explicación
En aquellos TCA que dan lugar a atracones de comida, como ocurre con la bulimia nerviosa, suele recurrirse a alimentos que no es necesario preparar o cocinar; especialmente los que son ricos en azúcares o carbohidratos.
7. Siempre lleva ropa ancha
Este es uno de los recursos habituales que tienen las personas con un TCA para ocultar en la medida de lo posible su silueta.
8. Se obsesiona con los cuerpos de influencers y famosos
En muchas redes sociales se han generado verdaderas subculturas de adolescentes, sobre todo chicas, que tratan de parecerse lo máximo posible a famosas de las que son fans. En muchos casos, estas jóvenes incluso se animan entre ellas a perder peso.
9. Está siguiendo una dieta de la que no habla
Por un lado, las personas con un TCA basado en la restricción de la cantidad de alimentos y los intentos por adelgazar suelen intentar llevar con discreción su relación con la comida, tratando de no “dar pistas”. Pero por el otro, como padres y madres, no es muy complicado darse cuenta de que están siguiendo una dieta; por ejemplo, recurriendo siempre al mismo tipo de ingredientes, que repiten más de una vez a la semana.
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